Nacido en Rafaela en 1979, Santiago Alassia escribe desde hace mucho. Hubo momentos en que estuvo abocado casi por completo al teatro y otros en los cuales pesó más la poesía y la narrativa. El volumen de cuentos "Por lo bajo" (2017), los libros de poesía "Magún magún" (2019), "Hueco en el mundo" (2015), y la nouvelle "Juan y Antonio" (2009) son algunos de sus trabajos. Alassia fue el ganador, en la categoría "Obras Inéditas" del Premio Provincial de Narrativa Alcides Greca por "No es lo suficiente", que contiene una decena de cuentos. Sobre esto y sobre su acercamiento a la literatura, charló con este medio.
-Planteaste que, en tu caso, "los libros se encuentran sobre la marcha, en el camino. El primer impulso es siempre visceral, intuitivo, y luego uno trata de construir los procedimientos que le permitan sostener ese impulso". ¿Nació así "No es lo suficiente"?
-En gran medida si. Es un libro de cuentos con diez relatos que tienen en común la particularidad de estar trabajados desde la exploración de la primera persona. Son cuentos de personajes. Los entiendo así. Y mientras los iba escribiendo, iba pensando si esto podía conformar un libro, si había una organicidad que pudiera reunir a estos diez textos. Y me fui dando cuenta que sí, que el puente que podían construir entre sí es que todos son de personajes. El disparador, el motor, la idea inicial, lo que los genera y lo que luego me sirvió para organizarme y orientarme en la escritura es partir de un personaje. No son cuentos inspirados por una anécdota, una acción, una descripción o una trama. Son personajes y particularmente sus voces. La forma de hablar de ellos se me vino a la oreja. Esto, me parece, tiene mucho que ver con que durante mucho tiempo de mi vida me dediqué más al teatro que a la escritura, sobre todo a la actuación. El libro se fue armando así. Son todos textos en primera persona que exploran distintas voces de personajes, que están lejos de lo biográfico. Venía escribiendo poesía, el texto que publiqué en 2019 en Palabrava que es "Magú, magú", una primera persona más pegada a mi historia personal. En cambio, en estos textos, el desafío fue crear personajes cuyas voces hablen de algo lejano a mí. Hay un personaje que es una especie de hippie gurú que es líder de una especie de aldea postmoderna, hay una tambera psicótica, una esposa maltratada por su marido dueño de un boliche pobre. Personajes que, a priori, están lejos de mi biografía.
-¿Qué temáticas aparecen en estos cuentos?
-Me parece que son freaks de pueblo. Son cuentos de personajes que me fueron inspirados por la imagen de cada uno de ellos. Y cada uno de esos personajes son, podríamos definirlo así, como los raros del pueblo. En este sentido, un concepto que podría pensar en función de lo que se fue construyendo con estos textos, es pensar que margen, que posibilidad puede haber para la transgresión. Son como freaks que intentan salirse de la norma, la ley, el mandato. Nací, crecí y viví hasta los 38 años en Rafaela. Que, en mi infancia y adolescencia, en los '80 y los '90, era un pueblo grande. Todavía tiene esa idiosincrasia. Tengo un amigo psicoanalista que estudió en Rosario pero ejerce en Rafaela y me dijo que desarrolló un síntoma interesante: olvidarse rápidamente de los nombres. Para ser psicoanalista en Rafaela, necesariamente tenés que olvidarte los nombres, porque si te viene a tocar la puerta alguien, enseguida lo asociás con su su familia y amigos.
-Y hay que romper con eso para poder desarrollar el trabajo de una forma más aséptica, de alguna manera.
-Tal cual. Y me parece que algo de eso, temáticamente, hay en los cuentos. Son los freaks, los tontos del pueblo, pero que intentan justamente como correrse de la normativa furiosa con la que el pueblo les cae.
-En ese sentido, tus relatos tienen mucha actualidad. Estamos en un contexto en el cual esta idea de romper con los mandatos sobrevuela todo el tiempo.
-Coincido. Y me parece una inclinación saludable. Celebro esa inclinación a poner en cuestión. Esta deconstrucción permanente. Hay que ver también si es posible vivir así. Por ahora, es necesario tratar de cuestionar y deconstruir ciertos mandatos, discursos o prácticas establecidas. Eso está buenísimo. Después veremos si se puede todos los días estar refundando el sentido de la identidad, lo que uno es, lo que uno hace. Es difícil vivir todo el tiempo sin un centro ordenatorio, pero lo celebro como actitud.
Cuentos y poesías aparecen en el horizonte creativo de Santiago Alassia. "Tengo varios proyectos de libros nuevos de poesía, que estoy trabajando y reescribiendo. Estoy avanzando en algunos de ellos que todavía no están terminados. También vengo trabajando en ideas para futuros relatos", contó.
El Premio Provincial de Narrativa "Alcides Greca" homenajea la figura del icónico narrador y cineasta nacido en la ciudad de San Javier en 1889, cuya vida y obra transcurrió principalmente en Rosario, pero con fuertes vínculos con su tierra natal.