El sábado no fue la primera vez que la Unión Tranviarios Automotor (UTA) decidió interrumpir el servicio del transporte público de pasajeros en la ciudad en demanda de más seguridad para los choferes, especialmente cuando deben trasladar a hinchas de Unión y Colón a las canchas de la ciudad. En 2006 hubo una medida similar que, al igual que ahora, derivó en una reunión entre dirigentes de la UTA, autoridades policiales y municipales.
Por entonces, frente a la problemática planteada, los tres sectores involucrados llegaron a un acuerdo: disponer colectivos urbanos para el traslado exclusivo de los hinchas en los partidos de Colón y Unión. Pero la medida duró pocas semanas; lo mismo que el tema estuvo en las agendas periodísticas.
Concretamente, el plan para brindarle mayor seguridad a hinchas, choferes y pasajeros en general consistió en individualizar las unidades. Se distinguieron los coches “exclusivos para simpatizantes” de los habituales, es decir de aquellos a ser utilizados por personas ajenas al fútbol. Además, se dispusieron distintos puntos de la ciudad como lugares de concentración de fanáticos, desde donde trasladaban a los hinchas a los estadios. La policía, por su parte, se encargó de reforzar los patrullajes acompañando los recorridos habituales de los colectivos desde una o dos horas antes del inicio de los partidos.