Cómo ocurre con muchos temas importantes, no es uno sino que por lo menos son tres los días del años en los que se celebra la música.
Cómo ocurre con muchos temas importantes, no es uno sino que por lo menos son tres los días del años en los que se celebra la música.
Reconocido internacionalmente y con una tradición muy arraigada, el 22 de noviembre como día de la música tiene una historia muy peculiar.
¿Quién no imaginó, alguna vez, que cierta melodía suena de fondo en un momento importante de la vida? Tal vez, acompañando un momento de felicidad, un día triste o un encuentro que podría cambiar el curso de la historia, al menos personal, como si fuera una película. Y muchas veces la música nos sorprende y aparece casualmente a darle vida a nuestros recuerdos. Hoy 22 de noviembre es el día para festejar a la música.
Antes de indagar sobre las razones por las que la fiesta de Santa Cecilia, patrona de la música, fue elegida para celebrar el día de la música, conviene recordar que desde 1975 el día del músico se celebra cada 1 de octubre, fecha elegida por la UNESCO a partir de una iniciativa del violinista y director de orquesta estadounidense Yehudi Menuhin. Al establecer esa fecha, lo que se buscaba era promover la música y con ella el encuentro entre culturas.
En Argentina, hay además otro día clave para celebrar la música y homenajear a quienes la crean y comparten. Es el 23 de enero, día del natalicio de Luis Alberto Spinetta. Ese día es reconocido, desde 2015, como el Día Nacional del Músico.
Pero, ¿porqué originalmente fue la fiesta de Santa Cecilia, el 22 de noviembre, el día elegido para celebrar a la música? Santa Cecilia -quien murió un 22 de noviembre en el siglo III- es reconocida como patrona de los músicos. Según las actas, Cecilia pertenecía a una familia adinerada de Roma y estaba decidida a entregar su vida a Dios. Los historiadores explican que por los usos y costumbres de la época, aprendió a tocar instrumentos musicales siendo aun muy chica.
Si bien el deseo de Cecilia era conservar su virginidad para entregársela a Dios, los planes de su padre eran otros y la obligó a casarse con Valeriano, un joven pagano que luego de la boda se enteró del anhelo de su esposa. Ella acabó por convertir a Valeriano al catolicismo y él, quien también fue reconocido santo, inspiró a muchos paganos a conocer a Dios.
Valeriano fue martirizado por su fe. Al igual que Cecilia, quien murió asfixiada luego de que la encerraran en el baño de su casa y prendieran fuego. En ese momento de martirio ella cantaba el salmo 20: "Que mi corazón y mi carne permanezcan puros, oh Señor, y que no me vea defraudada en tu presencia".
En su peor noche, Cecilia sabía en su corazón que la alabanza exterior motiva al alma, e incrementa el amor de quien alaba. En palabras de San Agustín, aquel que canta alabanzas, no solo alaba, sino que también alaba con alegría; aquel que canta alabanzas, no solo canta, sino que también ama a quien le canta". Ya lo había experimentado antes, en un momento clave, cuando el día de su boda cantó a Dios para que cuidara su virginidad.
En 1584, cuando se fundó la Academia de la Música en Roma, Cecilia fue nombrada patrona de la institución y luego se convirtió por extensión en patrona de la música. Y es por ello que el día de la música se celebra el 22 de noviembre, día de la fiesta de Santa Cecilia.
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