Tomás Rodríguez
Había llegado a la institución rojinegra a préstamo de Boca. Por el pase al fútbol uruguayo, los sabaleros cobraron 8 millones de pesos.
Tomás Rodríguez
En la historia del Club Atlético Colón está escrito con letras de oro que los dos mejores porteros de primera división fueron el “Flaco” Néstor Martín Errea y Héctor Rodolfo “Chocolate” Baley. El arquero-defensor jugó 43 partidos entre 1966-1967, estando a préstamo en Boca Juniors, factor fundamental de la permanencia de los sabaleros en la categoría superior, con actuaciones estelares, convirtiéndose en ídolo de la hinchada sabalera.
Los importantes éxitos ante River Plate (1-0) y Peñarol de Montevideo (3-2), bicampeón del Torneo Intercontinental (días previos había vencido al equipo millonario 4 a 2 en la tercera final de la Copa Libertadores de América en Chile) con notables actuaciones del portero surgido de la cantera de Atlanta, fueron algunas actuaciones destacadas.
Arquero-jugador
Errea tenía un estilo definido, marcó nítidamente diferencia con los atajadores; fue modelo en el cambio que en su época se iba produciendo en el concepto de las funciones del arquero. Pese a algunas críticas, por su estilo, salidor, defensor fiel de la idea fundamental de achicar los ángulos de disparo de los atacantes, manos seguras y buen destino del balón con los pies, tuvo problemas por la falta de espectacularidad.
Cuando todavía impresionaban sus colegas “voladores”, él prefería quedarse parado si sabía que no podía llegar a alguna pelota puesta en ángulos lejanos. Cuando estaba en la institución de Villa Crespo, desde el banco, Hugo Orlando Gatti lo admiraba; continuó con su estilo de arquero defensor.
Errea utilizaba en forma frecuente una sola mano para detener los centros y salir jugando rápidamente. Luis Artime y Ermindo Onega, las dos notables figuras ofensivas de River Plate, lo felicitaron al término del resonante triunfo de Colón, sorprendidos como sacaba las veloces réplicas con pases precisos, tras cortar los centros con una mano.
Acuerdo con Boca
Cuando Boca Juniors recibía a Colón en la Bombonera, en 1967, el titular xeneize, Alberto Jacinto Armando, al arribar la delegación santafesina se reunió con su par rojinegro, Italo Pedro Giménez y José “Pepe” Etchegoyen, quien fuera futbolista y técnico de los carboneros. A su término, el DT uruguayo dispuso que José Luis Burtovoy fuera el arquero de Colón en reemplazo del moderno portero Errea, que no iba a jugar más en la entidad del barrio Centenario.
El 7 de junio se formalizó el préstamo de Errea de Colón de Santa Fe a Peñarol de Montevideo, por la suma de 8 millones de pesos y a partir del 1 de enero de 1968, el futbolista debía regresar al club de origen (Boca Juniors). Al propio tiempo, Armando y Giménez acordaron las futuras transferencias de los uruguayos Raúl Cardozo Crespo, defensor lateral derecho y Orlando Medina Leites, polifuncional, para las próximas temporadas.
El arquero actuó con buen suceso en Peñarol, regresó a Boca Juniors, volvió a ser campeón de la Copa Libertadores de América con Estudiantes y triunfó en Grecia donde se quedó a vivir hasta su deceso.
En Estudiantes
El torneo Metropolitano fue ganado por Estudiantes (donde actuaban Camilo Aguilar, Hugo Spadaro y Carlos Luis Zibecchi, antes de llegar a Colón —entre muchos otros— con el ‘Vasco‘ Juan Eulogio Urriolabeitia), segundo en su zona, triunfando en la final sobre el primero de su grupo, Racing. La reglamentación establecía entonces que el vencedor del torneo era el mejor del cuadrangular final entre los dos primeros de cada sector. En 1969 y 1970, Errea fue bicampeón de América con Estudiantes de La Plata bajo la conducción de Osvaldo Zubeldía.
Exitos santafesinos
Unión que había vencido a River Plate, en el Monumental, 1 a 0, con tanto de Julio César Fernández, igualó con Independiente 1 a 1 en el “15 de Abril”, con anotaciones de Victorio Nicolás Cocco (U) y Omar José Diéguez (I), por la 15ta. fecha del torneo superior afista..
En tanto, Mario Di Lucca (GyESF) clasificó en Rosario en 200 y 400 metros libres y postas cortas (4x100 y 4x200) para los Juegos Deportivos Panamericanos.
Por su parte, el santafesino Carlos Monzón —monarca argentino— se erigió en el Luna Park, campeón sudamericano de peso mediano al superar por segunda vez al “Gallego” Jorge José Fernández, por decisión unánime, en el camino hacia la corona universal de esa división.
Cataldi
El “mandamás” de Peñarol, Mario Cataldi, dijo en el café Sorocabana, de 18 y Andes, de la capital uruguaya que “con Giménez y Errea estamos concretando un pase sensacional para el Río de La Plata, no actúa más Walter Taibo y necesitamos urgente un portero, porque vence hoy la presentación de la lista de buena fe para la Libertadores de América que empieza en una semana y jugamos con Nacional en la fecha inaugural”.
José Etchegoyen, el DT de Colón, precisó que “era bravo y difícil no dejarlo venir a Errea a Peñarol, está pasando el mejor momento de su vida deportiva y se la presenta la gran oportunidad a una edad madura (28 años). La entidad santafesina recibirá 8 millones y algo más, cerca de los 10, por un préstamo hasta el 31 de diciembre de 1967”.
Errea
El “Flaco” Errea dijo que “salimos ayer a las 16, en un avión-taxi que antes había sido contratado por la provincia de Santa Fe; llegamos a las 17 a Aeroparque y arreglaron todo Cataldi y Giménez y nos fuimos directamente a la Afa para el pedido de pase. Salimos para Montevideo por Pluna, a las 20,45; el contrato se rubricó a las 23,45; es decir 15’ antes de vencer el plazo; allí no terminó el suspenso, saben a qué hora llegó el cable de la AFA para la AUF (Asociación Uruguaya). Aunque no lo crean, dos o tres minutos antes del cierre, que era a las 12 de la noche”.
En el hotel Victoria Plaza donde en un principio se alojaba Errea, se produjo el deshaogo de Etchegoyen: “Colón pierde a una notable figura; pero en este caso el sacrificio de un brillante jugador es el beneficio para todo el plantel”.
“Mi corazón está con Colón”
En conversación con dirigentes y periodistas orientales, Errea sostuvo que hay que terminar con el apotegma de que existen “jugadores salvadores de clubes”.
Explicó que “para mí fue muy duro salir de Colón, pero tenía que decidirme, el equipo está séptimo, a un punto de Huracán y dos de Quilmes, juega las finales del Metropolitano o el Promocional, tiene la permanencia asegurada para el año en Primera División”.
El portero reconoció con énfasis: “si sigo en el club y no se clasifica para jugar por el título, la entidad pierde 8 millones de pesos, se esta manera, yo me voy, pero se sanean las finanzas de esta temporada. La gente sabe que yo llevo a Colón en el corazón”.
El uruguayo Etchegoyen afirmaba que ”Errea era el jugador mejor pago de Colón, ganaba 350 mil pesos por mes y eso es un ahorro importante de sueldos y premios hasta fin de año”. También mostraba su preocupación “porque no estaba en los cálculos de una hinchada que había hecho ídolo a Néstor Martín Errea”, su pronto alejamiento. Agregó que para él fue emotivo cuando en la última fecha —ya se habían suprimido los descensos—, Colón derrotó a Banfield 3 a 0 y dejó a cuatro conjuntos debajo en las posiciones (Platense, F. C. Oeste, Quilmes y Chacarita), siendo llevado en andas por los hinchas y simpatizantes.
Al retomar la palabra, Errea precisó que “aquí hay tres beneficiados: Colón, Peñarol y yo, por supuesto; si el equipo no se clasificaba entre los seis primeros de la zona, ¿cómo hacen los dirigentes para pagar a los jugadores? Allá quedaron para custodiar el arco José Luis Burtovoy y Eduardo Aníbal Tazare (jugó en F.C.S.F., Unión y N. O. Boys), tienen gente para el puesto”.
“Yo me llevo de Colón muy buenos recuerdos; no puedo expresar con palabras lo que siento por el club; era parte de la entidad y sentía a Colón. Les aseguro que cuando subí a la avioneta me aflojé y yo soy fuerte para estas cosas, el Italo me abrazó y me dijo: ‘Suerte pibe, te llevás el cariño y la admiración de Santa Fe”, agregó Errea.
En la parte final, subrayó ante la prensa uruguaya y argentina que “dejo atrás un año y medio de alegrías, de luchas, de tristezasà Fantasmas en forma de descenso, clasificación, distintas formas de persecución a Colón, a Etchegoyen (fue suspendido tres veces por la Afa); todo eso tuve que aguantar, porque siempre lo hice con el respaldo de la gente. Ahora estoy en Peñarol para disputar la Copa del Mundo. No creo que otro jugador en estas condiciones hubiera rechazado tal posibilidadà Estoy seguro de que en Santa Fe no faltará quién complique las cosas queriendo ajusticiarnos a todos, a Italo Giménez, a Pepe Etchegoyen y a mí; esos son los mismos que de noche no duermen y no van a tener paz en su vida; es gente frustrada que lo único que les queda es seguir tirándose contra Colón; son los de medio pelo; los que están en la mediocridad y no pueden ver a los sabaleros entre los grandes del fútbol argentino”, concluyó Errea.
“Yo, inconscientemente, asimilé cosas de los grandes, como Amadeo, Errea o Yashin, que fueron los tipos que más me impactaron. Néstor Errea fue un adelantado en el tiempo, el arquero más fino que yo vi en toda mi vida”. Hugo Orlando Gatti, ex arquero.
Fue campeón de América
Luego de haber sufrido como protagonista la final perdida del °63 con Boca y de haber vivido desde el banco la consagración de Estudiantes del °69, Néstor Martín Errea se daba el gran gusto de su carrera, al obtener la Libertadores como actor principal en 1970 contra Peñarol, con una memorable atajada en el final del partido en el Centenario.
Lo que no pudo ganar en cambio fue la Copa Intercontinental: la edición de 1970 enfrentó a Estudiantes con el Feyenoord, equipo que había vencido en la final europea al Celtic. En el partido de ida (al igual que en el ‘68 y el ‘69 los argentinos fueron locales en La Boca) el “Pincha” dilapidó una buena ventaja y terminó 2-2, mientras que en la revancha Errea no pudo detener un latigazo rasante de Van Daele cuando promediaba el segundo tiempo y así los holandeses ganaron 1-0, quedándose con el trofeo en disputa.
Errea aprovechó, en 1970, aquella suspensión de por vida que le habían dado al Flaco Poletti por los incidentes con el Milan, el año anterior, sanción que luego fue levantada en 1971.
Cifras: 1 partido atajó Errea en la selección mayor. Fue un amistoso ante Italia. El primer tiempo terminó 3 a 0 y lo sacaron. Sívori, que jugaba para Italia, se acercó en un momento y le dijo: “Pibe, no atajes adelantado porque te llenamos la canasta”. El titular era Roma, pero en ese partido atajó él. Cuando volvió a la Argentina, declaró, entre otras cosas, que “Roma tiene potencia física pero de arco sabe poco” y varias críticas más a sus compañeros. No lo convocaron más. Fue en 1961.