Por Luis Rodrigo
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Un reciente estudio del Laboratorio del Ente Regulador de Servicios Sanitarios lo confirma: muchas veces es de calidad superior el agua de la canilla que la envasada.
En los análisis químicos sobre arsénico y sodio califican mejor los servicios de distribución de agua potable de las ciudades de Santa Fe y Rosario, que de varias marcas de aguas de mesa y primeras marcas de aguas envasadas.
“En principio al momento de realizar el análisis de calidad de las distintas marcas de agua embotellada en comparación con la calidad del agua de red de cada localidad puede constatarse que no siempre el agua embotellada tiene mejor calidad que el agua de red, siendo su precio varios miles de veces superior al agua de red”, dijo el titular del Enress, Alberto Muñoz.
En análisis realizados por el Ente “se han encontrado primeras marcas de los supermercados -durante el mes de agosto de 2010-, con aguas con tenores de arsénico entre 17 y 39 ug/l (microgramos por litro), por debajo de los 50 ug/l que estipula la ley 11.220 y el Código Alimentario Argentino para las aguas de red, pero por sobre los 10 ug/l que estipula dicho código para las aguas envasadas fuera de su lugar de origen”.
“Muchas de estas aguas embotelladas contuvieron tenores de sodio (sales, normalmente simbolizadas con “Na”) superiores al límite recomendado por la ley 11.220 -que regula a todos los servicios sanitarios en la provincia- de 100 mg/l. Hubo valores de entre 152 y 242 mg/l, lo cual no infringe el CAA (que no estipula ningún límite) pero que representa un producto de peor calidad que en Rosario y Santa Fe, especialmente para los hipertensos”, advierte Muñoz.
Considera que “en suma, en localidades como Santa Fe o Rosario el agua de la canilla presentó una mejor calidad en cuanto al arsénico o al sodio, que muchas de las aguas embotelladas”.
Cabe subrayar que las dos ciudades más pobladas de la provincia cuentan con una fuente de captación de calidad privilegiada: el río Paraná y sus afluentes.
Del mismo modo, debe destacarse que el estudio de calidad hecho por el Enress no se extiende a otras ciudades con agua potable. Santafesinos y rosarinos son parte del 85% de los habitantes de la provincia que tiene agua potable.
El titular del Enress adelantó que el Ente trabaja en conjunto con asociaciones ecologistas y de consumidores “a los fines de elaborar cuadros comparativos que orienten a los usuarios al momento de tomar la mejor decisión en cuanto a la forma de hidratarse”.
Del Inti
En 2009, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial formuló la misma advertencia: suele ser mejor el agua potable de la canilla que la envasada. El Inti efectuó la misma comparación que aquí el Enress, sólo que lo hizo a nivel nacional.
El informe del Inti está disponible en Internet. Al comentar los resultados dice textualmente: “De las 15 marcas analizadas, 9 (60%) presentan problemas con uno o más ítems de la normativa de referencia”.
En los análisis microbiológicos “dos marcas no cumplen con las condiciones microbiológicas establecidas por el Código Alimentario Argentino; una marca supera el límite admitido para el recuento de aerobios mesófilos y en otra se detectó presencia de Escherichia Coli y, al mismo tiempo, supera los límites admitidos para el recuento de aerobios mesófilos y recuento de coliformes totales”.
Sobre los aspectos físico-químicos, “cinco marcas no cumplen con las condiciones químicas establecidas por el Código Alimentario, de ellas, cuatro marcas superan el límite establecido para arsénico y una marca supera el límite establecido para nitrato. Otra no cumple con la normativa de contenido neto declarado”
Además “dos marcas presentan problemas en la hermeticidad del envase. Una pierde por la tapa y otra marca presenta una pinchadura”.
Cuatro marcas “presentan incompleta la información obligatoria al consumidor: no se detalla la vigencia del producto, la denominación, la razón social de la planta embotelladora y dirección, el número de registro y emisor, vigencia del producto y partida, según los casos
Etiquetas
La información que se registra en la etiqueta de los productos es de suma importancia para garantizar una correcta elección de los mismos.
Existen casos particulares en donde la información, además de presentar problemas de legibilidad, se encuentra situada en etiquetas que se destruyen en el momento de apertura del envase.
El 27 % del total de los productos no suministra los datos que permiten el contacto entre los consumidores y el embotellador o distribuidor (Tel., e-mail, sitio Web).
“Al analizar estos datos podemos concluir que, en una proporción importante (una cuarta parte del total), las empresas no presentan la información analizada en el presente informe”, subrayai.
Un dato que debe de estar presente en todos los productos, como es la fecha de elaboración y/o vencimiento, “se verificó en 14 de las muestras, en algunos casos su legibilidad se vio reducida debido a una deficiente calidad en la impresión o una incorrecta ubicación. Se presentaron 3 casos en los que los productos contaban con la fecha de elaboración en etiquetas autoadhesivas, fácilmente removibles ubicadas en las tapas de los envases”.