Hernán Rausch, una de las víctimas del cura Justo Ilarraz, consideró que "llama la atención la recurrente actitud de las autoridades de la Iglesia frente a los casos de abusos que se vienen sucediendo".
Hernán Rausch, una de las víctimas del cura Justo Ilarraz, consideró que "llama la atención la recurrente actitud de las autoridades de la Iglesia frente a los casos de abusos que se vienen sucediendo".
"No al abuso sexual infantil; no a la prescripción de las causas y no se debe ser cómplices con fanatismo, silencio e indiferencia, ni participar en postales de perversidad", señaló en el marco del Día Mundial para la prevención del abuso infantil.
En una carta enviada a Télam, aseguró que "es muy probable que en estos momentos se sigan llevando acabo macabros atropellos hacia la integridad sexual de niños y jóvenes, por la falta de urgentes modificaciones y acciones dentro de las Instituciones".
Rausch sostuvo que "un abuso no investigado ni sancionado" da lugar a una "continuidad de la impunidad del acusado, y habilita a más abusadores, que aprovechan su excepción o privilegio como familiar, amigo o desde su prestigioso lugar como sacerdote".
En ese sentido, indicó que eso sucede por la "falta de empatía de quienes comandan e inmunizan al perpetuador de los hechos para 'cuidar la reputación', dando lugar a la posibilidad de continuar con esas maldades, a través de diferentes formas".
En el escrito, pidió "definiciones y decisiones para hacer justicia y poner en su lugar a los inapropiados", aplicando "normas y escarmientos" dentro de la Iglesia Católica.
"Las palabras sobran, pero las acciones no llegan", apuntó y solicitó "jugarse por la verdad y sincerarse sobre personajes de altos rangos" eclesiásticos, para "construir coherencia, transparencia y confianza" dentro de ese espacio religioso.
Asimismo, resaltó que quienes "no ven los errores y sus consecuencias" de los abusos "acrecientan el dolor de aquellos que lo han atravesado".
Finalmente, pidió a las autoridades eclesiásticas que "no continúen utilizando, abusando y jugando con la fe y creencia de la gente, aprovechándose por el gran número de seguidores".
"En este día quiero alzar mi voz, también en nombre de muchos que no pueden hablar, no pueden expresar, y sobreviven a tanta opresión y sienten miedo, culpa y dolor", concluye el escrito.
Con información de Télam