Jueves 15.7.2021
/Última actualización 23:48
Aquel circo internacional que visitó Santa Fe, a principios del siglo pasado, eran verdaderas empresas faraónicas de ribetes épicos y situadas en pleno periodo de entreguerras. El circo sufrió de cerca el flagelo de la guerra, al mudarse de país en país y viajar junto a diversos artistas procedentes de distintas nacionalidades. Eran las primeras grandes empresas artísticas en cruzar el mar Atlántico con sus gigantescos buques y luego en ferrocarril por todo el continente. El circo en los años veinte nos presenta una circularidad de migrantes y de ideas, en donde las fronteras nacionales se ven inmersas en un mundo global y transnacional.
Con una tripulación en la que además convivían una cantidad inusitada de exóticos animales (alrededor de 400) algo hoy en día sería imposible debido al maltrato que recibieron en muchas ocasiones. Debemos tener en cuenta que el cine recién estaba surgiendo y la televisión no existía, por lo que el circo era el único espectáculo masivo. La gente podía ver el mundo a través del circo.
La crónica de El Litoral decía: “El seleccionado artístico y mundial del ‘New York Circus’ entre los que se destacan los hermanos norteamericanos Dunbar que dominan los cielos con sus trapecios, el Capitán Schweyer y sus cinco leones africanos (...) los gladiadores romanos en la lucha sobre la arena, hindúes que caminan sobre brasas, los tres Bentos grandes cantantes líricos Austriacos y las estatuas francesas”.
El “New York Circus” era el circo más moderno de su época, junto al mítico circo alemán “Sarrasani” con quien podían darse el lujo de publicitar sus funciones: “siendo los únicos en poder albergar a más de 4000 espectadores y de poseer luz eléctrica para sus iluminaciones circenses”.
La inclusión del circo en el campo del arte en general ha sido polémica, y en muchos casos ha ocupado un lugar secundario frente a otras artes legitimadas como el teatro o la danza. Dos hechos históricos marcaron la autonomía e importancia del arte circense. En 1919, Lenin decidió estatizar tanto al circo como al teatro, el ballet y la ópera, de esa manera, fueron organizados y sostenidos por el estado. Otro acontecimiento importante fue en Francia, durante el gobierno socialista de Miterrand, cuando se logró pasar la actividad circense del Ministerio de Agricultura (por la presencia de los animales) al Ministerio de Cultura, en 1982, y se creó en 1985 el CNAC, el Centro Nacional de Artes del Circo.
Desde el Archivo de El Litoral, los invitamos a disfrutar de las fotografías de aquella mítica visita del circo por nuestra ciudad.
Archivo El LitoralArchivo El LitoralArchivo El LitoralArchivo El LitoralArchivo El LitoralArchivo El LitoralArchivo El Litoral