John McAfee, el creador del conocido antivirus que fue hallado muerto en su celda de una cárcel catalana el pasado miércoles, dejó una nota de suicidio, según diversas fuentes al corriente de lo ocurrido. El escrito estaba en el bolsillo de su pantalón, añaden, sin que hasta el momento haya trascendido su contenido. Los Mossos tratan el fallecimiento como un suicidio, y el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 5 de Martorell está a la espera de conocer los resultados de la autopsia que confirmen las causas de la muerte. La familia desconoce todavía si el empresario dejó algo por escrito porque no ha tenido acceso a las diligencias del caso, según ha explicado su abogado.
McAfee pidió el miércoles a las cuatro de la tarde pasar un rato en su celda, en el módulo 1 de la prisión de Brian 2, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona). Es un derecho individual que tienen los internos cuando no hay otras actividades a las que deban acudir. Por la mañana, le habían comunicado que la Audiencia Nacional ordenaba su extradición a Estados Unidos por evasión fiscal. Su compañero no se encontraba en ese momento con él. A las seis, cuando llegó el momento de regresar de nuevo al patio, los trabajadores de la prisión comprobaron que McAfee no salía. Al entrar en la celda, encontraron al empresario colgado. Estaba con los cordones de los zapatos anudados al cuello, y atados a la ventana, según esas mismas fuentes.
Los servicios médicos acudieron de inmediato a la celda e intentaron reanimarlo durante 15 minutos. Usaron incluso un desfibrilador, pero no pudieron salvarle la vida. Cuando le preguntaron a su compañero de celda si horas antes había dado alguna señal de alarma o algo atípico, este aseguró que se había comportado de manera normal, y que le dijo que se quedaba a descansar un rato en la celda. McAfee no estaba sometido a ningún protocolo especial en prisión que pudiese indicar que sufría tendencias suicidas o que corría algún tipo de peligro. Fuentes penitenciarias le definen como un preso que no daba ningún tipo de problemas.
La esposa de McAfee, Janice McAfee, se ha desplazado este viernes a Barcelona hasta la prisión de Brians 2, donde estaba internado. Allí se ha entrevistado con el subdirector, el gerente y la coordinadora médica del centro, según ha confirmado el Departamento de Justicia, y le han entregado sus pertenencias. “Lo último que me dijo fue ‘te quiero y te llamaré esta tarde noche’. Esas palabras no son de alguien que es un suicida”, ha asegurado Janice en declaraciones a los medios a las puertas de Brians 2 recogidas por Reuters. La mujer ha puesto en duda que McAfee se suicidase y ha culpado a las “autoridades estadounidenses” de la “tragedia”. “Por culpa de estos cargos con motivaciones políticas en su contra, mi marido ahora está muerto”, ha lamentado, y ha insistido en que llegarán hasta el final para saber lo ocurrido. También pedirán una segunda autopsia independiente.
La decisión de la Audiencia Nacional tampoco suponía su extradición inmediata a Estados Unidos. Janice ha asegurado que ya estaban preparando el recurso. Además McAfee tenía una segunda causa pendiente por la que le reclamaba su país vinculada a ganancias no declaradas a través de negocios con criptomonedas. Lo que hacía entender, según su abogado, Javier Villalba, que no podrían extraditarlo hasta que no se resolviese también ese segundo asunto, y con todas las decisiones en firme.
La muerte en prisión del empresario sacudió al mundo la noche del miércoles. McAfee era un genio, con una vida excéntrica plagada de polémicas a lo largo de los años, más allá de la creación del antivirus. Estados Unidos le perseguía por evasión fiscal, y pidió en julio su detención a las autoridades españolas después de ubicarlo en Cataluña. La Policía Nacional le arrestó el 3 de octubre en el aeropuerto de El Prat, en Barcelona, y al día siguiente ingresó en prisión donde permaneció más de ocho meses hasta su muerte.
En su tiempo en la cárcel, el empresario fue contando la experiencia a través de su cuenta de Twitter, con más de un millón de seguidores. Sus tuits pasaron de un tono más jocoso, en el que incluso alababa la comida en prisión, a escritos más reflexivos y sombríos sobre lo que suponía estar encerrado, ser mayor –McAfee tenía 75 años–, y en un lugar donde no hablaba el idioma. También apuntó, al poco de entrar, que si le encontraban muerto al “estilo Epstein”, el empresario acusado de acoso sexual que se suicidó en la cárcel en Estados Unidos, no era su “culpa”.
Uno de los argumentos que usó McAfee ante la Audiencia Nacional era el temor de pasarse lo que le quedaba de vida en la cárcel si era extraditado a Estados Unidos. Una “cadena perpetua encubierta”. Su abogado incidió en la “crueldad de trato excesiva” que suponía mantener a McAfee casi nueve meses en prisión preventiva por una causa de evasión fiscal, sin fijar su libertad bajo fianza, en una causa en la que la propia Fiscalía había “reculado” retirando “siete de los diez cargos presentados”. Y acabó su alegato con “la obligación de implorar clemencia a la sala” para que pudiera pasar fuera de prisión, con las medidas que fuesen necesarias, el tiempo que quedaba hasta que se resolviesen las diversas peticiones. El tribunal no tuvo en cuenta ninguna de sus peticiones.
Con información de El País