En representación de la Casa Blanca, el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken manifestó que Rusia podría estar usando "diferentes agentes antidisturbios mezclados con agentes químicos" en su ofensiva para tomar Mariúpol, una estratégica ciudad ubicada en el este de Ucrania, sobre el mar de Azov.
"Las fuerzas rusas podrían usar diferentes agentes antidisturbios, incluidos gases lacrimógenos mezclados con agentes químicos que reforzarían los síntomas para debilitar e inmovilizar a los combatientes y civiles ucranianos como parte de su campaña agresiva para tomar Mariúpol", denunció el jefe de la diplomacia estadounidense.
Si bien Blinken expresó que habían compartido "esta información con Ucrania" y que estaban "en contacto directo con los aliados para determinar qué está pasando actualmente", remarcó que no podía confirmar las recientes acusaciones de que las fuerzas rusas hayan usado ya armas químicas en Mariúpol.
El lunes, el regimiento ucraniano Azov, atrincherado en Mariúpol, anunció que un dron ruso había lanzado "una sustancia tóxica" sobre soldados y civiles, pero ninguna fuente independiente confirmó aún esta acusación. El vocero del departamento de Estado estadounidense, Ned Price, aseguró que Washington estaba "dispuesto a ayudar" a las autoridades ucranianas en su investigación e informó que, previo a las acusaciones hechas por el regimiento Azov, había recibido "informaciones creíbles" sobre el posible uso de agentes químicos.
"Es una preocupación que teníamos incluso antes del comienzo de la agresión" de Rusia contra Ucrania, dijo, e insistió: "Yo había advertido de la posibilidad de que se recurriera a este tipo de armas, y es algo que seguimos muy, muy de cerca". Las acusaciones de Estados Unidos despertaron las alarmas de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), compuesta por 193 miembros, entre ellos Rusia y Ucrania.
"El secretariado de la OPAQ está preocupado por las recientes informaciones no confirmadas sobre el uso de armas químicas en Mariúpol divulgadas por medios de comunicación en las últimas veinticuatro horas", expresó la organización en un comunicado.
"Estas informaciones siguen a las publicadas por la prensa en las últimas semanas sobre bombardeos contra fábricas químicas en Ucrania, y a las acusaciones entre las dos partes sobre un posible uso abusivo de productos químicos tóxicos", se agrega en el texto de la OPAQ.
Como repaso de los principales hechos ocurridos en el día número 48 de la invasión de Rusia a Ucrania, lo primero que hay que destacar es que ambos países se acusan mutuamente de obstaculizar el curso de las negociaciones, mientras que los combates no cesan y más ucranianos deben abandonar el país.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, por ejemplo, declaró que "la falta de coherencia de Ucrania impide llegar a un acuerdo", mientras que el consejero del presidente ucraniano, Mijailo Podoliak, remarca que "las negociaciones son extremadamente difíciles por culpa de Moscú".
A su vez, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, denunció "cientos de casos de violación y tortura" en las zonas ocupadas por el ejército ruso, "incluyendo niñas menores de edad y niños muy pequeños". Putin, ajeno a ello, aseguró que "la ofensiva militar en Ucrania avanza con calma" y reafirmó que "el objetivo fundamental está en el este", donde dijo que "busca ayudar a la gente en el Donbass", región en la que se ubican las provincias rusoparlantes Donetsk y Lugansk.
El gobernador de la provincia de Lugansk, Serguii Gaidai, informó que en la localidad de Severodonetsk fueron enterrados 400 civiles desde el inicio de la guerra. La fiscalía ucraniana anunció el hallazgo de seis cadáveres de personas que murieron por disparos de bala en un sótano en un suburbio de Kiev, en una zona que ocuparon las fuerzas rusas.
El Ministerio de Defensa de Bielorrusia precisó que su ejército está fortaleciendo la seguridad en la frontera con Ucrania en prevención de ataques de Kiev. El presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, criticado por sus relaciones con Rusia en los últimos años, afirmó que tuvo la intención de viajar a Ucrania con los jefes de Estado de Estonia, Lituania, Letonia y Polonia, pero Kiev se negó.
Mientras que la OMS dijo haber verificado 108 ataques a infraestructuras o personal médico en Ucrania desde el inicio de la invasión rusa (que dejaron 73 muertos y 51 heridos), la Acnur informó que más de 11 millones de personas debieron huir desde el inicio de la invasión rusa: 4,6 millones como refugiados en otros países y otras 7,1 millones desplazados internos.