Por Berta C. Wexler y Graciela C. del Valle Sosa
Güemes inició la famosa "guerra gaucha" contra las fuerzas realistas del General Joaquín de la Pezuela. Logró una organización militar eficaz al crear la "División Infernal de Gauchos de Línea".
Por Berta C. Wexler y Graciela C. del Valle Sosa
En el Bicentenario de la muerte del General Martín Miguel de Güemes, es necesario recordar su epopeya en la guerra por la Independencia junto a los sectores más empobrecidos de la población. Hacer memoria, en este caso, significa rescatar también el papel que cumplieron en esa gesta las mujeres que lo acompañaron y que luego fueron las olvidadas de la historiografía.
Güemes se integró al ejército del Norte, llevó adelante la guerra gaucha defendiendo las zonas de Jujuy, Tarija y Salta en el norte del territorio para detener el avance español. Desde la Primera campaña al Alto Perú, en 1810, fue capitán con una participación destacada en el primer gran triunfo de la batalla de Suipacha.
En 1814, lo nombraron Coronel, por orden del General San Martín. Organizó una milicia con gauchos, muy diestros a caballo, que conocían el terreno y realizaban ataques sorpresivos entorpeciendo las maniobras del ejército español para cuidar las fronteras.
Güemes inició la famosa "guerra gaucha" contra las fuerzas realistas del General Joaquín de la Pezuela. Fue nombrado Gobernador en 1815. Por primera vez, los propios salteños eligieron autoridades en Salta, esto significó la autonomía de esta ciudad, desconociendo la autoridad del Directorio de Buenos Aires. Logró una organización militar eficaz al crear la "División Infernal de Gauchos de Línea". Con escasos recursos pudo hacer retroceder a los enemigos.
Toda la población estuvo comprometida con la lucha: los hombres actuaron como guerreros, mientras que las mujeres, los niños y los ancianos lo hacían como espías o mensajeros. Muchas de ellas tenían una importante red de intrigas. Se infiltraban en las reuniones o actividades de los realistas, para saber los planes del enemigo. Conseguían informaciones secretas, enamorando a los generales o haciendo desertar a los soldados del ejército español. Estas mujeres se destacaron por su compromiso con la causa.
Nombres heroicos de mujeres patriotas
"Macacha" Güemes, su hermana, fue la más cercana colaboradora por su habilidad política y por su gran influencia sobre los gauchos, indígenas, mestizos, afrodescendientes, y las mujeres de sectores relegados. La llamaron la Madre del Pobrerío.
Carmen Puch, de familia acaudalada, contrajo matrimonio con Güemes, mientras era gobernador de Salta en 1815.Con ella tuvo tres hijos, y se transformó en otra fiel colaboradora. En 1821, ante la amenaza española, debió refugiarse en distintos lugares para salvar su familia. A la muerte de su esposo entró en una depresión tan grande que la llevó a la muerte.
Martina Silva Gurruchaga, colaboró económicamente con la causa de la independencia en Salta. Donó dinero personal, a la vez que ofreció sus fincas al servicio de la revolución
El General Pezuela se expresaba así sobre la guerrilla en 1814: "…las mujeres relacionadas con los vecinos de aquí y Salta que se hallan con ellos, siendo cada una de éstas una espía vigilante y puntual para transmitir las ocurrencias más diminutas a este ejército".
Las mujeres con sus hijos, maridos, hermanos o compañeros en el ejército patriota, pertenecían a todos los sectores, desde la negra esclava hasta la más adinerada. En las calles llegaron a pelear a los gritos con las mujeres realistas. Entre las principales, se destacaron: Celedonia Pacheco y las López, sus cuñadas, Loreto Peón, Juana Torino, Josefa y María Petrona Arias (llamada la China), Andrea Zenarruza, Toribia (la Linda), apodada así por su belleza y María Gertrudis de Fernández Cornejo.
Juana Moro, por enamorar al Marquéz de Yavi y pasarlo a las filas patriotas, fue emparedada en su propia casa para que muriera de hambre. Sin embargo, sus vecinos la salvaron horadando una pared. Disfrazada de gaucho, recorría las plazas de Jujuy y Orán llevando y trayendo partes del enemigo.
La misma acción fue realizada por María Loreto Peón de Frías quien se desplazaba de Salta a Jujuy y de Jujuy a Orán. Con ingeniosos recursos traía a los patriotas las comunicaciones en el ruedo de su pollera y las depositaba en el tronco de árbol corpulento, a las orillas del Río Arias, sin que nadie pudiera sospechar. Sus criadas iban todos los días a lavar la ropa al río y depositaban en secreto las informaciones que recogía un gaucho.
Disfrazada, entraba al cuartel a vender cuando pasaban lista de los soldados realistas. De esa manera, tenía el número exacto de gente que formaba el batallón de Pezuela o los refuerzos que llegaban de Lima, para hacérselo saber al jefe patriota de Salta.
Cuando se dio la rendición de Montevideo, fue necesario que se enterara Pezuela y -a riesgo de todo- la esclava, Juana Robles, entró a la Plaza para que los españoles conocieran la noticia. Fue tomada prisionera, juzgada y sentenciada a muerte. Salvó su vida porque dijo estar encinta. "Si así salvó su vida en cambio fue paseada sobre un asno, medio cuerpo desnudo, y siendo el blanco de los insultos de la plebe y soldadesca".
María Remedios del Valle, conocida como una de Las niñas de Ayohuma, fue nombrada Capitana por Belgrano gracias a su valentía en los combates. Los soldados la llamaron la Madre la Patria. Luego de Vilcapugio y Ayohuma, la tomaron prisionera y fue castigada por orden de Pezuela a ser azotada durante nueve días. Cuando logró fugarse, estuvo en las filas de Güemes. Allí se destacó peleando y ayudando a los heridos.
En 1816, a la muerte de su esposo Manuel Asencio Padilla, Juana Azurduy llegó a Salta desde el Alto Perú, para unirse a las filas de Güemes. Belgrano le entregó el decreto que la ubica como única mujer con grado militar de Teniente Coronel de los Decididos del Alto Perú, otorgado por el gobierno de Buenos Aires.
Represión realista y conspiración contra Güemes
En Jujuy y Salta el terror realista se desató contra las mujeres espías o bomberas. Las ataban a un cañón, las azotaban públicamente y les confiscaban las viviendas, para luego encarcelarlas. Para sacarles el "donativo forzoso" (cuarenta mil pesos), las amenazaban con que serían arrastradas al Perú a servir en los obrajes del Cuzco. Muchas, después de cumplir con el pago de ese dinero, igual fueron desterradas "saliendo precipitadamente y bajo insultos".
Los grandes terratenientes salteños, jujeños y tucumanos, en alianza con los españoles, colaboraron con la muerte de Güemes. Nunca le perdonaron la disposición de que "todos los gauchos alistados en los respectivos Escuadrones, y la tropa no sólo gozan y eternamente han de gozar del fuero militar" y que defendiera los intereses de los más humildes.
En la Catedral de Salta junto a los restos de Güemes, en el Panteón de las Glorias del Norte descansan los restos de Carmen Puch, su esposa, y de Martina Silva de Gurruchaga, Capitana del Ejército de la Patria.
Se tardó mucho tiempo en reconocer la figura del Héroe Nacional General Martín Miguel de Güemes quien defendió la frontera norte del país en su lucha inclaudicable por la libertad e independencia de la Patria, junto a su pueblo y las heroicas mujeres que lo acompañaron.
* Contenidos producidos para El Litoral desde la Junta Provincial de Estudios Históricos.
Las mujeres, los niños y los ancianos lo hacían como espías o mensajeros. Muchas de ellas tenían una importante red de intrigas. Se infiltraban en las reuniones o actividades de los realistas, para saber los planes del enemigo.
En Jujuy y Salta el terror realista se desató contra las mujeres espías o bomberas. Las ataban a un cañón, las azotaban públicamente y les confiscaban las viviendas, para luego encarcelarlas.