Mónica Ritacca | El Litoral
Un día como hoy, pero de 2009, quedaba inaugurada la empresa industrial gráfica más moderna de Argentina hasta el día de hoy: AGL. Se trató de una inversión millonaria que llevó más calidad a los lectores del diario El Litoral y mayor rapidez de llegada a los de Clarín.
Mónica Ritacca | El Litoral
El 29 de mayo de 2009 quedaba inaugurada la empresa industrial gráfica AGL (Artes Gráficas del Litoral), en un flamante edificio ubicado en el Parque Industrial de Sauce Viejo, en el kilómetro 457 de la ruta nacional N° 11, mediante un acto del que participaron las principales autoridades y dirigentes políticos y empresariales, junto a más de 600 invitados.
AGL fue concebida para editar El Litoral y Clarín, y sus productos, con una inversión de 40 millones de pesos, la planta posee una máquina Goss Uniliner de origen francés, capaz de imprimir hasta 75 mil ejemplares hora de 96 páginas, con posibilidades de editar todas ellas a color a razón de 35 mil ejemplares por hora.
A la inauguración y corte de cinta, asistieron personalidades como el ex gobernador Hermes Binner, el ex intendente Mario Barletta y el ex arzobispo de Santa Fe Monseñor José María Arancedo, que bendijo las instalaciones.
"Llegar más temprano"
La concreción de AGL le permitió a Clarín y sus productos como Olé llegar temprano a una vasta región; dicho de otro modo: desde Santa Fe a todas las localidades en un radio de 400 km. A El Litoral, por su parte, le permitió incorporar ciento por ciento color en todo el diario, entre otros beneficios. Es que antes de la existencia de esta planta, el diario centenario de Santa Fe se imprimía en una rotativa que estaba ubicada en el mismo edificio del diario y con la mitad de sus páginas en blanco y negro.
El emplazamiento en el Parque Industrial de Sauce Viejo fue estratégico, ya que constituye el centro de la Región Centro, construcción política interprovincial que articula a Santa Fe con Entre Ríos, al este, y Córdoba, al oeste.
La Goss Uniliner
La Goss Uniliner es imponente. Describirla no es fácil ya que tiene dimensiones enormes y miles de detalles, que en realidad son funciones. Está ubicada en el núcleo productivo de la empresa, que es la Sala de Impresión y está constituida por tres torres de impresión doble ancho y doble circunferencia, lo que la hace capaz de imprimir 96 páginas color en la misma tirada con abrochado o plegado en línea.
Nicolás Santoro es uno de los cuatro primeros maquinistas que manejan la máquina. Luego hay segundos maquinistas, encargados de preparar, cargar las chapas e imprimirlas y operarios porta bobinas. En total, en este sector de AGL trabajan unas 15 personas, que se dividen en dos turnos de trabajo que van desde las 14 hasta las 20 horas y desde las 21 hasta las 3 de la madrugada y rotan cada 4 días. Ello porque tiene a su cargo la impresión de diarios matutinos como Clarín, Olé, Mirador Provincial y El Litoral Matutino que deben estar en la calle en horas muy tempranas.
Virtudes
Cuando cierra la edición de un diario, los materiales llegan a AGL a través de un programa informático al sector Pre Prensa. Las chapas se imprimen con el contenido de las páginas y luego se cargan en la máquina. El paso que sigue, y donde interviene Nicolás Santoro, es armar la producción en computadora y configurar la impresión del trabajo. Se configura el paso del papel, el tamaño del producto, si va abrochado o no, la cantidad de ejemplares... “La máquina es muy veloz, por lo que por ejemplo El Litoral llega y en media hora ya está listo”, cuenta.
En el caso de los productos comerciales, como catálogos de supermercados, el trabajo es el mismo; sólo cambian los tiempos ya que se organiza según la entrega y se imprimen en momentos donde no se estén imprimiendo diarios.
Consultado sobre las virtudes de la Goss Uniliner, destacó el volúmen de impresión por minuto, la calidad y que sea 100 % a color. “Para mi, las ventajas que tiene esta máquina son la rapidez y la calidad de impresión, la posibilidad de imprimir en distintos formatos, la automatización que tiene. Esa velocidad también permite extender los horarios de cierre en las redacciones, en días donde ocurren noticias a último momento. Antes era imposible extender un cierre de edición porque el diario salía muy tarde a la calle. Ahora no; en media hora ya está listo”, cuenta Nicolás.
El primer maquinista de AGL tiene 40 años y está desde los comienzos de la empresa. Antes trabajó en la rotativa que tenía El Litoral, en su sede de por entonces 25 de Mayo y bulevar. “Aquella era acorde al diario El Litoral, pero ésta es de primer nivel. Es la más tremenda en distintos sentidos del país”, señala.