Por Augusto Munaro
Estructurado producto de un sistema complejo de interrogaciones, las páginas de este libro avanzan como si se tratara de un breviario de preguntas metafísicas.
Por Augusto Munaro
"Canto al cuerpo solar", de Gabriela Troiano (*), es un poemario transitivo, de gran fuerza lírica, que lleva al lector a través de varios estadíos mentales. Estructurado producto de un sistema complejo de interrogaciones, las páginas de este libro avanzan como si se tratara de un breviario de preguntas metafísicas. "¿Dónde inicia la mente su descenso?" (p.31); "¿Debo ser una ermitaña? / ¿Morir entre pájaros y ciervos? / ¿No ser cantada por nadie?" (p.42); "¿Es posible atravesar mi cuerpo / mientras es tragado por la vida?" (p.49); "¿Allí surgió la palabra que me oprime?" (p.68). Los ejemplos consolidan ese sesgo analítico, de acento melancólico. Estamos ante un Yo lírico que, a menudo, canta su devastación; deviene en herida: "Veo el despliegue de mi ruina. / Vastísimo es lo que transcurre bajo / esta siembra. / Imposible arrancar el tallo / de lo que extiende su semilla" (p.37). La pulsión trágica encuentra sus intersticios iluminativos en torno al concepto de sueño, muy bien tratado por Troiano. El poder proteico del sueño, que puja hacia otro orden de percepción, dado que el "sueño justifica toda sed" de trascendencia. El onirismo, entonces, como vía de revelación.
"Canto al cuerpo", "Canto al sueño", "Canto a la piedra", tres instancias de una búsqueda que interpela hondamente al lector. La poesía, por lo tanto, como un ambiguo lugar de anunciación: desde allí, se padece la ausencia de sentido (pero también, la caza de todo sentido posible). Desde ese incómodo espacio se trata de indagar: "Toda piedra es polvo antiguo que nace, / se reafirma y se degrada. Late como un río / que no fluye; se destila, lento, entre tus ojos. / Muele su núcleo hasta la imagen / basta invocar un pensamiento". Esa tensión –entre la nada y el sentido- domina este libro atravesado por una musicalidad austera e impecable en sus imágenes de cierto halo místico. La edición cuenta con una contratapa firmada por la poeta Raquel Jaduszliwer.
(*) Gabriela Troiano (Bs. As., 1980) publicó Éire (2018), formó parte de la antología Poetas Reptantes (2015) y algunos de sus poemas fueron difundidos por la revista Qu Literatura. Desde hace unos años, se dedica a la investigación de mitología irlandesa y su transmisión. Es profesora de Lengua y Literatura.
Estructurado producto de un sistema complejo de interrogaciones, las páginas de este libro avanzan como si se tratara de un breviario de preguntas metafísicas.