En una de las transitadas esquinas de Manhattan (Nueva York), un ingeniero de Motorola se paró frente a un reconocido hotel e hizo por primera vez una llamada telefónica desde un dispositivo móvil.
Llamó desde la calle a su principal competidor e hizo historia.
En una de las transitadas esquinas de Manhattan (Nueva York), un ingeniero de Motorola se paró frente a un reconocido hotel e hizo por primera vez una llamada telefónica desde un dispositivo móvil.
Ocurrió hace 50 años, el 3 de abril de 1973 y el protagonista fue Martin Cooper quien pasó a la historia por hacer funcionar uno de los prototipos que la citada compañía estaba probando para lanzar al mercado.
La importancia de aquella jornada radica en que para aquel entonces las comunicaciones versaban a través de telefonía fija e Internet estaba en una incubadora universitaria de Estados Unidos.
Sobre Cooper se puede decir que era experto en las radios de dos vías (los handys) y los pagers (sistemas de ubicación inalámbrica que usaban los hospitales para avisarletrea un médico que tenía un mensaje)
Posicionado en la Sexta Avenida, el ingeniero quería impresionar al periodista que lo acompañaba, mostrando su proeza: podía hablar por teléfono con un aparato sin cables. Hasta entonces, existía un aparato instalado en autos que permitía una comunicación inalámbrica pero era incómodo.
La anécdota cuenta que Cooper sacó su libreta de contactos y marcó una secuencia de números. No llamó a familiares, ni a amigos ni a sus jefes. La genialidad de este ingeniero hizo que se comunicara con quien sería su "adversario".
Del otro lado del "tubo" atendió Joel Engel, el jefe de los Bell Labs, el brazo de investigación y desarrollo de AT&T, la competidora directa de Motorola.
Cooper tuvo suerte y lanzó para todos los tiempos una frase épica: “a que no sabés de dónde te estoy llamando”.
“Hola, Joel, soy Marty; te estoy llamando desde un teléfono celular, un teléfono celular personal, portátil, de mano, te estoy llamando desde la calle en el teléfono portátil que ustedes dicen que no se puede hacer”, fue la frase que le siguió.
Aquellos primeros aparatos eran bastantes más grandes de los que existen en la actualidad. Ese primer modelo era del tamaño de una hoja A4. Con el correr de los años se fue optimizando el tamaño. Para 1984, cuando salió a la venta el DynaTAC 8000X con mejoras respecto al que utilizó Cooper en 1973.
El primer año se vendieron 1200 unidades del DynaTAC 8000X (un diez por ciento de los teléfonos celulares vendidos en ese período en EEUU), que tenía un precio de casi 4000 dólares (unos 10.000 dólares actuales)
En los '90 se alcanzó la segunda generación de tecnología celular y para fines de esta década su uso era masivo. Unos 10 años después, el 3G copó el mercado de telecomunicaciones y los dispositivos comenzaron a contar con servicio de Internet.
Sobrecargada por el flujo de datos, sobre todo de contenido multimedia, se buscó una alternativa al 3G. Entre 2009 y 2011 se afianzó la novedosa red 4G, que llegó a la Argentina entre fines de 2014 y principios de 2015.
Con respecto a los dispositivos, el tamaño de sus componentes y la digitalización de la pantalla fue clave. Los teléfonos inteligentes que se popularizaron en los últimos 15 años ganaron el mercado. El primer iPhone fue lanzado en 2007 y desde entonces es uno de los mejores aparatos del mercado.
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