La ciudad china de Hangzhou, en la provincia de Zhejiang, está regresando gradualmente a la normalidad tras varios meses de medidas de aislamiento para contener la propagación del coronavirus.
La ciudad china de Hangzhou, en la provincia de Zhejiang, está regresando gradualmente a la normalidad tras varios meses de medidas de aislamiento para contener la propagación del coronavirus.
El pasado domingo, fue el turno de los alumnos de 1°, 2° y 3° grado de la escuela primaria Yang Zheng, quienes finalmente han reanudado las clases.
Como medida extra de precaución, los maestros del establecimiento pidieron a los padres que crearan junto a sus hijos sombreros de un metro de ancho —que recuerdan los tradicionales 'futou' de la dinastía Ming (siglos XIV-XVII)— para ayudar a mantener el distanciamiento social.
Menos de mil infectados
Desde finales de marzo, muchas escuelas de China han ido abriendo paulatinamente sus centros para reanudar las clases. Desde la propaganda oficial se mantiene la premisa de que la pandemia está controlada. Apenas quedan 800 infectados activos de los 82.827 contagios que se han reportado en el gigante asiático. Poco a poco, impera la vuelta a la normalidad y que los niños retomen las clases presenciales. Aunque, siempre, con los controles de temperatura y distanciamiento oportunos.
A partir de esta semana se reabrirán casi todos los colegios, incluidos los de grandes urbes como Shanghai o Pekín. En la capital, 254 escuelas de secundaria han abierto hoy sus puertas para dar la bienvenida a 49.979 estudiantes. En la provincia de Qinghai se han repartido por las escuelas 11 millones de mascarillas, 13.000 termómetros digitales y 1.054 médicos supervisarán estos días a los alumnos durante el comienzo de las clases.