Por Raúl Emilio Acosta
Por Raúl Emilio Acosta
En las viejas competencias mundiales de ajedrez se solía mencionar, después de la jugada que quedaba sellada, para ir al merecidísimo descanso de las neuronas, el valor de los analistas que acompañaban a los jugadores. El tiempo de la reflexión, el análisis, antes de volver a la competencia. Se asignaba un valor especial a quienes analizaban los movimientos realizados por el jugador, las respuestas del oponente y los posibles caminos a seguir. Estaba jerarquizada. El analista, el consultor era todo un oficio en el ajedrez. El “juego ciencia”, al que el tiempo dejó en un plano menor, como relegó mas allá del olvido general, al esperanto. Hoy las computadoras suplantan demasiados cerebros.
En los partidos de fútbol, rugby, futbol americano, se observa que en lo alto de las gradas alguien mira. En los de baloncesto hay un director técnico general, especialistas en tiros libres, defensas, ataques. Son deportes colectivos, pero aún así tienen analistas que hacen eso, observan el comportamiento y aconsejan.
En los debates televisivos, de lo que sea, al disertante o “debatidor” le arriman papelitos, detalles, sugerencias. Entre tema y tema consulta con el equipo que elige, desde color de prendas y peinado, hasta el momento de la sonrisa o el ataque.
Preparados hasta el cansancio para lograr reflejos que impidan el enojo y mantengan la sonrisa y el mejor perfil, los candidatos son preparados por personas denominadas “coaching” (algo así, mi inglés ni siquiera es defectuoso, directamente no existe) que lograron inventar un verbo de nueva generación: “couchear”. Auto asignación.
Los candidatos ya no son lo que eran. Cualquiera medianamente avisado advierte que el Siglo XXI es diferente al Siglo XX. Aparecen preguntas que no existían sobre cuestiones que se despreciaban y que, en poco tiempo, deberán ser contestadas o que, claramente, la realidad contestará aún cuando las quieran negar. Feminismo. Droga. Corrupción. Integración. Neo industrialismo.
Negar los hechos y esquivar las requisitorias y/o acusaciones es todo un arte que lleva al reconocimiento para la habilidad de no decir nada hablando mucho y bien.: “¿ quien te ‘couchea‘?... esa pregunta es todo un elogio y resuelve cuestiones con un alto grado de responsabilidad. Los yerros nunca serán propios. Todo un alivio.
Ya hemos dicho que, en el plano nacional, el reconocimiento es público y explícito. También hemos indicado que, en el plano municipal hasta se los ubicaba en nómina, al igual que en la administración provincial. Pero estos meses, hasta los debates y los discursos de campaña, los integrantes de estos cuerpos de élite, los de “la piecita de atrás” deben ocuparse de la construcción de candidatos. El o ella. Da igual.
En la piecita de atrás se decide el discurso, el verdadero enemigo, la lectura profunda de las encuestas reales, las que no trascienden pero resultan importantísimas para acomodar el cuerpo para las acusaciones públicas, las caídas, visitar donde hace falta, enfatizar el tema que está mal cubierto y saber cómo defenderse de las flaquezas.
Si uno piensa en “El Mauri” como en CFK o Lavagna debe imaginarse analistas y consejeros diferentes. Mucho mas diferentes si se trata de personalidades que se corresponden con otra generación y diversas enseñanzas (Massa y/o Urtubey, por ejemplo).
Donde el asunto se vuelve divertido, visto desde fuera, y difícil si se trata del propio trabajo, es cuando debe enfrentarse, como especialista en “couchear” candidatos, personalidades como Elisa Carrió o María Eugenia Bielsa. Un caso extremo: Luis Juez. Parecería que Perotti, Bonfatti o Corral serían mas sencillos. Parecería. Sólo estando dentro puede saberse. Finalmente se sabrá. Terminan contratando a especialistas que tienen su costo (alto) y que andan por el mundo con pergaminos como “yo couchié” a Fulanito, que de la nada terminó segundo. Y después a Perenganito, que ganó en primera vuelta.
Cuando desde una emisora clandestina en Inglaterra Charles De Gaulle habló en francés y dijo... “moi le France”, “yo soy Francia”, en rigurosa traducción libre, nadie sabe si recibió un trabajo previo para convertirse en líder. No eran años en los que “coucheaba”. Hoy se advierte que su discurso nacionalista y libertario sirvió. Salieron de la Ocupación, volvió la República. Hoy todo eso es historia. Obama. Trump. Bolsonaro. Humm.
En las elecciones de junio de 2019 alguien será elegido Gobernador de Santa Fe. Alguien estará orgulloso de haber estado en la piecita de atrás y deberá morder su lengua y apisonar su ego. El secreto del trabajo es no sobresalir mas que el personaje a quien se “entrenó”.
Viendo el comportamiento de todos los pre candidatos es posible imaginar que algunos “entrenadores” tienen una tarea mas sencilla y otros dificilísimas jornadas de doble turno. Sé de un caso que lo hace por “Skype” por las noches y de otro que lo realiza (al entrenamiento) mediante videos de empleados a los que manda a la “tarea de campo diaria” y que después analiza.
Consejo útil. No crea en quien le dice “soy hijo de mi propio esfuerzo”.... no hay mas repollos en política. Todo tiene un origen. Todo tiene un final... y todos tienen una “piecita de atrás”. Para volver al origen. Como en aquellos campeonatos de ajedrez. Siempre un enroque corto. Y un “gambito de dama”, con el perdón del paroxismo feminista.
Negar los hechos y esquivar las requisitorias y/o acusaciones es todo un arte que lleva al reconocimiento para la habilidad de no decir nada hablando mucho y bien.: “¿ quien te ‘couchea‘?... esa pregunta es todo un elogio y resuelve cuestiones con un alto grado de responsabilidad.