Por Lic. Eduardo H. Fontenla (*)
La implementación de la agenda 2030 se expresa en el territorio y depende de la capacidad de los distintos actores, siendo las entidades de las economías sociales actores claves.
Avanzar, integrar y cooperar son verbos que identifican esta propuesta de colaboración mutua desde la economía social y solidaria. Ésta se fortalece con el apoyo a los ODS y los ODS se potencian con el apoyo de la economía social.
Por Lic. Eduardo H. Fontenla (*)
La implementación de la agenda 2030 se expresa en el territorio y depende de la capacidad de los distintos actores, siendo las entidades de las economías sociales actores claves.
Por ello, sin banderías político-partidarias ni interferencias debemos pensar desde el cuarto principio cooperativo de “autonomía e independencia”, el valioso trabajo de cooperación con los Estados y la planificación estratégica concertada a nivel regional y nacional con verdadera participación democrática, en un todo de acuerdo con el punto 17 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que recomienda: “Alianzas para lograr los objetivos”. En esta concordancia es imprescindible movilizar y no desparramar recursos y esfuerzos.
Obviamente, que esta idea de interacción y construcción debe contar con la decisión, compromiso y mayor autoexigencia del estamento dirigencial. Una función del liderazgo con sensibilidad para generar consensos, y no de iluminados o dogmáticos. Se requieren dirigentes de calidad que interpreten el mundo presente “aquí y ahora” e imaginen posibles mundos futuros, donde se requieren innovadoras propuestas y soluciones ante los desafíos del desarrollo sostenible impulsado de “abajo hacia arriba”.
Asimismo, para lograr los objetivos fijados se requiere fortalecer vínculos para adelante y utilizar, tanto herramientas de planificación adecuadas, como contar con una excelente acción proactiva de conducción, de gerenciamiento, de gestión y de control de los proyectos; así como evitar el funcionamiento de las propuestas por canales paralelos o los comportamientos isleños en la economía social (ES).
Subrayamos que la implementación de los ODS es una propuesta de política internacional, de planificación y serán contributivos para que las organizaciones de la ES puedan potenciar su accionar y continuar brindando los mejores servicios posibles a sus asociados, razón de ser de la existencia con impacto en sus comunidades.
Esta amalgama y correlación permitirá diferenciar el accionar y la presencia en el mercado que brindan las cooperativas y las mutuales a fin de que cada día mayor cantidad de personas opten por los productos y servicios que ofrecen de manera más ventajosa, permanente y sostenible.
Es decir, los ODS amplían el horizonte de los valores, principios, abren nuevas oportunidades en el accionar de las organizaciones de la economía social y permiten pensar un futuro diferente. Esta propuesta no se debe silenciar en el discurso.
Encuentro de caminos y vocación internacional
Dado que es necesario fortalecer todas las modalidades de cooperación e incrementar su impacto y alcance se logró a nivel nacional dos avances institucionales importantes a destacar.
Uno, el consenso que se refleja en el documento de propuestas “Elecciones 2019: mensaje del cooperativismo y el mutualismo” suscripto por todas las confederaciones de cooperativas y mutuales de Argentina el 22 de agosto de 2019, donde expresamente se incluye y propone el cumplimiento de los ODS.
Otro, la declaración conjunta entre el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales (CNCPS), el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) y entidades del cooperativismo y mutualismo de nuestro país, firmada el 20 de noviembre de 2019. La declaración establece el “fomento de la cooperación y complementación entre las partes, coordinando e integrando iniciativas de sus respectivas competencias institucionales que contribuyan a la efectiva implementación de la Agenda 2030 y sus correspondientes metas”.
Por su parte el Grupo Piloto de Países por la Economía Social (GPIESS) que reúne a gobiernos-países, organizaciones internacionales, organizaciones de la sociedad civil y de la economía social y solidaria (ESS) que se propone promoverla a escala internacional la ESS, decidió contribuir a la puesta en marcha y cumplimiento de los ODS. Este grupo de países comenzó a trabajar en el año 2014 impulsado por la Asamblea General de Naciones Unidas.
Como actor global, la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) reafirmó en la celebración del Día Internacional de las Cooperativas, el lema “Sociedades sostenibles gracias a la cooperación” (Declaración 96º del Día Internacional de las Cooperativas año 2018). A su vez la Resolución de Kigali, Ruanda, de octubre de 2019, sobre desarrollo -en el punto II- sugiere a los Gobiernos: “Reconocer la importancia de las cooperativas y su efectividad en el logro de los ODS”.
Para apoyar la implementación y seguimiento de los ODS en las cooperativas, la ACI diseñó un sitio web para correr la plataforma cooperativa hacia el 2030 (www.coopsfor2030.coop) con cuatro áreas de acción. A lo que debemos sumar que la Alianza es de la familia de la ONU.
También, la Unión Mundial de la Mutualidad (UMM) y la Asociación Internacional de la Mutualidad (AIM), entidades de afinidad con la ACI, están implicadas, adhieren y trabajan mancomunadamente para rediseñar el futuro y en favor de la agenda 2030.
Avanzar, integrar y cooperar son verbos que identifican esta propuesta de colaboración mutua desde la economía social y solidaria. Ésta se fortalece con el apoyo a los ODS y los ODS se potencian con el apoyo de la economía social.
Cultura del Encuentro
Finalizamos este comentario que busca informar y sensibilizar sobre los ODS y los principios de la economía social destacando el componente colectivo y ético de la intervinculación virtuosa, como su compromiso con el bien común.
Es importante la visión de conjunto ya que si no lo hacemos todos juntos fracasaremos y nadie tendrá futuro.
Con la convicción que vivimos un momento de opción y que la realidad está para ser transformada, nos asentamos en la inteligencia, enseñanza y fe del Papa Francisco quién desarrolló la idea de la cultura del encuentro. En ese sentido, Mons. Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo y miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, recuerda las enseñanzas del Santo Padre ante las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático de Panamá: “Otro mundo es posible”, y donde enfatizó que “el derecho al futuro es también un derecho humano”.
La cultura del encuentro y las alianzas permiten ver a lo lejos. Siendo la Agenda 2030 base y oportunidad para el modelo de desarrollo sostenible y base para el desarrollo sostenible de la economía social.
Ahora: una amenaza global
Nos encontramos frente a un problema mundial, el coronavirus, que nos trajo un desgarro en el tejido social con un costo irremediable en vidas humanas y que cambió hábitos y comportamientos, además de transparentar muchas debilidades y fortalezas de las sociedades.
Hoy el mundo está en jaque y estamos obligados a reflexionar sobre el impacto económico, social y educativo de la pandemia para pensar juntos la salida de la crisis que debemos enfrentar en solidaridad.
Una lección aprendida es el peligro agudo que representa la desunión global y que no podemos detener esta epidemia sin cooperación estrecha entre los países de todo el mundo.
Para la salida de la crisis debemos conjugar en plural y profundizar los valores y principios que sustentan la economía social desde lo local, a la par de lograr con el aporte de la comunidad científica la vacuna global y/o medicamentos eficaces contra el COVID-19 para todos y para que no regrese.
Para pensar y construir el futuro que sea contributivo para abordar este difícil problema que sufrimos los ODS y la ES nos muestran un marco mental-teórico-práctico que nos puede ayudar a salir de la recesión y la desaceleración, especialmente a las comunidades más vulnerables afectadas por la pandemia. Esperamos que el COVID sea una palanca para superar las desigualdades.
En un programa pospandemia y ante las repercusiones negativas en los distintos escenarios que nos toca vivir, cobra máxima significación la implementación del ODS n° 3 de “salud y bienestar”, en un renovado y esperanzado “nosotros”, para que nadie se quede afuera y ninguno atrás en el camino hacia un buen vivir en relación amistosa con el ambiente, que es el planeta y sus habitantes.
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Los ODS amplían el horizonte de los valores, principios, abren nuevas oportunidades en el accionar de las organizaciones de la economía social y permiten pensar un futuro diferente. Esta propuesta no se debe silenciar en el discurso.
Para la salida de la crisis debemos conjugar en plural y profundizar los valores y principios que sustentan la economía social desde lo local, a la par de lograr con el aporte de la comunidad científica la vacuna global y/o medicamentos eficaces contra el COVID-19 para todos y para que no regrese.