El papa Francisco aseguró que imagina su muerte "en Roma" y subrayó que no tiene previsto volver a la Argentina.
“Viví allí 76 años” dijo sobre el país, y agregó: “Lo que me aflige son sus problemas".
El papa Francisco aseguró que imagina su muerte "en Roma" y subrayó que no tiene previsto volver a la Argentina.
Así lo expresó ante el periodista Nelson Castro, conductor de Crónicas de una tarde anunciada en Radio Rivadavia, en el marco de una charla que mantuvo en febrero de 2019 para su libro "La salud de los Papas".
En la conversación, que tuvo lugar en El Vaticano, el Sumo Pontífice reconoció que piensa en la muerte, pero aclaró que no es un tema al que le tenga miedo: "En absoluto".
"¿Cómo imagina su muerte?", le preguntó Nelson Castro al ex arzobispo porteño, quien respondió: "Siendo Papa, ya sea en ejercicio o emérito. Y en Roma. A la Argentina no vuelvo".
Respecto a su vínculo con el país y al ser consultado sobre si extrañaba a la Argentina, respondió: "No, no la extraño. Viví allí 76 años. Lo que me aflige son sus problemas".
Además, durante la entrevista el Santo Padre recordó la "intervención cruenta" a la que fue sometido en 1957 tras sufrir un cuadro pulmonar severo.
"Al ver las radiografías, el especialista encontró tres quistes en el lóbulo superior del pulmón derecho. Había también un derrame pleural bilateral que me producía dolor y dificultad respiratoria. Por lo tanto, luego de analizar minuciosamente mi caso, procedió a la realización de una punción pleural para extraer el líquido. Tras ello, comenzaron a tratarme y, para el mes de octubre, cuando ya estaba recuperado, me anunciaron que debían operarme para extirpar el lóbulo afectado porque existía la posibilidad de una recaída. Naturalmente, yo acepté la operación. Fue un momento difícil", relató Francisco.
Asimismo, el Papa también rememoró cómo impactaron en su salud mental los días de la última dictadura militar, cuando llevó "gente escondida para sacarla del país y salvar así sus vidas".
"Tuve que manejar situaciones a las que no sabía cómo encarar. Fui a ver entonces a una señora —una gran mujer— que me había ayudado en la lectura de algunos tests psicológicos de los novicios. Entonces, durante seis meses, la consulté una vez por semana. Era psiquiatra. A lo largo de esos seis meses me ayudó a ubicarme en cuanto a la forma de manejar los miedos de aquel tiempo. Imagínese usted lo que era llevar una persona oculta en el auto, sólo cubierta por una frazada, y pasar tres controles militares en la zona de Campo de Mayo. La tensión que me generaba era enorme", explicó.
En ese sentido, destacó que el tratamiento con la psiquiatra lo ayudó ubicarse y a "aprender a manejar la ansiedad y evitar el apresuramiento a la hora de tomar decisiones".
Además, consideró que "a las neurosis hay que cebarles mate" y agregó: "No sólo eso, hay que acariciarlas también. Son compañeras de la persona durante toda su vida".
Con información de NA