La Facultad de Ciencias Médicas (FCM), dependiente de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), se puso a disposición del Ministerio de Salud provincial desde antes de que comience el aislamiento social, preventivo y obligatorio. Su actual decana, la doctora Larisa Carrera, es quien participa asiduamente de las reuniones con el gobernador Omar Perotti y su equipo de salud, encabezado por el ministro Carlos Parola. Incluso estuvo presente el pasado miércoles en una teleconferencia a cargo de Ginés González García, Ministro de Salud de la Nación.
Tras esa reunión virtual, El Litoral consultó a Carrera respecto de la fecha de llegada del pico del virus. “En realidad, no se sabe bien cuándo será el pico. Hoy por hoy, los casos nuevos que se fueron agregando en el país no muestran una curva ascendente pronunciada”, respondió. “Por ahora la situación está controlada”, y “no hay una gran cantidad de casos nuevos; pero eso no quita que en algún momento pueda cambiar la tendencia”, consideró la decana.
“Lo cierto es que la cuarentena, el distanciamiento social y el aislamiento, dan resultado. Y esto es una cuestión que nosotros desde la salud realmente priorizamos mucho, porque eso da tiempo, resultados, permite distribuir los recursos, que no se produzcan una gran cantidad de casos que saturen el sistema. Todo esto fue algo que nos permitió trabajar bien y de manera adecuada hasta este momento, y por lo tanto nos parece muy importante que se cuide. Entendemos que hay cuestiones económicas que preocupan mucho, pero que no sean un motivo para deteriorar lo que se hizo hasta ahora. En otros lugares, cuando la cuarentena se relajó o no se tomó en serio, los casos fueron en aumento”, advirtió Carrera.
“Creo que la gente tomó conciencia. No obstante, hay que seguir trabajando en lo prioritario y que da resultado: el aislamiento, el distanciamiento y las medidas de higiene. Ahora también está la cuestión de los barbijos, las mascarillas faciales caseras, etcétera. Con todo esto, se controla la aparición de nuevos casos que puedan generar la saturación del sistema. Y si pasa eso, es donde empiezan a aparecer los problemas: cuando la capacidad de respuesta se deteriora. Desde ya que nosotros también entendemos que hay personas que hoy están económicamente atravesando una situación económica muy complicada”, dijo la especialista.
El debate sobre la utilidad de los barbijos caseros formó parte de las consultas a especialistas durante la semana pasada. “Es un tema muy controvertido”, opinó Carrera. “Pero lo que tiene que quedarnos en claro es que la gente no tiene que utilizar los barbijos que necesita el personal de salud que está en contacto con los pacientes infectados. O sea, tenemos que ser responsables y no utilizar ese tipo de equipamiento de protección, porque se puede generar un desabastecimiento. Esto no ocurre sólo en Argentina: pasa en Brasil, Uruguay, Estados Unidos, en Europa, Asia, en todo el mundo. Todos estamos en la misma y corremos el riesgo que si lo utilizan las personas que no los necesitan realmente porque no están expuestos, no haya más (barbijos)”.
La decana de medicina también fue muy clara en cuanto a los barbijos caseros. “No es que evitan tanto que el virus pueda atravesar la tela o no. La cuestión pasa, fundamentalmente, por la persona que lo usa, si es portadora del virus y no lo sabe porque tiene síntomas leves o es asintomática. Es una medida de barrera que si se suma al distanciamiento social y la higiene, se vuelve un elemento más que limita la transmisión”, concluyó.