Una encuesta sobre entrenamientos y hábitos de los jugadores se convirtió en una radiografía del fútbol argentino. La mayoría de los futbolistas se entrena en el patio, garaje o gym, aunque este tipo de prácticas es más cercana al fitness que al fútbol por la imposibilidad de trabajar la resistencia ante la falta de espacios más grandes, o el apoyo que sienten los protagonistas desde sus familiares, amigos y cuerpo técnico pero mucho menos de los representantes o el sindicato. Estas son algunas de las riquísimas conclusiones de una reciente encuesta sobre entrenamiento y hábitos durante la cuarentena por Covid-19 realizada por el profesor de educación física Gastón Biaín entre los futbolistas argentinos de todas las categorías, entre el 20 de junio y el 15 de julio pasado.
Biaín, graduado en el INEF de Luján y con estudios de postgrado en la Universidad Abierta Interamericana y con anteriores trabajos en San Lorenzo, Independiente, Olimpo de Bahía Blanca, Platense, Temperley, Deportivo Cuenca y Aucas de Ecuador y en Hong Kong, también tuvo la experiencia de conocer los entrenamientos del Manchester City y el Barcelona de Josep Guardiola, el Atlético Madrid de Diego Simeone, y del Espanyol de Mauricio Pochettino.
El PF, pese a encontrar algunas resistencias desde lo institucional, persistió en su idea de relevar la realidad del fútbol argentino en la pandemia y garantizando el anonimato de los encuestados, pudo concretar el trabajo asesorado por su esposa, nutricionista, y con la colaboración de otros colegas que fueron tomando contacto con los 280 futbolistas, de los cuales el 57 por ciento corresponden a la Primera División y a la Primera Nacional; y el 43 por ciento, al resto de las categorías.
Los interesantísimos datos obtenidos en la encuesta reflejan una realidad que debería ser atendida por la AFA, Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA) y la Secretaría de Deportes de la Nación justo en horas decisivas, porque quizás en esta semana se defina la fecha de regreso de los torneos oficiales, y este trabajo coloca en un punto justo la situación para ser evaluada desde la salud física y psíquica de los protagonistas.
Si uno de los datos más relevantes es que la mayoría de los futbolistas puede utilizar los distintos elementos tecnológicos requeridos en sus preparaciones en esta etapa de pandemia, y se entrena por Zoom desde sus casas, y en general, con un plan suministrado por sus cuerpos técnicos, es una gran evidencia también que los clubes ayudan muy poco a los jugadores en cuanto a los elementos necesarios para las prácticas. Un 62,7 por ciento dijo que no recibió ayuda de sus entidades. O sea que en este punto hay una correspondencia con lo que ocurre con las empresas y el teletrabajo.
También se marca que para la gran mayoría de los jugadores, las indicaciones de los clubes tendrían ciertas deficiencias porque el 59,3 por ciento hace ejercicio físico por su cuenta, y el 30,4 por ciento lo hace “algunas veces”, por lo que quienes no consideran que necesitan un complemento son apenas el 10,3 por ciento del total.
Justamente cuando el fútbol se plantea su regreso con miras a la reanudación de los torneos, el 34,8 por ciento de los jugadores no tuvieron contacto con la pelota y el 35,5 por ciento no pudieron entrenar ni el cabezazo ni el pase (con la pared o la ayuda de otro).
Una muy interesante pregunta es la que se refiere al apoyo que los jugadores reciben en esta pandemia, vuelve a mostrar que se sostienen mucho más por su entorno, desde lo afectivo, que por su club. El porcentaje de apoyo es mucho más alto en lo referente a la familia y amigos, incluso el entrenador, que cuando se hace referencia a dirigentes o su representante (que en algunos casos ni aparece) y de manera preocupante, baja aún más en referencia al sindicato, con el que apenas el 53,7 por ciento tuvo algún contacto, algo llamativo considerando que apenas un 9,6 por ciento, hasta julio, había cobrado el salario de junio.
También es preocupante que un 68,3 por ciento de los jugadores no haya recibido ningún tipo de asistencia psicológica (que a todas luces aparece como necesaria cuando el 46,8 por ciento, casi la mitad, no tuvo ganas de entrenarse “algunas veces” y un alto porcentaje tuvo problemas de sueño mayores a los habituales), aunque por contrario, el 61,3 por ciento recibió asesoramiento nutricional.
Pese a todo, el 79,3 por ciento dice que “nunca” pensó en abandonar el fútbol, lo cual ratifica el entusiasmo de la gran mayoría por seguir pese al enorme lapso sin actividad.
Desde la auto percepción del estado físico, el panorama es de optimismo. Eso lo corrobora el hecho de que un 84,2 por ciento siente que se encuentra bien (“muy bien” 8,9, “bien” 44,6%, y “mejor de lo esperado”, 30,7), al punto de que la mayoría de los futbolistas se califica entre 6 y 7 puntos.
Otra de las conclusiones es que la gran mayoría de los futbolistas que respondieron lleva una vida estable y familiar (91,4 por ciento), lo que contribuye a un mejor cuidado personal en el confinamiento.
El 70 por ciento de ellos se traslada en automóvil privado y sólo un 11,4 por ciento lo hace en transporte público, algo que puede contribuir al protocolo de futuros entrenamientos; y también se observa, dentro de esa estabilidad, que la mayoría no modificó su alimentación por causas económicas y menos de una cuarta parte del total registró un aumento de peso.