La bajante del río Paraná dejó a la vista otro inconveniente, que refiere a la disposición final de los líquidos cloacales de la ciudad de Santa Fe en el río Colastiné. Actualmente, estos líquidos se someten a un tratamiento primario, que consiste en la separación de la materia sólida que tiene su curso por las cañerías.
"La ciudad de Santa Fe tiene una característica que es la complejidad respecto a la red, con sus 21 estaciones de bombeo distribuidas en toda la ciudad y es el lugar donde, a través de la red colectora se dirigen los líquidos y que llegan a los pozos donde una bomba está constantemente elevando los líquidos hacia otros puntos", explicó Guillermo Lanfranco, gerente de Comunicación de Aguas Santafesinas S.A. (Assa), en una entrevista con El Litoral.
Estos líquidos luego terminan en la cloaca máxima hasta la estación elevadora que está en la Costanera. "Allí lo que se hace es un pretratamiento de los líquidos, que se denomina desbaste y que permite separar lo sólido de lo líquido, lo que genera que se reduzca la carga orgánica (demanda biológica de oxígeno) de los líquidos cloacales", comentó Lanfranco.
El camino de los líquidos, ya separados de la materia sólida, siguen su curso por una cañería que va paralela a la Ruta 168, hasta llegar al río Colastiné. Al consultar a Lanfranco el motivo de descargar en este río, respondió: "El Colastiné tiene un caudal que permite una dilución biológica, es decir una dilución natural que tiene que ser solamente cloacal. El mismo río se encarga de diluirlo", y agregó que ahora, con el bajo nivel del río, "está a la vista el volcamiento de estos líquidos, que por supuesto está por debajo de la toma de agua de Colastiné (es decir aguas abajo), por lo que no hay afectación de nuestra toma, que es lo que principalmente nos interesa".
Con la pronunciada bajante, la velocidad de la correntada del río disminuyó notablemente, y es por eso que se despierta la incógnita de qué sucede con el líquido dispuesto. "La dilución se sigue produciendo, posiblemente en el punto del vuelco ahora la concentración sea mayor; pero si vas por el río, dos kilómetros aguas abajo prácticamente no debería registrarse carga biológica", explicó el gerente de Comunicación de Assa.
La materia sólida, que llega a través de las cloacas, deviene del uso inadecuado del sistema, donde pueden hallarse desde residuos patológicos hasta elementos de higiene personal. Lanfranco remarcó que por año se separan 700 toneladas de sólidos, "y se calculan unos 110 camiones que van a buscar ese material, que luego se dispone donde la Municipalidad nos indica", indicó.
"Los paradigmas ambientales del siglo XXI no son los mismos que los del siglo XX: hoy en día los parámetros ambientales son más intensos. Estamos trabajando en proyectos de tratamiento más completos. Por ejemplo, en las ciudades del interior, que no tienen cursos de agua importante, sí o sí hay que tratar los líquidos cloacales: tenemos planta de tratamiento en Rafaela, Gálvez, Esperanza, lugares donde no se puede volcar el crudo de un líquido cloacal a un arroyito", mencionó el gerente.
Ante este escenario en que el cuidado del ambiente se ha vuelto una prioridad en varios aspectos, desde Assa piensan en contar con una planta de tratamiento de los líquidos cloacales. "Pensamos en plantas depuradoras de esos líquidos, es decir en un tratamiento específico, más allá del tratamiento primario que hacemos al separar los sólidos", resaltó Lanfranco, y agregó que se pueden crear espacios de tratamiento como "lagunas o digestores. Se está viendo cuál es el proyecto para un sistema más adecuado y, con eso definido, luego buscar fondos de inversión en el Estado Nacional, a través del Consejo Federal de Inversiones (CFI). La idea es que no se haga en un largo plazo y se puedan consolidar los proyectos para tratar los líquidos cloacales en todas las ciudades costeras del Paraná".
La estación de tratamiento para la ciudad de Santa Fe se está analizando plasmar cerca de la estación ubicada en la Ruta 168, que es donde van los camiones atmosféricos. "Ahí los camiones descargan sobre la cloaca que va al Colastiné, por eso esa zona sería la adecuada para instalar la planta de tratamiento".
La necesidad de un tratamiento específico
El Dr. Pablo Collins, director del Instituto Nacional de Limnología (Inali-Conicet-UNL), dialogó con este medio y dio su punto de vista respecto a la falta de tratamiento que requieren los líquidos antes de ser depositados en el río.
"Hay que empezar a mirar de otra manera cómo se tratan los líquidos cloacales. Hoy en día es un sistema en el que se desagua en el río Colastiné con un mínimo tratamiento. Estos procesos están destinados a disminuir la carga bacteriana, pero la materia orgánica y una cantidad de químicos (de productos de limpieza, por ejemplo) van a parar al sistema cloacal y hay que hacerles un tratamiento especial", señaló Collins, y observó que si bien es un cambio costoso, "es un punto en el que se debe trabajar y encontrar la manera. Hay distintos métodos en el mundo y habrá que analizar costos y factibilidad por donde uno se encuentra".
Afectación a las comunidades biológicas
Respecto al impacto ambiental que puede ocasionar un líquido sin tratamiento, el director del Inali comentó: "El líquido se trata con un objetivo, para el que está definido el sistema; creo que lo están tratando bien (por Assa). Pero para la eliminación o disminución de toda esa carga de contaminantes hay que plantear otro tipo de tratamiento, con otro objetivo".
En virtud de la bajante y la difícil dispersión de la materia que llega a desembocarse a los escuetos cursos de agua, el Dr. en Ciencias Naturales sostuvo que al haber menor cantidad de agua, "todos los elementos no son diluidos tan rápidamente, y hay un incremento de materia orgánica como de los químicos en la zona donde se descarga. A su vez, hay que considerar que alguno de esos químicos pueden quedar retenidos en el sedimento y van a afectar a las comunidades biológicas que estén cercanas, donde se incluyen peces y demás organismos".
"Pensamos en plantas depuradoras de esos líquidos, es decir en un tratamiento específico, más allá del tratamiento primario que hacemos al separar los sólidos", resaltó Guillermo Lanfranco, Gerente de Comunicación de Assa.