“Si se haría una auditoría, se abriría una Caja de Pandora”, deslizó con tono de secretismo un asesor legislativo. Aludía al Tribunal de Cuentas Municipal (TCM), el máximo órgano de control externo sobre el uso y destino de los fondos públicos que administra el Ejecutivo Municipal. Pero, ¿qué quiso decir? ¿Que acaso hay “irregularidades” administrativas en los controles, en el manejo de los expedientes, en la formulación de dictámenes? Lo cierto es que tal sospecha desprendida al pasar fue la antesala de una fuerte discusión que se iba a dar en el recinto del Concejo local.
Sobre tablas había dos proyectos, impulsados por el bloque del PJ. El primero disponía la realización de una auditoría interna en el TCM “con el objetivo de reorganizar y ordenar el organismo (...)”. El segundo, autorizaba a las comisiones de Hacienda y de Gobierno del Concejo a constituirse y sesionar en la sede del TCM. La Comisión de Hacienda del Legislativo local es la encargada de requerir los dictámenes y resoluciones que elabora el órgano.
Pero la discusión deliberativa giró sobre el pedido de una auditoría interna. Al momento de la votación, los bloques del FPCyS y de Cambiemos no acompañaron ninguno de los dos proyectos. Que no se hayan juntado los votos necesarios para que se sancionen ambas pareció anecdótico a la par de la discusión que se venía, y que duró cerca de una hora. Un rato antes había jurado ante el presidente del Cuerpo el tercer integrante del TCM, el CPN Néstor Darío Mejías, que se ve en la foto (el Concejo había otorgado acuerdo a su postulación como vocal hecha por el Ejecutivo, en reemplazo de la vocal con mandato vencido Luz Balbastro).
El TCM hoy está conformado por Néstor Mejías, la Dra. María Soledad Senn (presidente) y la vocal CPN Daniela Veglia. Huelga recordar que Veglia había presentado su renuncia al cargo, que —hasta donde supo este medio— no fue aceptada por el intendente José Corral. (El Ejecutivo envío al Concejo la postulación de la Abog. Elena Verano en reemplazo de la aludida abogada, pero fue rechazada “hasta tanto se produzca la vacante efectiva de la vocalía que actualmente desempeña Veglia”.) La contadora fue convocada por el Concejo en dos oportunidades: no asistió en ninguna.
“La información que se nos remitió es parcializada, sin que se precisen los montos recibidos por cada asociación beneficiaria del programa”
El que arrancó el debate fue Ignacio Martínez Kerz (PJ). “Tenemos más de 22 interpelaciones que se hicieron sobre el mal desempeño del TCM. Hay un sinnúmero de irregularidades y que la propia (María Soledad) Senn señaló, por informes que dejó sentados por escrito y firmados de su puño y letra en la Comisión de Hacienda”. Esos informes, según el edil, detallan “fallas administrativas” y “de funcionamiento” dentro del tribunal.
“La propia Senn pidió a este Cuerpo legislativo una auditoría interna; Veglia se negó a avalar esa auditoría administrativa, y la Dra. Senn insistió en que se haga y que, además, sea refrendada por el Concejo”. De ahí nació el pedido del PJ. El concejal fustigó contra los ediles de Cambiemos y el socialismo por sus votos en contra.
Recordó que el Concejo había aprobado una resolución requiriendo el informe completo de la auditoría sobre el Programa de Iniciativas Comunitarias, controvertido hace dos años. “La información que se nos remitió es parcializada, sin que se precisen los montos recibidos por cada asociación beneficiaria del programa”. Por qué es importante una auditoría del TCM? “Porque permitiría revisar los procedimientos e inventariar los expedientes que no se encuentran, que no sabemos adónde están ni quién los tiene”, agregó Martínez Kerz. Y aseguró que uno de esos expedientes “desaparecidos” es el de Iniciativas Comunitarias.
Si uno quiere evaluar el funcionamiento de un órgano, no sería ese órgano el que deba hacer una propia evaluación acerca de su funcionamiento. A la auditoría debiera hacerla un tercero”
Carlos Pereira (Cambiemos) dio los argumentos en nombre de su bloque sobre el no acompañamiento a ambos proyectos. “Es necesaria una relación de no intervención en el TCM; el órgano, autónomo como es, tiene su propio plan de auditorías. Sólo este Concejo puede interceder ‘hablando’ a través de las normas que corresponden en ejercicio de sus potestades”.
Admitió la legitimidad de la Dra. Senn en pedir que se haga una auditoría administrativa, “pero no es la mejor vía —insistió. Si uno quiere evaluar el funcionamiento de un órgano, no sería ese órgano el que deba hacer una propia evaluación acerca de su funcionamiento. A la auditoría debiera hacerla un tercero: hay que evaluar otra alternativa”.
En una línea similar, Leandro González (FPCyS) habló de las “consecuencias jurídicas” de aprobar el proyecto de la auditoría. “Habría que ver si corresponde autorizar una ‘autoauditoría’” por parte del TCM. No estamos en absoluto convencidos de que sea el propio TCM quien se audite a sí mismo. Sí podría ser este Concejo quien la haga, o bien algún órgano externo como una universidad o un organismo de investigación nacional”.
El que puso el dedo en la llaga fue Juan Cesoni, también justicialista: “Pareciera que hay concejales que siempre están pidiendo más tiempo para seguir analizando las cosas. Y tiran la pelota lejos. Al menos el Concejo podría sesionar en el TCM para al menos ver si los vocales van a trabajar, qué están haciendo, si tienen todos los expedientes”. Lamentó el no acompañamiento de los otros dos bloques: “Claramente hay cosas que se están queriendo esconder”, dijo, y dejó correr largamente una interjección (eh...). El debate siguió un rato largo más, y se politizó al final: será por la proximidad de las elecciones.