Por Pedro Bayúgar (*)
Por Pedro Bayúgar (*)
Indudablemente que este es uno de esos aniversarios que se festejan, se celebran en grande, en cualquier institución y en SADOP, más allá de las fechas, seguramente será así.
Es que llegar a tener de vida tres cuartas partes de un siglo es realmente importante, no es que por casualidad se puede llegar a este tiempo, después de tantas vicisitudes, con un sostenido crecimiento, consolidándose en algunos lugares y creciendo en otros.
En este tipo de acontecimientos institucionales el balance o la evaluación de lo acontecido, aparece como una reacción natural, mirar los inicios y observar el presente.
Siguiendo esta lógica, vaya inicialmente nuestro recuerdo y homenaje a María Elena Damiano, fundadora de la Asociación Pro-Jubilación del Docente Privado, en 1938, y también una entusiasta fundadora del SADOP, un 14 de enero de 1947, obviamente junto a un grupo de pioneros, casualmente la mayoría eran hombres, pero liderados por la primera Presidenta, María Elena Damiano, de quien poco se conoce, más allá de su amistad con Evita, sí, con Eva Duarte de Perón, la que la acompañó y ayudó en los momentos más difíciles de aquellos iniciales momentos, por lo que justicieramente se le adjudica el madrinazgo de SADOP. Una buena fórmula de mujeres, en aquel entonces, para fundar este gremio e iniciar el derrotero de reconocimientos a los derechos de este conjunto de trabajadoras y trabajadores de la educación privada.
El primer hito, sin duda alguna, fue haber podido negociar y acordar con los empleadores y representantes de propietarios de los establecimientos educativos privados, lo que se plasmó con la promulgación de la Ley 13.047, el 18 de octubre de 1947, el Estatuto del Docente Particular, norma que organizó este sector de la Educación, reconociendo y consagrando los principales derechos de las trabajadoras y trabajadores de la enseñanza privada.
El SADOP se sumó así a un conjunto de sindicatos y organizaciones gremiales, que entusiastamente se incorporaron a la vida política del país, militando en las calles su voluntad de crecimiento en derechos, con el conjunto de trabajadores que se iban organizando al calor de un movimiento político histórico en la Argentina, y podemos decir que único en el mundo.
Todo esto sucedía ante el regocijo de un gobierno popular, muy distante por cierto de estos añoradores de gestapos, generadas al calor del odio destructor de estas organizaciones, que ahora conocemos por las pruebas que nos dejaron, aunque siempre supimos que en ellos anidaban estas intenciones…
En 1948 el SADOP logra un lugar en el ámbito del Consejo Gremial de Enseñanza Privada, lugar que luego amplió a la totalidad de la representación docente, hasta nuestros días.
Desde dicho Consejo el SADOP fue parte de todos los debates y conflictos de la enseñanza privada, aunque por los avatares políticos del país no siempre encontró ahí la solución o la respuesta buscada, habida cuenta que en el mismo la cuestiones se resuelven votando, siendo tan sólo 2 los representantes docentes sobre un total de 12 integrantes, más el Presidente.
Algunos entendieron, erróneamente, que era un ámbito paritario, de negociación colectiva…
En 1953 se sanciona la Ley 14.250 de Negociaciones Colectivas, que hoy denominaríamos de Paritarias. El mundo laboral se revoluciona por este empoderamiento de los trabajadores, a través de los sindicatos, y SADOP no dejó pasar la hora. En la década del 60 firmó con el Consudec (Consejo Superior de Educación Católica) 2 convenios colectivos, que prorrogó en sendas oportunidades.
En febrero de 1970 se sanciona la Ley 18.610, por la que se organizaron las Obras Sociales, otorgándoles la posibilidad de organizar o contar con una OS a los sindicatos que hubieran suscripto convenios colectivos. Sadop había suscripto los de la década del 60, por lo que se avocó al reconocimiento de su propia Obra Social.
En 1972 logra el Reconocimiento de la OSDOP, por lo que este año se cumplen 50 años de este importante logro.
La vida política del país tuvo un sinfín de variantes, marchas y contramarchas. Sus efectos alcanzaron a la totalidad de las argentinas y los argentinos, de lo que no estuvo exento el SADOP. Quita de Personería, restitución de la misma, reconocimientos, intervenciones, normalización.
En 1989 un grupo de docentes del interior del país, agrupados en el Frente Nacional de Agrupaciones del SADOP, logramos la conducción nacional, en una democrática elección controlada por el gobierno alfonsinista, y compitiendo con una lista auspiciada por la intervención de la Obra Social, obviamente oficialista.
A poco de asumir la nueva conducción del SADOP, con Menem ya instalado como Presidente, comenzamos a reclamar nuestro Convenio Colectivo o nuestras Paritarias, obteniendo alguna sonrisa de cumplido por parte del gobierno, pero también se evidenció la siempre férrea oposición de nuestros empleadores, que pretendían seguir soñando con la sustitución de este derecho por nuestra participación en el Consejo Gremial de Enseñanza Privada.
También cambiamos nuestra organización interna, a partir del cambio de nuestro Estatuto, recreando nuestra unidad a partir de una Unión Federal, con seccionales autónomas, distribuidas en todo el país, que nos dieron presencia y peso sindical en todas las provincias.
Nuestra inserción en la vida gremial, en la CGT y en la definición de un modelo de país no dependiente, integrado a la Patria Grande latinoamericana, de pie frente a los poderosos y asumiendo los valores y las aspiraciones del pueblo trabajador fue parte de la vida cotidiana del SADOP.
Podría seguir historiando nuestro devenir de estos 75 años, pero lógicamente dejaría una parte muy importante afuera, dejaría de lado en esta evocación, precisamente, los sueños, los anhelos, objetivos y desafíos que nos esperan en los próximos años.
Obviamente que estos sueños son del SADOP para afuera, para el conjunto de las y los docentes, dejando quizá un poco de lado la organización institucional interna, porque llenando de vidas, de inquietudes, de conflictos y avatares de las y los docentes, es como llegaremos a hacer la realidad completa de nuestra representación sectorial, siendo reconocido el SADOP por todas y todos las y los docentes, y por la sociedad toda.
No pretendo agotar los desafíos y sueños de todas y todos los que hacemos el SADOP, me atreveré a enunciar los que entiendo más significativos, más importantes, siempre subjetivamente hablando.
Creo que uno de los primeros objetivos a cumplir es convocar y llenar las conducciones del SADOP de docentes mujeres, de carne y hueso, las que están cargadas del cansancio de la tarea docente, orgullosas de su vocación pero con la realidad del sistema educativo y las frustraciones escolares sobre sus hombros, con la experiencia que pone a prueba sus sueños, con el polvo de los caminos a dedo, con el tironeo interior entre su casa, sus hijos y afectos, y la escuela, las circulares y los compromisos extras por el otro, en fin, es un desafío feminista, pero también un enfoque gremial muy concreto y realista.
La negociación colectiva, la que concretó el SADOP de los 60, la que reclamamos en las calles de Buenos Aires bajo una persistente lluvia, allá por el 90, la que seguimos exigiendo permanentemente, aún con la Paritaria Nacional Docente y las jurisdiccionales funcionando, la que formalmente ratificamos en cada Congreso, en cada Acto, en todas las oportunidades que tenemos, esa, la que nos niegan nuestros empleadores, esa Paritaria que le reclamamos a todos los gobiernos de la democracia, ese objetivo/sueño debe ser concretado, por todo el esfuerzo realizado por los afiliados, por los dirigentes de todos los tiempos, y por la voluntad común que expresamos en todo tiempo y lugar.
Esta negociación colectiva, además de caminar todos los caminos del protocolo y las formalidades del Ministerio de Trabajo, tiene que llegar a la Escuela misma, y creo que uno de los instrumentos importantes a concretar en todas las escuelas son los Comités Mixtos de Higiene y Salud laboral, en donde discutamos las condiciones de trabajo de cada una de las escuelas, bajando los principios o postulados académicos a la realidad de cada escuela, con su entorno, su economía, sus alumnos y sus docentes.
Estas instancias de negociación escolar, que hoy llamamos Comités Mixtos, nos permitirán lograr una escuela más horizontal, menos verticalista con los docentes, a la vez que también menos complaciente con los padres y gobiernos de turno. En síntesis, podremos lograr una escuela que cumpla con las aspiraciones de todos, brindando una educación de verdadera calidad.
Y en esta escuela horizontal, que brinda verdadera calidad educativa, al decir de la Unesco, la logra porque concreta y respeta los derechos de todos los actores de la educación en sí, de los alumnos y de las y los docentes, a los que no sólo les paga lo que les corresponde, en tiempo y forma, sino que reconoce y concreta todos los derechos profesionales de las y los educadores.
Ciertamente que este último objetivo no es revolucionario, no implica una justicia social eminente, requiere sí, simplemente, del cumplimiento de la Ley, del Estado de derecho, ese por el que dieron la vida tantas mujeres y hombres a lo largo de nuestra historia.
Por esto, porque la legislación nacional y varias legislaciones provinciales lo disponen, los concursos y escalafones por escuela, serán la respuesta adecuada para estos tiempos en los que tanto se espera de la educación, porque nos brindarán escuelas conducidas por las y los más reconocidamente capaces y todas y todos los docentes procurarán ser cada vez mejores trabajadores de la Educación.
Con seguridad aparecerán otros nuevos desafíos en el camino al centenario, por eso estos pocos pero valederos objetivos, deberán estar siempre en la mochila militante de las y los docentes, de las y los delegadas/os, de las y los dirigentes del SADOP durante los próximos lustros…
Gracias a todas y todos por lo que aportaron en estos 75 años…!
(*) Secretario general