Contenido realizado para CISFE
Desde su creación, su impacto en el mercado fue fundamental, ya que se adaptó a los cambios y lideró iniciativas que beneficiaron tanto a profesionales como a clientes.
Contenido realizado para CISFE
La Cámara Inmobiliaria de Santa Fe (CISFE) conmemora su 40 aniversario, resaltando sus logros y evolución a lo largo de los años, manteniendo una mirada abierta a los cambios, buscando un equilibrio y relaciones justas con sus clientes.
Desde su creación, se dedicó a generar un espacio de discusión sobre temas de interés común para sus miembros.
En sus inicios, el sector inmobiliario se caracterizaba por estar desregulado, sin centros de formación o capacitación, lo que significaba que el ejercicio de la correduría no era considerado una profesión formal. Los aspirantes tenían la opción de rendir un examen para inscribirse en el Registro Público de Comercio, pero esto no era obligatorio, lo que resultaba en un aprendizaje basado en la experiencia y el ensayo-error.
En este contexto, el papel de la cámara en el desarrollo del mercado inmobiliario local fue fundamental. No solo promovió la profesionalización del sector, sino que también facilitó la creación de vínculos y la colaboración entre sus miembros.
Un hito importante fue su participación en la sanción de la ley provincial 13.154, que estableció el Colegio de Corredores Inmobiliarios de Santa Fe, lo que marcó un cambio radical en la profesión.
Entre sus asociados se encuentran destacadas empresas como Benuzzi, A. Bonfanti, Bottai, Casablanca, Christen, Cobos, Cometto, Ervic, Guastavino & Imbert, Pilay, Lenarduzzi, Orcu, Rodolfo Curcio Propiedades, Royo, Rubén Bosco, Salas, Samar, Santo Tomé, Sauce y Ureta Cortes Negocios Inmobiliarios, quienes se benefician del trabajo en conjunto, la publicidad corporativa, el intercambio de información y la capacitación constante.
Estos elementos le permitieron a la CISFE consolidarse como una de las instituciones más importantes del sector, con el lema “Cada vez somos más” y la afirmación de ser “la inmobiliaria más grande de la región”.
Si bien sus miembros colaboran en una unión que posiciona a la entidad como líder en compra-venta y locaciones, la influencia de la cámara en la regulación del sector no es directa. En cambio, sus socios se adaptan a un mercado que se autorregula, enfrentando las variaciones económicas y políticas del entorno.
En cuanto a los proyectos actuales, la entidad se enfoca en el crecimiento institucional y la expansión comercial, después de una reestructuración significativa. La adaptación a los cambios del mercado en las últimas décadas ha sido clave, especialmente con la incorporación de nuevas tecnologías y la evolución de la profesión hacia un modelo que exige formación y colegiación.
Además, la cámara enfrenta desafíos importantes, como la adaptación a nuevas normativas, incluyendo el DNU 70/2023. Su objetivo es garantizar que la intermediación genere resultados satisfactorios para todas las partes involucradas, asegurando así la calidad y efectividad de sus servicios.
Las expectativas para el futuro se centran en continuar el crecimiento y la consolidación de la cámara, adaptándose a los cambios que traen las políticas de apertura de mercado y los avances tecnológicos.
Desde la CISFE se reconoce que uno de los grandes desafíos es involucrar a las nuevas generaciones de inmobiliarios, quienes deben preservar los valores éticos y profesionales que caracterizan a la entidad. Sin embargo, esta tercera generación de profesionales se muestran comprometidos en ser tanto guardianes como innovadores del sector.
Este compromiso garantiza la continuidad de la ética y la profesionalidad que han definido a la cámara a lo largo del tiempo.