Rodrigo Pretto
La joven de la ciudad de El Trébol fue una de las piezas claves de la primera Liga Argentina que obtuvo San Lorenzo de Almagro en su historia. El oeste santafesino rendido a sus pies…
Rodrigo Pretto
El remate de Mimi Sosa la noche del domingo 11 de abril no sólo hizo estallar a miles de casas de Boedo. El punto final que le dio la histórica y primera Liga Argentina Femenino a San Lorenzo de Almagro se festejó en el centro oeste santafesino. “Esto es un sueño para todos”, contó todavía emocionada por la corona obtenida la líbero de “Las Matadoras” y oriunda de la ciudad de El Trébol, Nadia Castagno . Junto a ella, Mariana Moriondo (El Trébol) y Daiana López (San Jorge), dejaron su huella en las vitrinas grandes del club.
El título venía siendo esquivo para el Ciclón. San Lorenzo había caído frente a Boca en las finales de las temporadas 2018 y 2019 – el año pasado la Liga Argentina fue suspendida por causas de Covid –. Pero la tercera fue la vencida. Y en la cabeza de “Las Matadoras” el recuerdo tenía su peso. “Siempre juega un poco saber que venís perdiendo definiciones a lo largo de los años anteriores. Se siente el sabor amargo de quedarse con las manos vacías sobre el final. No se nos venía dando el campeonato”, recordó Castagno quien sólo fue partícipe del subcampeonato 2019. “Este club es uno de los históricos, de los que más trayectoria tiene. Entonces siempre pesa perder finales. Ahora es un alivio”, deslizó sin tensión alguna.
Las chicas de Boedo habían cosechado el Metropolitano en 2019. Sin embargo, la pandemia le puso un freno al envión del título para encarar la Liga Argentina al año siguiente. Pero finalmente “Las Matadoras” se dieron el gusto en este especial año 2021. Después de años persiguiendo el mismo sueño, San Lorenzo dejó grabado su nombre en las vitrinas de las campeonas de la Liga Argentina Femenina.
Fue Gimnasia y Esgrima de La Plata quien le hizo sentir el sabor de la derrota por primera vez en la temporada, ni más ni menos que en la serie final. Pero la sed de revancha fue mucho más fuerte que los fantasmas que intentaron sobrevolar. El equipo de Mario Gallego transformó ese miedo en fortalecimiento para sobreponerse rápidamente y gritar campeón. “Tenemos unos días de descanso. Fue una liga muy difícil, por lo que estamos bajando la tensión. Es un momento donde nos debimos cuidar mucho, entrenamos todo el tiempo. Fue algo que buscamos durante dos años y se venían perdiendo las finales. Por suerte este año se nos dio”, contó la líbero del Ciclón.
Por delante, la competencia es algo incierta. Es que la segunda ola de contagios golpea fuerte al país y el inicio de la nueva competencia dependerá de la situación epidemiológica. En caso de no existir restricciones dispuestas el gobierno nacional, el 29 de abril el plantel retomaría a los entrenamientos pensando en la defensa del título del Torneo Metropolitano que pondría primera en mayo.
Cuidados extremos para no sufrir
El planteo inicial fue claro. Desde el día de los entrenamientos “Las Matadoras” se concientizaron en los cuidados extremos que debían tomar durante la pandemia para evitar bajas. La vida individual de cada jugadora de San Lorenzo cambió en pos de un bien objetivo grupal. “Dijimos que debíamos ser conscientes que si alguna se contagiaba podíamos perder gran parte del torneo”, contó la joven de El Trébol.
Y fue así como los cuidados personales se fueron ajustando al 100 % para evitar que un caso positivo golpee al plantel y haga tambalear el objetivo deportivo. “No salíamos a ningún lado. En los entrenamientos estábamos todo el tiempo con barbijos y alcohol en gel. Es más, la mayoría de los partidos los hemos jugado con tapabocas. Nos recomendaban desde el club que tratemos de hacerlo, sin ninguna obligación. Pero hacíamos caso porque entendíamos a lo que estábamos expuestas. Sabíamos que el objetivo que perseguíamos era claro y no podíamos desviarnos de ese foco”, explicó la campeona con el Ciclón.
Con edad de emigrar
A sus 28 años, la líbero campeona con San Lorenzo se ilusiona con las puertas que se le puedan abrir desde el exterior. Castagno contó que hace algunos años recibió una oferta para emigrar del país y continuar con su carrera fuera de Argentina, aunque desistió. “Era chica, no quise aceptarla”, recuerda convencida de su decisión.
Sin embargo, ahora siente que la edad le dio la madurez justa para analizar algún ofrecimiento que la lleven del otro lado de las fronteras nacionales. “Estoy en otro momento. Si se me presenta la posibilidad me iría. En este contexto es difícil, pero si se me da me encantaría probar suerte afuera”, confió.