Por Ignacio Pueyo
El estadio de Gimnasia de Ciudadela fue un hervidero durante los 90 minutos de la final por el segundo ascenso de Liga Santafesina. Tras los penales, hinchas, jugadores, cuerpo técnico y dirigentes se unieron en un festejo interminable.
Por Ignacio Pueyo
Después de purgar varios años en Primera B, finalmente se cumplió el sueño de Las Flores II, y el equipo pudo ascender a la máxima categoría de la Liga Santafesina de Fútbol. Tras el empate en cero del domingo ante Banco Provincial llegaron los penales, donde el "Naranja" se impuso desde el primer tiro.
Pero más allá del resultado, de los penales, y de las situaciones que se dieron en el juego, hubo algo que fue igual de determinante: la hinchada. Las Flores llegó a la cancha de Gimnasia de Ciudadela con una parcialidad de 1000 personas dispuestas a dejar la vida al igual que los jugadores. Bombos, platillos, redoblantes y trompetas no pararon de sonar durante toda la tarde.
Las típicas banderas naranjas, con vivos negros y letras blancas, colgaron de los alambrados y flamearon como fuego al costado del césped del Heriberto Osuna. Allí, cada garganta vibró al ritmo de un equipo que nunca se rindió.
"Vamos, vamos, vamos Las Flores" bajaba desde la tribuna cuando estaba por ejecutarse el último penal. La pelota salió disparada hacia la izquierda del arquero de Las Flores, Walter Chamorro, quien apenas tuvo que agacharse para amortiguar el balón con sus dos manos. Inmediatamente, cientos de personas saltaron al campo de juego y fueron directamente a abrazarse con "el pelado". Al mismo tiempo, desde el centro de la cancha y el banco de suplentes, el resto de los jugadores se sumó al festejo dentro del área.
Pocos minutos después, en medio de la algarabía, al fondo de la cancha y muy cerca del arco donde había atajado dos penales, se lo veía a Walter Chamorro ante las cámaras de televisión y los micrófonos. "La motivación de la gente siempre estuvo desde el día uno. Y hoy más que nada, esta hinchada se merecía estar en Primera" dijo el guardameta sobre la gran cantidad de gente que acompañó esta campaña de Las Flores.
Al mismo tiempo, Chamorro habló del partido y del trabajo que realizó el equipo en este último tiempo: "El que hacía el gol ganaba, ellos no lo hicieron, y nosotros tampoco tuvimos la suerte de convertir. Fuimos a los penales y ahí sí tuvimos nosotros la suerte de ganar. Tuvimos un solo torneo en dos años, tres pretemporadas de por medio, laburamos con frío, calor, de noche con el profe, y hoy lo coronamos".
A pocos metros de allí, otro de los que se abraza con todos es Diego Lencina, el entrenador de este equipo de Las Flores que ahora es de Primera. "Los partidos de Liga son así, son equipos fuertes y nadie iba a regalar nada. Por suerte a través de nuestro arquero Chamorro pudimos lograr lo que merecíamos" comenzó señalando el DT.
Lencina también le dedicó algunas palabras a la gente: "Esto es una fiesta, mirá lo que es la gente, toda de Las Flores, y jugadores todos del club que iban a dar todo por nosotros. Quedamos en la historia del club porque hicimos un esfuerzo bárbaro".
Pocos minutos después, mientras Lencina se abraza con la gente, el canto espontáneo surgió en medio del tumulto: "Vení, vení, cantá conmigo, que un amigo vas a encontrar, que de la mano del Gordo Diego, todos la vuelta vamos a dar". Automáticamente el tumulto se convirtió en desfile, y toda la gente de Las Flores cerró una hermosa tarde dando la vuelta olímpica alrededor de la cancha; festejando como festejan los campeones.