Raúl Emilio Acosta
Raúl Emilio Acosta
En la provincia de Santa Fe, al menos en el sur provincial, muchos estudios están como muestra ese dibujo de los tres monitos. Uno no mira, otro no habla, el tercero no escucha.
Buena parte del periodismo finsemanero y aún analistas más concienzudos realizan / realizamos un ejercicio de distracción que es, al menos, sorprendente o mejor dicho: vamos a dejar que nos sorprendan cuestiones que están muy claras. Hablamos de lateralidades y el eje del volcán está superactivo.
El señor Presidente va por su re elección. Sus votos de provincia de Buenos Aires y CABA (Ciudad Autónoma de Buenos Aires) son imprescindibles y quienes los tienen y retienen otorgan poder sobre el 52% directo del electorado. La base del poder formal en el Ejecutivo. El respaldo. Mas del 50% del país en un mismo día, a la misma hora y por el mismo canal: el voto popular.
La conjunción de elecciones municipales, provinciales y nacionales en la misma fecha en los dos distritos no es una conjunción astral. Es una decisión política con fin determinado. En julio comienza el carrerón y en el último domingo de octubre el River / Boca que todos entienden. Antes habrán terminado los otros partidos, para que todos ayuden a este Boca/ River. También suponen calma para los bolsillos.
Una elección parcial no logrará distraer al presidente en ejercicio. Allí su eje. Todas las familias de Cambiemos en el país, más los radicales que se han sumado, estarán a disposición las 24 horas cada día para ese objetivo. No hay otro. No hay plan B.
Córdoba, Mendoza, Santa Fe suman el 30% de los votos del país. Podrán aparecer senadores, diputados, provincias inviables e insufribles, que molestarán con sus representantes vendiendo caro su voto, pero sigue existiendo el poder de la matemática. El 80% del país es la mayor fuerza posible. El resto es beneficencia, concupiscencia, obsolescencia, inconciencia, permanencia, oscurantismo y hostilidad manifiesta.
Senadores nacionales de provincias que no son más que un barrio porteño y grandes poblaciones del conurbano que suman más de tres provincias con sus votos. Obstruccionismo y peaje sería el título de un libro urgente.
Mauricio Macri quiere a todo el mundo trabajando el 1º de julio para el objetivo re elección. Si alguien cree que al “Mauri” le aflige cada situación particular de ciudades y/o provincias, es parte de una columna dominical impensada, no del presidente y su objetivo, su táctica y su estrategia. No importa quien gane, un poco pero no mucho quien gane... siempre y cuando no pueda usarse esto en su contra en octubre.
Desde el sur el mensaje de sus referentes territoriales es singular, muy singular. Roy López Molina, tema del que ya hablamos hace tiempo, quiere ser candidato único del PRO /Cambiemos/Radicalismo a intendente. Cualquier pelea para la gobernación que lleve a Corral en la boleta, después de ganarle una interna a Angelini o bien, una pelea que se resuelva con la sorpresa y que Federico Angelini pueda ganarle una interna a Corral, dicen los analistas de Roy López Molina, le quita espalda y autonomía. El sabe que está por encima de la intención de voto de cualquiera de los dos. Y promete jugar para el “Mauri” siendo el hombre más votado en el sur. Si lo vuelven faccioso se encabrita, se encabrona, se espanta y sorprende el electorado. Dice... “después se verá”. Falta muy poco. Roy no quiere internas en Cambiemos.
Perucas al acecho
La intención de voto de Roy López Molina tiene ataduras imposibles de esconder con el plano nacional al aire libre. No es lo mismo si debe quedarse con un candidato a Gobernador. Sostiene y parece razonable, que en sur lo que quieren es muchos lugares en la lista de Diputados y, si no se los da Corral, los quieren desde una elección interna según votos de sector. Usar a Roy, es lo que dicen en el riñón de su sector más íntimo.
Parecido y diferente, Roberto Sukerman sostiene que tiene más votos que los de cualquier candidato a gobernador por el peronismo, que lo dejen ir con “boleta corta” y luego sumará a quien gane la interna entre Perotti y Bielsa. Sukerman quiere llevar solo una lista de concejales, no tener candidato a Gobernador.
En ambos casos debe mirarse, en algún momento, con el mapa del país en la imaginación. Rosario ayuda o hunde, pero siempre define en la provincia. Una provincia peronista y una provincia Cambiemos no es lo mismo. Rosario suma votos. Como el radar: Macri vigila... pensando en julio y su carrera. CFK tiene un radar más ancho, pero para lo mismo: exceso de velocidad. La carrera nacional siempre está en juego ¿se acuerdan de Agustín Rossi? Hay votos que fueron y son suyos.
El socialismo, con Bonfatti de candidato a gobernador y los radicales sueltos que queden en el alambique, el Erlenmeyer y la probeta, tiene que rogar que se peleen mucho los peronistas y se desguacen los macristas puros y radicales antiguos, que de eso se trata. Dividir al enemigo. No la tienen fácil en Rosario los socialistas, de no mediar un acuerdo habrá interna y no quieren que se sepa que no están en buenos términos ambos sectores. Los estrategas de campaña recitan peronismo: “todos unidos triunfaremos”, que debería cantarse como “todos unidos triunfaríamos si se parten los otros y viene Lifschitz a ayudarnos”.
Y Lifschitz, esto aún no lo han tratado los analistas finsemaneros, tiene reuniones nacionales con peronistas no tan, tan, pero tan contaminados de NK y CFK que ayuda a tres lecturas simultáneas. Más prestigio en la Macro ya que es sabido que no será, se repite, no será parte de Cambiemos. Con fotos y notas nacionales. Debe agregarse que esto le trae más índice positivo en la clase media Anti K del sur santafesino. Traducido: Bonfatti lo necesita para que se sepa que es parte de lo mismo y Rosario lo re contra necesita para pelear la nave madre domicilio por domicilio. Cambiemos no puede hablar mal de Macri y el socialismo es más fino y menos soez que el peronismo para enojarse con Mauricio.
Hoy, por hoy, en la provincia de Santa Fe el más importante referente anti Macri no es el peronismo. Es Lifchitz y su porción de socialismo. Pero en ese punto ya se sabe. El clarín sonará estridente y los socialistas saldrán unidos a la carga, a timbrear. Se cruzarán, en el timbreo, con los “Macristas”, los pastores, los curitas y los “dealers”. Menudo menú para el sur.
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Rosario ayuda o hunde, pero siempre define en la provincia. Una provincia peronista y una provincia Cambiemos no es lo mismo. Rosario suma votos. Como el radar: Macri vigila... pensando en julio y su carrera. CFK tiene un radar más ancho, pero para lo mismo: exceso de velocidad.