Juan Ignacio Novak
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La obra teatral que dirigen Gerardo Porión y Cristian De Castro se presenta el sábado en La Abadía. Es un unipersonal interpretado por Clara Hecker, que propone un vistazo a la intimidad de una mujer, su soledad, sueños y obsesiones. Para eso, se vale de numerosos recursos escénicos, desde evocaciones del cine mudo hasta técnicas de clown.
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Sola, meticulosa, obsesiva, soñadora, represiva, ilusa, crédula y correcta. Todos esos adjetivos le cuadran a la protagonista de “Desencuentro”, la obra teatral que se presentará el sábado 27 de octubre, en La Abadía (Estanislao Zeballos 3074). Dirigida por Gerardo Porión y Cristian de Castro, invita al público a conocer poco a poco el complejo mundo interno de esa mujer, interpretada por la actriz Clara Hecker: sus dudas, sus luchas internas, sus debilidades y, como adelantan los responsables de la puesta, “esa especial habilidad para complicárselo todo, siempre, un poco más”.
Porión, desde su rol de codirector, explicó a El Litoral que “Desencuentro” surgió de la necesidad de trabajar a partir del teatro sin texto, la pantomima, y también el humor y el tango. “Originalmente, fue un número de varieté creado por Clara Hecker, que junto a Paula Muzzio, hoy productora y prensa del espectáculo, empezaron a trabajar en una compañía anterior. Luego de desvincularse de aquella compañía, Clara completa el guión de acciones y nos convocó a Cristian De Castro y a mí para dirigir la propuesta, pensándola ya como una obra teatral y con la idea de continuar explorando el código con el que veníamos trabajando cada uno por su lado. Cristian y yo trabajamos juntos desde el año 1996. En 2002 creamos el espectáculo ‘Los Juan Mondiola’, que responde a las mismas características que ‘Desencuentro’ ”.
—¿Qué características tiene la puesta?
—Es una puesta despojada. Tiene dos momentos bien marcados y diferenciados. Uno musical y otro en silencio que determinan mundos dramáticos bien distintos: el primero, el musical, transcurre en el interior de la casa y nos habla de ella, su soledad y también de su intimidad. El otro, el silencioso, nos muestra también a ella y su soledad, pero esta vez en el exterior, ante la mirada de los otros. En la primera parte, la música es tomada como partitura del relato y el cuerpo trabaja incorporando el tiempo musical. Tiene cierta referencia al cine mudo y toma recursos del clown. La transición entre una escena y otra se da a partir de la transformación del dispositivo escénico y el cambio del clima lumínico. Además del paso de la música al silencio.
—¿Cuándo se estrenó?
—La obra se estrenó en octubre de 2013 y aunque con períodos de más cantidad de funciones y otros de menos, continuamos haciéndola hasta el momento.
Ha participado de varios festivales en el país y también en Uruguay y Colombia.
—¿Cómo fue para vos y para Cristian el proceso de dirigir a Clara, que es la autora de la obra?
—Fue divertidísimo. Si bien la autoría es de Clara, la dramaturgia de la obra fue creada entre los tres durante un intenso proceso de improvisaciones. Teníamos un guión pero necesitábamos descubrir al personaje y cómo reaccionaba ante cada estímulo, cada suceso.
Empatía
—Es interesante que sean dos hombres los que dirigen una obra sobre el universo femenino. ¿Eso enriquece la mirada?
—Si bien la obra habla del mundo femenino, y su protagonista es una mujer, elegimos poner el foco principal en otro lado, en un universo lleno de obsesiones, de miedos, de ilusiones, de fracasos y sinceramente no creemos que esos sentimientos sean exclusivos del mundo femenino. Lo que le pasa a ella nos puede pasar a todos. Todos nos podemos identificar en esta mujer en algún aspecto de su vida y eso lo hace empático con el espectador, sea adulto, niño, hombre o mujer.
—¿Cómo se introduce el tango y cómo se da el cruce con el humor?
—Eso parte de la propuesta inicial, ya formaba parte del número de varieté y también era el código explorado por “Los Juan Mondiola”. Nos formamos haciendo teatro popular, teatro callejero. El humor es la mejor manera de llegarle al público de un barrio, o de una plaza. Y el tango creo que nos atraviesa, lo mamamos en nuestras casas, con nuestras familias, fue nuestro contexto. Fue muy natural.
A Uruguay
—¿Cuál es el itinerario tras su paso por Santa Fe?
—Por el momento, tenemos una invitación a participar de un festival de unipersonales en Paysandú, Uruguay, en el mes de noviembre, y en cuanto a las actividades del grupo estamos trabajando en un nuevo proyecto que ojalá podamos tener listo en algún momento del año próximo.