“Cuando empiece el año voy a…”: expectativas por un nuevo año
Cómo nos posicionamos en la vida puede generar un cambio en nuestra realidad y la de los otros. Preguntarse qué se logró el año pasado y qué aprendimos no es el primer paso para ir a donde se quiere llegar, pero sí para salir de donde se está
El punto principal es tener motivación. Créditos: Eduardo Munoz/ Reuters
Comienza un nuevo año y se tiende a reflexionar sobre lo que pasó el año anterior, sobre lo que se pudo hacer y lo que quedó pendiente. Muchas personas hacen borrón y cuenta nueva. Arrancan estableciendo nuevas metas y objetivos. La frase “cuando empiece el año voy a hacer…” es muy escuchada en estas fechas.
La psicóloga Carla Korol dijo que: “Cuando llega fin de año se empiezan a hacer balances de todo aquello que no se hizo. Por un lado, está bien la idea de realizar una evaluación. Pero muchos creen que empieza un año y cambia absolutamente todo y en realidad tiene que ver con una percepción individual de cómo cada uno encara la vida”.
Establecer metas alcanzables y dividir las grandes en una serie de pequeñas puede ser una opción para alcanzar los objetivos. Para eso es importante construir un marco sólido a partir del cual se pueda comenzar a crecer. Reflexionar sobre las fallas y fracasos es bueno para poder aprender de ellos.
La declaración "el año comienza" está cargada de expectativas. Créditos: Anushree Fadnavis/ Reuters
Korol explicó que es positivo plantear objetivos que sean accesibles y no necesariamente tienen que ver con un año nuevo. “Podemos empezar cualquier día. No porque empiece un nuevo año se debe decir ‘voy a lograr esto y lo otro’. Porque se recarga de expectativas, con metas muy altas. Cuando van pasando los meses y no se cumplen comenzamos a desanimarnos. Es ahí cuando empezamos a dejar de lado todo lo que sí logramos”.
La declaración "el año comienza" está cargada de expectativas. Se debe buscar un equilibrio para poder estar saludables física y mentalmente. Sería bueno pensarlo como un viaje y no directamente relacionado con el éxito o el fracaso.
“El punto principal es tener motivación. Poder ver qué se aprendió del año que pasó, lo que se logró crecer y en base a eso, cuáles son las propuestas para el año que comienza. Sin tantas presiones, simplemente pensar en aquello que le gustaría lograr y cuál es el camino para poder hacerlo. Pensar en planes alcanzables, para ir paso a paso hasta que se pueda llegar al objetivo principal. Esto puede ayudar a lograr un equilibrio entre asumir nuevos desafíos o continuar con lo que se estaba haciendo, o ambos. Puede lograr todo lo que se proponga, pero siempre con una mirada que sea realista”, remarcó la psicóloga.
Muchas veces, por perseguir un gran objetivo, se deja de lado vivir el aquí y el ahora. “Siempre tenemos la oportunidad de empezar de cero, la cantidad de veces que sea necesario, no importa la edad, género, no importa absolutamente nada. Más allá de que se empiece un año, en el que se puede plantear hacer borrón y cuenta nueva, se trata de una cuestión mental, y está bueno. Pero lo principal es entender que no existe ningún impedimento para poder emprender algo que tal vez quedó pendiente o para empezar de cero”, reflexiono la profesional.
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