Desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decidieron celebrar cada 20 de marzo, desde el 2013, el Día Internacional de la Felicidad. ¿Qué es lo que se conmemora? La idea principal es reconocer la importancia que desempeña tal sentimiento en la vida de las personas de todo el mundo. Por esa razón, las autoridades de la ONU invitan a cada ciudadano y ciudadana de los diferentes países, a cualquier edad y en cualquier lugar, que se unan para celebrar esto a pesar de la pandemia.
Tal como expresamos anteriormente, la importancia que se le da al día tiene que ver con la relevancia que toma la felicidad y el bienestar en la vida de cada persona. Según especifican en la resolución 66/281, es importante realzar el sentimiento que se transforma en una de las grandes aspiraciones universales de los seres humanos y la importancia de su inclusión en las políticas de gobierno. En tal decreto se indica que se aplique al crecimiento económico un enfoque más inclusivo, equitativo y equilibrado, promoviendo el desarrollo y la erradicación de la pobreza para llegar a tal bienestar.
Todo esto se debe a una iniciativa del Reino de Bután, que considera a la Felicidad Nacional Bruta más importante, incluso, que el Productor Bruto Interno (PBI). Además, la resolución invita a que todos sus Estados Miembros, a las organizaciones nacionales, regionales e internacionales a promover las actividades correctas. Especialmente, por supuesto, en el ámbito de la educación. Con este bienestar colectivo, se alcanzaría la tan anhelada felicidad.
Si bien la ONU es quien oficializa al 20 de marzo como Día Internacional de la Felicidad, la historia es mucho más interesante y lleva más de 40 años. Es que el rey de Bután -pequeño país al sur de Asia-, hace dos décadas impuso la filosofía de que su gobierno se basara en la felicidad de sus súbditos y así creó el concepto de Felicidad Nacional Bruta (FNB).
En la actualidad, internacionalmente, este funciona como indicador de nivel de vida y se calcula midiendo nueve puntos: bienestar psicológico, uso del tiempo, vitalidad de la comunidad, la cultura, la salud, la educación, la diversidad medioambiental, el nivel de vida y el gobierno. Es importante destacar que la felicidad es un derecho universal a pesar de que, muchas veces, sea tan difícil de alcanzar.