La pandemia está generando tensiones en las dinámicas familiares
Del "chupete electrónico" de las pantallas a la necesidad de una crianza respetuosa
Para el psiquiatra Lucas Raspall, hay un uso excesivo de la TV, tablets y celulares, que actúan como una "anestesia" para que los niños "se calmen". Al ocurrir esto, se desatienden sus necesidades. Sugiere a los adultos repensarse en su función de padres y madres.
Fernando Nicola El largo período de encierro genera tensiones dentro de vínculos afectivos: puede aparece mayor nivel de estrés.
Lucas Raspall habla y se escucha de fondo en el teléfono el bullicio de niños jugando. Pide disculpas: "Soy padre de tres. Imaginate", dice en tono de broma, cariñosamente, y responde las preguntas. Es médico psiquiatra, psicoterapeuta, conferencista internacional y experto en vínculos familiares. Sabe que la pandemia y el confinamiento está generando cambios en las relaciones afectivas dentro el núcleo de muchas familias.
No cree que haya una reconfiguración total de las relaciones a partir del Covid-19, pero sí que van apareciendo cambios significativos en las dinámicas familiares. Todo influye: el trabajo remoto; los chicos sin clases presenciales (la escuela era una de las "rutinas organizadoras" de la familia); muchas horas compartiendo padres e hijos un mismo espacio. También plantea sus advertencias sobre el abuso de las pantallas: "A veces, se les prende la TV o la tablet a los pibes sólo como un 'chupete electrónico' que actúa como 'anestesia' para que 'se calmen'", dice el especialista en diálogo con El Litoral.
Su curriculum es extenso (ver Perfil), con varios textos académicos y libros publicados. Raspall dio una conferencia abierta este martes en el marco de un ciclo virtual que organiza el Concejo de Santa Fe. "Los vínculos familiares en tiempos de pandemia: re-pensar la crianza respetuosa", fue el título de su exposición (ver Ciclo).
"Muchos padres y madres están trabajando desde sus hogares; los chicos no están yendo a las aulas, y esto va modificando las dinámicas familiares. Estos cambios nos obligan a padres y madres a volver a mirarnos (o hacerlo por primera vez), porque hay mucho tiempo de convivencia, mucho roce y poco aire dentro de un hogar", advierte el especialista.
Tensiones
¿Y cuál es la punta de iceberg visible de estos cambios en los vínculos y relaciones de familia hoy? Las tensiones. "Aparecen tensiones entre el estrés de madres y padres y las necesidades de los niños. Cuanto más alto el nivel de estrés de los adultos, baja mucho la sensibilidad en la crianza. Y aparecen roces, malos tratos en distintas formas (no necesariamente violencia física), como por ejemplo responder mal o caer en las amenazas frecuentes ('si no hacés esto, no vas a poder hacer algo que te gusta')".
Otra tensión nace de la imposibilidad de los niños de hacer lo que naturalmente debieran hacer: saltar, correr, jugar, reírse e incluso llorar. "Eso antes pasaba como 'pulmones de aire' cotidiano para unos y otros a través de la escuela o las actividades extra curriculares", agrega Raspall. Estos cambios en las dinámicas afectivo-familiares "nos obligan a mirarnos y a repensarnos en nuestros lugares de padres o madres. Y siempre, siempre en el marco de la crianza respetuosa", subraya.
Uso (y abuso) de pantallas
-¿Qué lugar, dentro de estas nuevas dinámicas, están ocupando las nuevas tecnologías en el contexto de confinamiento? ¿Observa un uso moderado o un abuso de las pantallas dentro del ámbito familiar?
-Sin que esto caiga en no entender cuáles son los problemas cotidianos dentro de una familia, yo creo que hay un uso excesivo de las pantallas, particularmente cuando un chico no está calmado. A ver: un nene empieza a llorar o le pasa algo, y muchas veces se lo 'enchufa' a una pantalla (para que se calme): Esto es una forma de desatender su necesidad (la razón de por qué llora). Es un abuso de la tecnología, porque se usa con una finalidad contraria a la necesidad del niño. Lo que hace en ese momento la pantalla como "chupete electrónico" es "anestesiar" o no ver lo que le está pasando a la criatura.
Y nosotros, como padres, tenemos que poder mirar esta situación. Tenerlo al chico horas delante de una pantalla para que "se calme o no moleste" es desatender su necesidad. No lo digo señalando con un dedo acusatorio; sólo lo planteo como clave para empezar a ver qué necesita ese niño. ¿Ellos necesitan estar "enchufados" a una pantalla para que nosotros, los adultos, podamos hacer cosas? No. Quizás en algunos casos no "queda otra", lo entiendo como padre. Pero "enchufarlos" no es lo que ellos necesitan. Me parece que cada padre o madre debe revisar cómo se usa la tecnología adentro de cada hogar.
Otra cosa es que toda la familia mire una película y que luego esa experiencia se socialice. Eso pasa a ser un momento compartido. Con una película hay una historia, una trama con un desarrollo, hay personajes, y mirarla en estos términos, comentándola, socializándola luego, no es lo mismo pensar al nene con una tablet o un celular a 30 centímetros de sus ojos.
Perfil
Archivo El Litoral
Foto: Archivo El Litoral
Lucas Raspall es médico psiquiatra y psicoterapeuta, profesor universitario, conferencista nacional e internacional. Es subsecretario de Desarrollo Humano de la Municipalidad de Rosario. Autor de artículos científicos y 9 libros, entre ellos Neurociencias para educadores (Homo Sapiens, 2017); Un juguete llamado mente (UNR Editorial, 2016) y Cuánticamente. Redes enredadas (UNR Editorial, 2014).
Ciclo
El Concejo local inició un ciclo de conferencias virtuales que se transmiten por la cuenta oficial a través de Youtube, para abordar las distintas aristas de la pandemia por el Covid-19. Los próximos encuentros serán el 6 de octubre con la presencia de Kurt Lutman para hablar de "El deporte como forma de inclusión". El ciclo finalizará con la presencia de Andrea Uboldi, el 14 de octubre, con la charla: "Repensar la salud post pandemia".
"No es bueno ya proyectar las fiestas de fin de año"
A tres meses de las fiestas de fin de año, el interrogante es qué pasará en ese contexto tan especial: muchas personas están alejadas de sus familias (las del interior provincial, por ejemplo, de las que están en la capital) y la posibilidad latente de no poder hacer una celebración conjunta como todos los años empieza a aparecer, casi inconscientemente. Todo dependerá de cómo prosiga la situación epidemiológica en la provincia.
Para Raspall no es bueno hacer proyecciones de cara a esas fiestas. "Pienso en ver las cosas al corto plazo, semana a semana. Poner el foco ahí no es lo más conveniente ahora. La gente se sensibiliza mucho con las fiestas. Pensemos en que llevamos más de seis meses de pandemia y para Navidad, serán 9 meses. En todo caso, las fiestas serán muy extrañas como lo fue todo este año. Veremos cuando llegue el momento: qué se le permitirá a la gente, si juntarse o no. Pero tenemos que hacer mucho para hacer hoy, no dentro de tres meses. No creo que sea bueno proyectar demasiado sobre fin de año", recomienda Raspall.
"Lo que nos pasa con esta pandemia es muy similar al parte meteorológico: podés confiar en lo que pasará con el clima como mucho de acá a siete días. Después es algo aleatorio, 'una lotería'. Hay que hacer proyecciones a más cortos períodos que a largos", concluye.