Almodóvar inicia un nuevo viaje al universo femenino
Tras la autorreferencial “Dolor y gloria”, focalizada en la crisis creativa de un cineasta, el español comenzará a rodar en marzo “Madres paralelas”, con Penélope Cruz. Allí retomará los tópicos que le valieron reconocimiento mundial a través de films como “Mujeres al borde un ataque de nervios”, “La flor de mi secreto” y “Todo sobre mi madre”.
Archivo El Litoral Cómo afirmó la actriz Jodie Foster, Almodóvar es capaz de contar la experiencia femenina de una forma que ningún otro director consigue . De ahí deriva el interés por el film que comenzará a rodar el próximo mes con Penélope Cruz.
“Yo quiero ser una chica Almodovar, como la Maura, como Victoria Abril. Un poco lista, un poquitín boba. Ir con Madonna en una limousine”. Estas palabras pertenecen a una de las canciones que el cantautor español Joaquín Sabina incluyó en su disco “Física y Química” del año 1992. Y resultan una notable síntesis de la exploración que hizo otro español, Pedro Almodóvar, del universo femenino a través de sus películas. Es que, como señaló un crítico, fue capaz de construir la feminidad “a través de la irreverente y amorosa mirada de un gay que ha crecido rodeado de mujeres que lo adoran y que se encuentran al límite”.
Es cierto que el cine de Almodóvar no se limita a lo femenino y su amplísima gama de personajes incluye a policías corruptos, niños precoces, pueblerinos pseudofilósofos, fetichistas, sensibles, desesperados y románticos idealistas. Pero sus personajes más recordados son mujeres (considerando la elástica definición de mujer que propone). Y es por eso que el anuncio de que comenzará en marzo a rodar “Madres paralelas”, junto a su compañera en diversos proyectos Penélope Cruz genera expectativa entre los cinéfilos.
Con fecha de estreno para 2022, la película contará, además de Cruz, con el protagonismo de Aitana Sánchez-Gijón y en un rol secundario a una histórica de Almodóvar como Rossy de Palma (quien intervino en “Mujeres al borde de un ataque de nervios” y “La flor de mi secreto” entre otras”). De acuerdo al adelanto que hizo el propio director durante una entrevista, “gira alrededor de la vida de dos mujeres que dan a luz el mismo día y que tienen trayectorias paralelas”.
Sus mejores creaciones
“A la hora de escribir y dirigir, me atrae mucho más la mujer. Siempre me ha gustado la sensibilidad femenina y cuando creo un personaje me resulta mucho más fácil uno femenino, consigo moldearlo de forma más sólida e interesante. Por otro lado, las mujeres tienen más facetas, me parecen más protagonistas”. El propio Almodóvar, según consta en el libro de Francisco Blanco Boquerini que lleva el nombre del director admitió su predisposición hacia los personajes que forman parte del universo femenino. Y lo ha demostrado con creces, siempre desde su sentido del humor focalizado en los excéntricos personajes que pueblan sus películas.
En “Mujeres al borde de un ataque de nervios”, que en 1988 marcó su definitiva proyección internacional, moldeó a Pepa Marcos, encarnada por Carmen Maura, una actriz de doblaje atormentada por el abandono de su amante que vive una serie de extrañas aventuras para tratar de recuperarlo. En “Tacones lejanos” creó a Becky del Páramo (Marisa Paredes), una diva que es imitada por la drag-queen que interpreta Miguel Bosé y en “La flor de mi secreto” diagramó (también para Paredes) a Leo Macías la escritora de novela rosa que sufre un bloqueo creativo derivado de sus problemas matrimoniales y sus inseguridades. Personajes cuya energía está cifrada en la subjetividad radical de los sentimientos, la exageración de las emociones y la mezcla de drama y comedia.
Pero fue en “Todo sobre mi madre” (1999), que le granjeó un Oscar, donde Almodóvar llevó su toque especial para “construir mujeres” hasta el límite, cruzando en una especie de cóctel donde se mezclan Douglas Sirk, Tenesse Williams, Truman Capote y Joseph L. Mankiewicz. En este film hay cuatro personajes femeninos definidos con maestría. Manuela (Cecilia Roth) una enfermera que acredita un breve paso por los escenarios y una fuerte devoción por su hijo. Huma Rojo (Marisa Paredes), una veterana y reconocida actriz que triunfa en una puesta de “Un tranvía llamado Deseo”. Agrado (Antonia San Juan) vieja amiga transexual de Manuela. Y Rosa (Penélope Cruz), una monja con un pasado difícil.
Un cine especial
Aunque en “Volver” (2006) y Julieta (2016) Almodóvar volvió a tópicos vinculados con lo femenino, nunca alcanzó la cumbre del film con el cual cerró su filmografía de los ‘90. Es por eso que la proximidad de un nuevo proyecto suyo abre posibilidades que no pasan desapercibidas para los buscadores de cine de calidad, en especial en tiempos de sequía creativa. Es que el trabajo de Almodóvar es en verdad de autor. “La Almodóvar touch es una gigantesca paella donde se degusta el meló a la manera de Douglas Sirk, una buena dosis del humor made in John Waters, una pizca de surrealismo buñueliano, todo sazonado con una salsa hitckcokiana”. Esta reflexión cinéfilo-gastronómica que pertenece a la revista Rolling Stone y data de principios de la década del ‘90, lo sintetiza bien.
Plagado de referencias al cine, la literatura, la música y la cultura pop, el cine del creador es un pastiche en el cual la mirada sobre lo femenino tiene un peso medular. Como nadie, el cineasta manchego ha logrado, al decir de Vicente Sánchez-Biosca, obtener determinadas reacciones del espectador al “someter ciertos significantes venidos de otros textos a contextos imprevistos en los que sorprenden”. El deseo -para usar un término tan presente en sus films- es que lo pueda volver a hacer.