Las aguas verdes en lagunas y ríos santafesinos pueden ser tóxicas
Con las altas temperaturas y la bajante histórica, las cianobacterias encontraron un ecosistema ideal para su rápida proliferación. Especialistas advierten que pueden ser nocivas para las personas y que es necesario prevenir a los bañistas y navegantes.
Las condiciones climáticas actuales e hidrométricas representan un conjunto de factores que favorecen su rápida proliferación.
Días atrás, el agua color verde azulado de la laguna Juan de Garay en Santo Tomé sorprendió a los vecinos, y sobre todo porque había una gran cantidad de peces muertos. También en Buenos Aires, la semana pasada fue noticia este color extraño en las aguas de la zona de Puerto Madero y las costas de Tigre, San Isidro y San Fernando.
Como mencionó El Litoral, al contar el suceso de la mortandad de peces en la laguna santotomesina, esta coloración se da por la presencia de las cianobacterias ("ciano", que viene de los pigmentos que poseen estos microorganismos, y no del cianuro como mal describieron algunos medios nacionales). Cuando las cianobacterias se desarrollan en gran cantidad forman espumas o cúmulos verdosos que pueden observarse a simple vista y que reciben el nombre de floraciones. Estas bacterias, generalmente, se encuentran en aguas estancadas, con escaso flujo, por lo que es muy frecuente verlas en lagunas, zanjas o ambientes de aguas quietas, aunque también pueden encontrarse en las márgenes de los ríos y arroyos.
"Son bacterias pero realizan fotosíntesis como las plantas. Su presencia en los ambientes acuáticos no es nueva. Las cianobacterias son casi tan antiguas como la vida en nuestro planeta. Fueron unos de los primeros organismos vivos y responsables de que nuestra atmósfera fuera oxigénica. Un grupo de ellas posee interés sanitario por la potencialidad de producir toxinas y otros cambios en los ecosistemas por la capacidad de producir floraciones", explicó la investigadora Melina Devercelli del Instituto Nacional de Limnología (CONICET-UNL), en una entrevista con El Litoral.
Además de verse esta situación en Santo Tomé (producida por las cianobacterias Anabaenopsis sp), kayaquistas que navegan a diario las aguas circundantes a Santa Fe, observaron floraciones de cianobacterias en márgenes del río Colastiné; Coronda; laguna Setúbal; a la altura del Museo de la Constitución; la isla Chapetón; y en Monte Vera.
Fernando Nicola Los peces de la laguna Juan de Garay sufrieron los efectos de estos microorganismos.
Los peces de la laguna Juan de Garay sufrieron los efectos de estos microorganismos.Foto: Fernando Nicola
Condiciones ideales
Las condiciones climáticas actuales e hidrométricas representan un conjunto de factores que favorecen su rápida proliferación. "Las altas temperaturas y la bajante del río generan condiciones propicias, ya que hay menor corriente y las típicas aguas marrones de nuestros ríos se encuentran más transparentes porque los sedimentos se depositan", comentó la investigadora.
Devercelli, quien es especialista en ecología microbiana y en particular en fitoplancton, señaló que "las floraciones no podrían desarrollarse sin nutrientes (principalmente nitrógeno y fósforo) que se ven aumentados en su concentración en los ambientes acuáticos en el último tiempo por el vertido de efluentes, residuos cloacales, ingreso por lavado de fertilizantes y agroquímicos". Al mismo tiempo agregó "cambios en los factores climáticos como la mayor recurrencia de los períodos de sequía de "La Niña" las favorecen. Es por eso que este tema lo abordamos interdisciplinariamente (ver apartado investigadores participantes)".
Evitar el contacto con el agua cuando presenta ese color verde azulado es muy importante. Cuando se dan las floraciones de cianobacterias, según explicó la especialista, "el problema es que muchas de las especies que forman floraciones, tienen la potencialidad de producir toxinas que pueden ser neurotóxicas o hepatotóxicas, muy peligrosas para la salud de las personas, especialmente de bajo peso o con afecciones hepáticas previas".
Entre otros efectos que pueden provocar a las personas, estos microorganismos al poseer "un mucílago al cual también se asocian otras bacterias, producen todo tipo de irritaciones en la piel y en las mucosas como ardor de ojos, otitis, dermatitis, etc. Es importante conocer esto, ya que a veces llegan personas a las guardias médicas y es difícil asociar los síntomas con las causas para evitarlas a posteriori", precisó.
También sostuvo que algo importante a tener en cuenta es que "las toxinas no se eliminan mediante métodos tradicionales como la lavandina o ebullición del agua, ya que requieren de temperaturas de más de 120° para degradarse. Estos procedimientos, por el contrario, aumentan el riesgo ya que al destruir los microorganismos se liberan las toxinas intracelulares".
Gentileza Cuando el agua se retira, las cianobacterias dejan su marca verdosa en la orilla. Kayakistas han advertido ver esta situación en diversas zonas que rodean a Santa Fe.
Cuando el agua se retira, las cianobacterias dejan su marca verdosa en la orilla. Kayakistas han advertido ver esta situación en diversas zonas que rodean a Santa Fe.Foto: Gentileza
Prevención
En este sentido, la científica del INALI advirtió que "a corto plazo lo que podemos hacer es prevenir y evitar el contacto con el agua en donde se encuentren estas floraciones: no bañarse, no permitir que los animales beban de esta agua, si se necesita ingresar al agua debe hacerse con la protección adecuada (guantes, botas, trajes de neoprene) evitando todo contacto con la piel y particular cuidado con los ojos. Si por alguna razón se tuvo contacto con el agua deben lavarse con abundante agua corriente. Tampoco se debería pescar en las zonas afectadas ya que las toxinas pueden acumularse en el músculo de los peces".
Relacionado al vínculo que tiene esta bacteria con los peces, Devercelli resaltó que "las toxinas no siempre son las responsables de las mortandades de peces. Las cianobacterias liberan oxígeno al agua pero también pueden generar condiciones de anoxia especialmente en horas de la noche que afectan particularmente a peces con baja tolerancia a dicha condición, o también por obstrucción de sus branquias".
Para poner en conocimiento a la población de la precaución que es necesaria tener en caso de que estas bacterias estén en el agua, el Gobierno Provincial, a través de la ministra Érika Gonnet (Ministerio de Ambiente y Cambio Climático) se comunicó con las investigadoras para interiorizarse en el tema e iniciar acciones de prevención. Devercelli sugirió que la primera acción a realizar es colocar cartelería para advertir a los bañistas y navegantes, acerca de la calidad del agua.
Si bien son microorganismos que se reproducen por las condiciones que reinan en el ecosistema acuático, hay maneras de reducir su posibilidad de proliferar. Es por eso que la científica sostuvo que "a largo plazo, tenemos que trabajar en evitar los vertidos a los ambientes acuáticos u obras de ingeniería que cambian la dinámica hidrológica, y pensar a los sistemas fluviales de una manera integral y desde la perspectiva de la sostenibilidad del socioecosistema".
Investigadores participantes
Devercelli no trabaja sola "ya que esta problemática atraviesa a la cuenca del Paraná. Trabajamos junto con la Dra Inés O'Farrell (IEGEBA, CONICET-UBA) y Marina Forastier en (FCA, UNNE, Corrientes), y con las autoridades del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, y Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, y el Ministerio de Ambiente y Cambio Climático de la Provincia de Santa Fe", comentó la santafesina.
También participan otros investigadores de CONICET como el meteorólogo Federico Robledo, hidrólogos y especialistas en inteligencia artificial que se encuentran elaborando sistemas de detección temprana de la problemática; y el personal del INALI como Diego Frau del laboratorio de Plancton, y de otros laboratorios como Ictiología y Química.