Sabido es el respeto y la admiración que Eduardo Domínguez siente por Julio César Falcioni. El "Emperador" fue su director técnico justamente en Independiente y en Olimpo. No hace falta más que recordar lo que el "Barba" Domínguez dijo en el Brigadier López cuando Colón sacó de la Copa de la LPF a Talleres y debía enfrentar al Rojo de Avellaneda: "Lo primero que voy a hacer cuando lo vea en la cancha es darle un abrazo. Julio para mí fue muy importante y siempre le voy a estar agradecido".
Sabido es también lo que a Eduardo Domínguez le pasó poco tiempo antes de subir al avión para que el plantel sea transportado a San Juan para disputar la segunda de las semifinales en el estadio del Bicentenario. El miércoles la confirmación de la ruptura fibrilar de Paolo Goltz, y el viernes la misma lesión para Bruno Bianchi. Iban a formar parte de la defensa rojinegra y el entrenador se quedaba sin ambos. ¡Una locura...!
Entonces, a horas de partir hacia tierras sanjuaninas, el DT colonista debió "cambiar sobre la marcha". ¿Qué puedo hacer para que mi equipo no sufra?, pero al mismo tiempo, ¿qué puedo hacer para dañar a Independiente? Esas, casi con seguridad, habrán sido las preguntas que Domínguez y su cuerpo técnico se hicieron durante el viaje.
El domingo por la noche, se especulaba con la siguiente formación: Burián; Garcés, Delgado y Piovi; Mura, Aliendro, Lértora y Escobar; Castro, Rodríguez y Leguizamón. ¿La consigna?: no variar el sistema táctico que desde hace tanto tiempo el entrenador viene utilizando, teniendo en cuenta además que no había (por tiempo y por cuestiones sanitarias) posibilidad de poder practicar.
¿Qué pasó por la cabeza de Domínguez para cambiar un esquema de juego que tan buen resultado le ha dado? Seguramente algo muy parecido a lo que finalmente sucedió. Pero lo fundamental, luego del inobjetable triunfo sobre el elenco de Avellaneda, es comprobar que no se ha equivocado en lo más mínimo.
¿Por qué? Porque realmente Colón no sufrió como sí lo hizo ante Talleres (sobre todo en el primer tiempo jugado en el Brigadier López); y porque cuando tuvo la posibilidad, no la desperdició y lastimó a su rival, aunque este ítem el equipo rojinegro lo tiene muy bien aprehendido.
No es casualidad que de los seis partidos jugados en la segunda etapa del certamen (cuartos de final y semifinales), el primero que se define sin la necesidad de ejecutar tiros desde los doce pasos haya sido el jugado ayer a segunda hora.
Fue una victoria indiscutible, incuestionable, tan terminante como merecida. El 2 a 0 es inapelable, aun con un par de muy buenas intervenciones de "Cachorro" Burián. La defensa (línea que sufrió la baja de lesionados) se mostró muy sólida; el mediocampo muy parejo y solidario; y en ofensiva está el "Pulga" Rodríguez, ¿hace falta agregar algo más sobre el tucumano?
Pero volviendo a la formación presentada por el DT sabalero, la inclusión de Bernardi y Farías también fueron "sorpresivas". Uno de los interrogantes era: ¿si con línea de tres en el fondo jugaba Leguizamón?, ¿por qué con línea de cuatro se quedaba afuera?; y otro: ¿si Escobar fue titular durante tantos partidos aun no jugando bien, ¿por qué iba al banco si Piovi jugaba de lateral por izquierda?
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Además, con Bernardi y Farías, más Castro, Aliendro y el "Pulga" Rodríguez, tranquilamente uno podía pensar en un equipo mucho más ofensivo; y hasta cualquier hincha se imaginaba que se podía sufrir más de lo recomendable. Sin embargo, el equipo funcionó como tal. No tuvo fisuras, la "grieta" no pasó por el conjunto rojinegro.
La imagen del "Emperador" Falcioni sentado en el banco de suplentes fumando un cigarrillo (algo insólito, porque está prohibido hacerlo y por su salud) fue elocuente. Era el rostro de la impotencia y de la inferioridad. Independiente buscó por todos los medios pero no pudo doblegar el cerrojo pergeñado por el "Barba" Domínguez.
Indudablemente, Domínguez pensó en las horas previas al enfrentamiento lo que pasó en el campo de juego. Las cosas le salieron de manera excelente porque no es fácil acertar un esquema de juego (cualquiera sea) si los intérpretes no lo ejecutan del modo correcto.
Colón ya está en otra final. El viernes a las 19 en el mismo estadio enfrentará a Racing para tomarse revancha (aunque el plantel y cuerpo técnico no quieran admitirlo) de la jugada en La Nueva Olla de Paraguay en noviembre de 2019.
Para ello, el sabalé venció al Rojo de Avellaneda. Pero fuera de la línea de cal, el "Barba" destronó al "Emperador".