Que el Amazonas, la selva tropical más grande del mundo, está acercándose a un punto de inflexión ecológico y en riesgo de colapsar no es ninguna novedad. Lo que sí es nuevo es que la situación es mucho peor de lo que se creía.
Un nuevo estudio encontró que con los incendios, la sequía y la tala de tierras, el bosque está liberando más gases que atrapan el calor de los que almacena en las plantas y el suelo.
Que el Amazonas, la selva tropical más grande del mundo, está acercándose a un punto de inflexión ecológico y en riesgo de colapsar no es ninguna novedad. Lo que sí es nuevo es que la situación es mucho peor de lo que se creía.
Así lo afirma una nueva investigación que advierte que ese futuro sombrío tan temido ya ha llegado debido a una deforestación desenfrenada.
"Lo más probable es que el Amazonas esté calentando la atmósfera de la Tierra, no enfriándola, y solo se espera que el efecto preocupante aumente", explica el estudio, cuyos resultados fueron publicados en la revista Frontiers in Forests and Global Change.
La investigación, que contó con la participación de más de 30 científicos y es la evaluación más completa de la influencia de la cuenca del Amazonas en el clima global hasta la fecha, encontró que con los incendios, la sequía y la tala de tierras, el bosque está liberando más gases que atrapan el calor de los que almacena en las plantas y el suelo.
Además, ya no se puede contar con la jungla para ayudar a compensar las emisiones de gases de efecto invernadero de las actividades humanas, es decir, la quema de combustibles fósiles.
A diferencia de estudios anteriores, esta investigación cuenta todos los gases que calientan el clima que circulan por la cuenca del Amazonas y llegan a la atmósfera, y evalúa los impactos directos de las actividades humanas en una de las mayores reservas de carbono de la Tierra.
"Talar el bosque está interfiriendo con su absorción de carbono; eso es un problema", le dijo a National Geographic el ecólogo y autor principal del estudio, Kristofer Covey, del Skidmore College de Nueva York .
"Pero cuando comienzas a mirar estos otros factores junto con el CO2, se vuelve realmente difícil ver cómo el efecto neto no es que la Amazonía en su conjunto esté realmente calentando el clima global".
La pérdida de bosques en la Amazonía es tan grave que algunos científicos han estimado que la selva tropical podría pasar de un sumidero de carbono a una fuente de carbono que libera más CO2 del que puede contener en 2035.
A los investigadores también les preocupa que con el aumento de las actividades ilegales de desmonte de tierras, la región se esté acercando rápidamente a un catastrófico "punto de inflexión" en el que el Amazonas se ve empujado al borde y se convierte en otro ecosistema mucho más seco.
Al analizar los datos existentes sobre las emisiones de gases de efecto invernadero y los efectos combinados de los impactos humanos en la cuenca del Amazonas, los investigadores mostraron cómo el Amazonas probablemente está empeorando el cambio climático al emitir más gases de los que absorbe naturalmente.
Nunca antes un estudio de la cuenca del Amazonas había evaluado los datos de tal manera que considerara el conjunto completo de interacciones entre los bosques y el clima, lo que los autores del estudio llamaron una "tarea abrumadora" y "el desafío central que limita nuestra comprensión del impacto climático global del Amazonas".