El músico y compositor folclórico César Isella, falleció este jueves a la edad de 82 años por un problema cardíaco. El artista folclórico salteño padecía una cardiopatía severa que surgió a raíz de los tratamientos a la que fue sometido en 2012 por una enfermedad.
El autor de “Canción con todos”, “Fuego en Animaná” y “Canción de las simples cosas” (en su larga asociación con el letrista Armando Tejada Gómez), nacido en Salta el 20 de octubre de 1938, Isella fue uno de los cantantes y compositores de folclore más respetado de la Argentina y una de las figuras del Movimiento del Nuevo Cancionero. Además, fue quien impulsó la carrera de Soledad Pastorutti.
Seis meses atrás estuvo internado en el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA) por una grave complicación coronaria: padecía una cardiopatía severa que surgió de la quimioterapia a la que fue sometido en 2012. Desde entonces fue internado tres veces allí.
Tenés que leerInternaron a César Isella
En julio, su hijo Fernando explicó: “No va a quedar internado pese a que la situación coronaria que atraviesa mi padre es jodidísima”. “Al estar en España se me complica tener el seguimiento de la situación y no pude hablar con la cardióloga que lo atiende”, agregó sobre su padre, uno de los cantantes y compositores de folclore más respetados de la Argentina y una de las figuras de lo que fue el Movimiento del Nuevo Cancionero.
El el parte suscrito por el director médico del Comité Médico Operativo del ICBA, Alberto Alves de Lima, decía entonces: “El Sr. César Isella estuvo internado en esta institución por descompensación de su enfermedad de base y respondió adecuadamente al tratamiento implementado. Por lo cual en el día de hoy será externado y continuará su seguimiento por el área ambulatoria”.
La carrera de Isella tomó impulso en 1956 cuando se sumó a un grupo creado tres años antes y que fue decisivo en la música folclórica: Los Fronterizos. Permaneció en el grupo hasta mediados de los 60. Se fue para iniciar su carrera solista después de haber grabado con Los Fronterizos la “Misa Criolla” de Ariel Ramírez, una de las cumbres de la música popular argentina.
Tras su paso por Los Fronterizos, Isella adhirió al Nuevo Cancionero, el movimiento que auspició Armando Tejada Gómez desde Mendoza, y del que participó una joven Mercedes Sosa. Junto a Tejada compuso los clásicos mencionados anteriormente, que en la voz de “la Negra” se volvieron parte del acervo musical argentino. También compuso “Canción para despertar a un negrito” (sobre un poema de Nicolás Guillén), “Canción de la ternura” y “La patria dividida” (en base a versos de Pablo Neruda).
Isella padeció el exilio al producirse el golpe de 1976. Regresó en 1983 y retomó su carrera. En los años 90, al tiempo que descubrió a Soledad, dirigió tres años seguidos la Peña Oficial Festival Nacional de Folclore de Cosquín, que incorporó a artistas jóvenes.
En 2010 ganó con su composición “El cantar es andar” el certamen folclórico del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar. En total, grabó 13 discos con Los Fronterizos y como solista lleva 15. Además, fue director general del Teatro General San Martín, y vicepresidente de Sadaic (Sociedad Argentina de Autores y Compositores). El 25 de septiembre de 2012, fue nombrado Embajador de la Música Popular Latinoamericana (con rango y jerarquía de Subsecretario), por la Secretaria de Cultura de la Presidencia de la Nación.
Luego de la desvinculación artística, el Tifón de Arequito afirmó: “Me saqué de encima a alguien que le hacía daño a mi carrera”, en referencia a Isella. Le gané un juicio rotundamente en primera y segunda instancias de Cámara, inapelable. Ya me pagó. Soledad perdió un juicio por incumplir un contrato”, expresó Isella. “Soledad dijo en un momento que dañé su carrera. No puede decir una barbaridad tan grande. Fui su arquitecto. Para su triunfo caminé duramente con ella para subir una gran montaña con talento e inteligencia y cuando estábamos arriba se dijo: ‘Lo largo a éste y me quedo con más plata’”, aseguró el cantautor.
Luego se refirió al trabajo que hizo junto al ex manager de la Sole y el poco dinero que cobraba por apuntalar la carrera de la artista. “La puse en la cima junto junto al gran trabajador y hombre honorable como es Norberto Baccon. Pero su omisión lamentablemente pudo más. Yo cobraba apenas el 10 por ciento de porcentaje, una miseria para el trabajo de inteligencia y producción que hice en siete años”, explicó Isella.
“En dos años la subí al teatro Gran Rex y la segunda vez hizo 27 funciones y contraté al gran Aníbal Pachano para la puesta en escena. Ella y su familia no tenían la menor idea quién era Pachano, seguramente hoy sí”, expresó el cantautor. Y agregó: “Le inventé una película que tuvo más de un millón de espectadores. La senté a mi lado para enseñarle a componer, como hicieron conmigo el Cuchi Leguizamón, Eduardo Falú y Horacio Guarany. La volví solista a Natalia con ‘El Sapo cancionero’”, afirmó Isella.