Un aventurero francés de 75 años que intentaba cruzar a remo el Océano Atlántico fue encontrado muerto este viernes, según informó su equipo de apoyo.
Todo apunta a que el jueves en la noche tuvo problemas y activó dos balizas de emergencia. No obstante, la razón de su muerte permanece bajo investigación.
Un aventurero francés de 75 años que intentaba cruzar a remo el Océano Atlántico fue encontrado muerto este viernes, según informó su equipo de apoyo.
Jean-Jacques Savin había realizado una travesía parecida en 2019, pero a bordo de barril para navegar. “Desafortunadamente, esta vez el océano fue más fuerte que nuestro amigo, que amaba tanto la navegación y el mar”, expresaron en un comunicado en su página de Facebook.
Todo apunta a que el jueves en la noche tuvo problemas y activó dos balizas de emergencia. No obstante, la razón de su muerte continúa bajo investigación.
Su familia no había tenido noticias suyas desde entonces y “esperaban un rayo de esperanza, e incluso buenas noticias”, según una publicación en su perfil de Facebook.
Pero, funcionarios marítimos portugueses encontraron el viernes la canoa de Savin volcada frente a las Azores, una cadena de islas en el Océano Atlántico Norte.
El exparacaidista militar, que celebró su cumpleaños en el mar la semana pasada con foie gras y champán, partió el 1 de enero de Sagres, en el sur de Portugal, con el objetivo de cruzar el océano en solitario.
El miércoles, escribió en Facebook que había fuertes vientos que alargaron su viaje en 900 km (560 millas) y dijo que tenía problemas con su fuente de energía solar. Pero agregó: “¡Tengan por seguro de que no estoy en peligro!”.
Savin comentó que solucionaría los contratiempos una vez llegara al “hermoso puerto deportivo” de Ponta Delgada, la capital de las Azores.
Su plan original era pasar unos tres meses en la canoa de unos ocho metros, a la que se refería como su “amiga”. Para él, la hazaña de remo era una forma de “reírse de la vejez”.
El viaje en barril
En 2019, el aventurero cruzó con éxito el Atlántico en una cápsula naranja con forma de barril en la que utilizó solo las corrientes marinas para impulsarlo a través del agua durante 4.500 km (2.800 millas), un viaje de 122 días.
La embarcación medía 19 metros y fue construida por el propio Savin en un astillero del suroeste de Francia.
El viaje le sirvió para lanzar dispositivos al mar que ayudaron luego a varios científicos a estudiar las corrientes del océano.