Por Alberto Sánchez
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Si sólo nos remitiéramos a lo que dice cualquier diccionario de la Lengua española, veríamos que entre casualidad y causalidad existe una más que marcada diferencia, que no tiene nada que ver con la ubicación dentro del vocablo de dos de sus letras.
Casualidad: sustantivo femenino que significa “combinación de circunstancias que no se pueden prever ni evitar y que caracteriza a los acontecimientos imprevistos. Suceso imprevisto, fortuito e impensado”. “Ganar fue una casualidad”, sería un ejemplo. Suerte, fortuna, coincidencia, eventualidad y accidente son algunos de sus sinónimos.
Causalidad: sustantivo femenino que significa “relación o vinculación entre una causa y su efecto o resultado de una cosa. Conjunto de cosas que causan algo”. Filosóficamente hablando, es una ley en virtud de la cual se producen efectos. “Una epidemia por ejemplo, es causada por alguna razón”. Causa, principio, origen y explicación son algunos de los sinónimos.
Esta introducción solamente trata de explicar que lo que está ocurriendo en el fútbol del Club Atlético Unión no es mera casualidad. Está bien, falta muchísimo para que la clara meta rojiblanca desde el descenso en 2003 se cristalice. Pero también está claro que ni en la temporada 2007-2008, cuando el conjunto dirigido técnicamente por Claudio Gugnali disputó los dos cotejos en instancias de promoción por un ascenso contra los jujeños de Gimnasia y Esgrima, se había logrado una consolidación entre lo institucional y deportivo como en lo que va del presente campeonato.
Causa rojiblanca
“Nos faltan jugar 19 finales”, dicen con mucha razón casi todos los jugadores del plantel del “Turco” Alí. Pero no lo expresan desde el simple y acostumbrado discurso, es una verdad incuestionable de cara a la segunda rueda de un certamen que sin ser demasiado atractivo en lo futbolístico, se ha vuelto cada vez más competitivo.
Y Unión, aún sin mostrar el nivel que el hincha (y seguramente el técnico) desea y espera, comienza el transcurso de la segunda parte del campeonato en una posición privilegiada, una posición que salvo San Martín de San Juan, todos envidian, y que sólo deberá defender en esas “19 finales” para lograr el tan ansiado ascenso.
Pero “¡ojo!”, no se tiene que descuidar, porque al mínimo traspié se lo “comen” los que vienen detrás. Lo importante es que esto lo tienen muy claro todos los que de alguna manera u otra, están involucrados con la causa rojiblanca, desde el presidente hasta el simpatizante tatengue, y esto no es otra cosa que una de las causalidades que hacen que el equipo esté cumpliendo una campaña destacable.
Falta mucho todavía, en tiempo cronológico y en tiempo competitivo, eso es muy cierto y la gente lo sabe, pero la ilusión aumenta y es un derecho que todo unionista tiene, no obstante la tranquilidad reina en la comarca rojiblanca, ojalá se demuestre el jueves que viene a las 21.10, cuando en el 15 de Abril reciba al Lobo jujeño en la reanudación del campeonato.