Perotti debe fabricar una reelección. Tranquilidad, tranquilidad, calma radicales… no hay reelección personal, ni es un título tramposo. Perotti debería gobernar pensando en la re elección para que sucedan dos cosas.
Perotti debe fabricar una reelección. Tranquilidad, tranquilidad, calma radicales… no hay reelección personal, ni es un título tramposo. Perotti debería gobernar pensando en la re elección para que sucedan dos cosas.
Una, los planes a largo alcance. Otra, el respeto más largo a la investidura. Cada vez atenderán menos los teléfonos y llegará más frío el café hasta su despacho. Sucede cuando uno se acerca al adiós. Hoy hasta los peronistas empiezan a oír menos la campanilla y dejar que se entibien los pocillos.
Ejercer el gobierno hasta el último día es tarea de un equipo que debería pensar como en muchos deportes: hay juego hasta la pitada final. Equipo, tarea, funciones, destino. Ejem. La tarea de Perotti es la continuidad.
Cada día Perotti se acerca más al adiós a su función: gobernar la provincia. El tema, de tan bueno que es (la no reelección ha salvado a la provincia de complicaciones mayores) pasa a convertirse en excusa y muleta.
Hay una diferencia que es conceptual y de funcionamiento. Finalmente de construcción. Solo persisten los cuerpos legislativos. Por largo tiempo. Los vota el pueblo una y otra y otra vez. Hay ejemplos de dos décadas… tal vez más.
El Poder Judicial, con todo el tiempo y los almanaques clausurados, es algo que obliga a una mirada atenta. Un juez es eterno, conviene reparar en este punto. Legislar a largo alcance y fallar cuando se quiera, porque el cargo judicial es a perpetuidad, completa el verdadero panorama de la sociedad y sus respuestas.
Se agregó el MPA, el cuarto poder, tan intocable como los otros dos. El único que se toquetea es el Ejecutivo. Esto es así. Se vea o no se vea, se diga o se omita.
El ejecutivo debe cuerpear el arranque, asentarse y resolver, esto es: ejecutar. En este caso Omar Ángel Perotti. Cuatro años que en rigor son dos.
El plus, para que su Gobernación sea más que una estadística, es que alguien cuente qué cosas hizo, hace y hará. No tanto un "plus" del Ejecutivo y su gente como un defecto de funcionalidad o de fábrica cuando no aparece.
Sus funcionarios no han sabido contar (ineptitud, lentitud, incompetencia, no adaptación) o, tal vez, Perotti no quiere que se cuente y espera contarlo él en persona o -variante de las variantes- espera que lo reconozcan por medio de una rigurosa y sorprendente honestidad mediática que, francamente, no existió, no existe ni existirá. Lo sabía o ya debe dársele por aprendida esta materia.
Supongamos lo mejor: esperaba que se reconociese su Gobernación por los hechos ("los hecho se cuentan solos, país, solo hay que saber mirar…" -Piero y José en "Coplas de mi país-).
A los funcionarios ("funcionen o no funcionen") los elige el gobernador, no son elegidos por el pueblo, ni le deben más respeto que el elemental de la democracia, la transparencia y el cumplimiento de eso, el cargo de "funcionario público". La responsabilidad es del gobernador. Chau. Listo.
Dos hechos concurrentes en el tiempo, de diferente origen, terminan por completar el panorama de la Gobernación Perotti.
1- La Peste quitó la sábana, la comunicación se hizo global, de redes, instantánea, nadie quedó en secreto o secretamente perfilado y quien, por la razón que sea, no advirtió que de tal modo se entraba en el Siglo XXI no sabe como taparse las partes pudendas porque algo es inevitable: la desnudez. Los distraídos no saben que están desnudos.
2- El relato se impuso a los hechos. Contar es Gobernar. Storytelling. Re escribidor. El relator de la mañana siguiente. Escuchar un traductor / facilitador para entender. Confiar en el mensaje de los zócalos televisivos. Un título y no un texto. No existe la mentira, existe la narración diferente y machacante. El asunto es Amigo - Enemigo. En fútbol, en una competencia de cocineros o en un panel sobre el FMI. Sobrevivir mediáticamente se consigue oponiéndose. El conflicto es el mensaje (Sorry, Mc Luhan).
Y además… atención, atención, por 12 años en la provincia y más de 20 en Rosario los que supieron cómo manejar esta entrada al Siglo XXI, desde antes de La Peste, fueron los relatores socialistas.
Perotti no es socialista. Sus funcionarios de comunicación no son socialistas pero… caramba, el peronismo ha sabido, desde 1946, desde Raúl Apold, desde su construcción, entender que el relato es la verdad, habida cuenta de que la verdad se mira desde un cristal personal e intransferible. Ser funcionario peronista implicaba saber relatar.
En el sur copiaron, aprendieron, se disfrazaron de "progres" y triunfaron. Un ejemplo muy claro. Hay ya al menos 4 "títulos de tapa" en 4 meses, proporcionados por los funcionarios de la Gestión Municipal en Rosario anunciando taxis nuevos, chapas nuevas, unidades nuevas y 500 mujeres taxistas, con carnet habilitante y curso profesional aprobado, manejándolos. Ni tanto ni tan cerca.
Rotundo es el relato si tiene… anhelos justos, honestos, fenomenales. Realidad muy poca, relato muy eficaz. El ejemplo es inatajable… a nadie le cae mal esta idea, nadie la rechaza de plano, todos somos parte de un "qué bueno, che" y todos nos quedamos sin re preguntar: dónde, cuándo, cómo, porqué… Los titulares periodísticos, ordenados desde la usina correspondiente. hicieron lo suyo: relataron. Por las dudas: en Rosario minga de taxis nuevos, minga de mujeres taxistas, los taxis siguen siendo un lío.
Saber relatar es saber gobernar para el qué dirán o mejor: manejar el qué dirán es gobernar en el Siglo XXI.
Junto al ejemplo de la formidable capacidad del socialismo para hacernos creer que fue un gobierno de una izquierda "progre" un llamativo análisis de un hombre importantísimo del socialismo: "Lo notable es que en ciertos encuentros juveniles del PS hay una esquizofrenia ideológica alucinante respecto de lo que luego es la línea del partido, pero no pasa nada con eso. Ninguna rebelión generacional, ni siquiera un posicionamiento público... Si el Partido Socialista argentino se llamara movimiento popular santafesino, nombre típico de los partidos provinciales, sería un partido local (y pragmático) más y no le daríamos bola. Pero como se llama "socialista", el fetichismo de las palabras"… (Stefanoni, Pablo, material aparecido en las redes, los relatores rosarigasinos saben quién es y qué dineros trajeron sus amigos).
Alguien debería sentarse y observar los hechos. Perotti gobierna, sin reelección, una provincia donde el socialismo no es socialismo y el radicalismo hace tiempo que es el aliado de una fuerza centrípeta donde confluyen Macri, Manes, Javkin, Lousteau, Bonfatti, Morales, Sanz, Aguad, López Murphy y Miguel del Sel. Bulrich, Pullaro, Carrió, Rodríguez Larreta, Schiaretti y Luis Juez, por citar nombres que tienen un valor mediático importante y van a eso: al relato. Sin siglas ni vademécum, no ya corpus o, como se decía: un plexo de ideas.
Pregunta: ¿se le puede exigir a Perotti una reelección? Respuesta única. Sí. Rotundamente. Perotti tiene que hacer reelegir al peronismo con el voto popular sobre setiembre del 2023 y esa es su tarea. Quiera o no quiera lo suyo será juzgado también -acaso básicamente- por el "entredicho", el "por supuesto", el "va de suyo", el "obviamente" y el "sin ninguna duda"… Un peronista que transfirió a otro peronista.
Lo eligió un total del peronismo y el debería devolver el poder, trasladarlo a un total del peronismo que sería eso, sería la reelección de Perotti. Será juzgado por esa tarea. Quiera o no quiera. Todos lo saben. Todos.
Los logros en Salud, el adelanto en Obras Públicas, el saneamiento de la economía, la atención en territorio en Educación, el tremendo fracaso de Seguridad asumiendo costos nacionales y soportando (desde el último gobierno socialista) un ministro como Sain, la relación equívoca con el Legislativo, la diferencia con Javkin y Jatón. La Peste, la bajante, la región núcleo central, el boleto y la billetera… Todo a un punto: cuente, mi amigo, relate y que se sepa… o ríndase, todo fue inútil.
Tiza y carbón. Vincha, bandera y bombo. Patrulla (sin vagancia, sin burócratas) de los medios comerciales para ofertar el debate ante cada denuncia. Reportajes muchos, claros y conscientes. Aceptación del bombardeo mediático porteño que nos penetra. Vacunarse ante tal virósica. Mensaje propio, único y consensuado. Entender norte y sur. Pastores de la Fe Peronista en las redes llevando el mensaje txt a txt. Se repite: discurso público unificado. Laburo. La-bu-ro.
La reelección es posible. No es difícil, el socialismo lo hizo dos veces. Aún hoy lo hace (lo intenta) siguen relatando. Cuestión de decisión, delegación, respeto. Saber qué pasa si no se hace.
Si no se hace no hay re elección. Tan sencillo como eso. Al relato se lo supera con la confrontación directa, mano a mano en el territorio.
Ah… detalle: buena parte del territorio es el sur. El sur. El sur. Por si no se entiende: el territorio de la reelección es el sur. Si no se camina el sur la reelección de Perotti no camina.
Saber relatar es saber gobernar para el qué dirán o mejor: manejar el qué dirán es gobernar en el Siglo XXI.
Pregunta: ¿se le puede exigir a Perotti una reelección? Respuesta única. Sí. Rotundamente. Perotti tiene que hacer reelegir al peronismo con el voto popular sobre setiembre del 2023 y esa es su tarea.