Este viernes por la tarde, en la reunión del 151° Aniversario de la Academia Nacional de Ciencias (ANC) con sede en Córdoba, se entregaron tres premios muy prestigiosos para la comunidad científica nacional. Uno de los distinguidos fue el Dr. Federico Ariel, de 37 años ("Premio Hermann Burmeister 2019", en la especialidad Biología Celular y Genética) por su contribuciones en esa rama de la ciencia básica aplicada.
Ariel es paranaense, pero se formó en la ciudad. El joven científico estudió su carrera de grado y doctorado en la Universidad Nacional del Litoral (UNL), y trabaja en el Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (IAL), de doble dependencia Conicet-UNL. Continuó durante seis años sus estudios superiores en Francia, volvió y se radicó en esta capital.
La ANC, con sede en Córdoba, es la academia más antigua del país: fue creada hace 151 años por Domingo F. Sarmiento. Desde hace unos 20 años comenzó a entregar estos premios para investigadores menores de 40 años de edad por sus aportes científicos destacados en cada especialidad (ver Sobre la ANC). Además, del Dr. Ariel, los otros dos científicos premiados fueron la Dra. Victoria Paternostro de la UBA ("Premio Enrique Gaviola 2019", en el área de la Matemática) y el Dr. Mario Tagliazucchim del Conicet-UBA ("Premio Ranwel Caputto 2019", en la especialidad Fisicoquímica y Química Inorgánica).
Ariel ya había sido premiado por la Academia Nacional y Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, con sede en Buenos Aires. También fue galardonado el año pasado -cabe recordar- con el Premio Fima Leloir 2019 "A la Excelencia Científica de Jóvenes Investigadores". Ahora, recibió la distinción de la ANC de Córdoba.
"Este premio es para investigadores de menos de 40, lo cual representa un gran estímulo y un aliento para los más jóvenes, para que sigan adelante con sus carreras y para que puedan darle visibilidad a sus trabajos. Es muy importante todo esto, porque nos permite hacernos nuestro lugar en el sistema científico argentino", dice Ariel en diálogo con El Litoral.
Respecto de su disciplina, Federico Ariel se dedica a una rama de la genética que se denomina epigenética: "El prefijo 'epi' en latín significa 'por sobre'. Entonces, estudiamos todo aquello que está por encima de la genética, y en particular cómo la información genética se organiza en tres dimensiones adentro del núcleo de cada célula. Esto es importante porque tiene estrecha relación con el ambiente con el cual el ser vivo vivo", precisa.
En el caso de las plantas -su especialidad-, "éstas adaptan el desarrollo de su propio cuerpo en función de sus necesidades medioambientales (frío, calor, humedad, plagas, etcétera). Lo que hacemos es reorganizar toda esa información genética en tres dimensiones".
Ariel entiende que la sociedad global está en un momento "en el cual tenemos que desarrollar nuevas estrategias de agricultura sustentable. Lo que se está haciendo a nivel ambiental es un desastre (el monocultivismo, el desmonte y al uso excesivo de agroquímicos)", advierte. Y para eso, hace falta entender mejor a las plantas. ¿Qué quiere decir esto?: "Si no entendemos cómo éstas responden al ambiente y de qué manera se adaptan, quedamos jugando a ciegas. Por eso, necesitamos comprender mejor a los vegetales y, para ello, toda la ciencia básica aplicada en este momento es fundamental".
"Si comprendiéramos mejor a las plantas -completa el joven científico-, podríamos desarrollar estrategias para ir ayudándolas a que tengan una mejor producción sin tener que agredir tanto el medioambiente", concluye.
Beatriz Caputto es la primera presidenta de la ANC desde su creación. "La primera mujer en más de un siglo y medio… No lo podía creer cuando me seleccionaron. Es un desafío muy lindo", le confiesa a este medio. Los nombres de los premios llevan justamente los nombres de grandes personalidades de la ciencia argentina de todos los tiempos: Hermann Burmeister, Enrique Gaviola y Ranwel Caputto. "En el caso del premio Ranwel Caputto, él construyó una obra muy importante y reconocida, porque prácticamente fue el iniciador de la investigación en la química (en la Facultad de Ciencias Químicas de Córdoba)", explica.
Estos premios tomaron un impulso muy interesante en los últimos años, "porque son de carácter nacional y muy competitivos. Hay una selección extremadamente rigurosa (conformado por comisiones ad hoc con especialistas en cada disciplina) que evalúa cada aporte; y de no considerarlos meritorios, se los deja desiertos. Este año tenemos tres científicos jóvenes con contribuciones realmente muy trascendentes", subraya Caputto.
La pandemia obligó a que la entrega de premios fuera virtual. Pero la presentación fue abierta a través de la web de la ANC (https://www.anc-argentina.org.ar/es/), mediante previa invitación solicitada. Y la ANC sigue con sus actividades, aún con la emergencia sanitaria por el coronavirus: "La semana que viene habrá un conversatorio virtual entre arte y ciencia. Seguimos, pese a todo", dice la presidenta. Todas las actividades quedan alojadas en la página web.
La ACN tiene como misión contribuir al desarrollo de las ciencias exactas y naturales. "Aquí, en nuestra sede, hay mucha historia: tenemos libros que datan de 1568; Darwin fue académico nuestro, y nos mandó un libro suyo con una dedicatoria para la academia, con una carta de puño y letra", cuenta Beatriz Caputto.
Y sobre este premio para los jóvenes, "el objetivo es alentar y estimular a los jóvenes investigadores del país. Estamos muy orgullosos de poder otorgar estas premiaciones", concluye.