Jueves 3.8.2023
/Última actualización 13:53
Mientras el Concejo quiere discutir por enésima vez la regulación de aplicaciones como Uber, el municipio continúa secuestrando vehículos que operan para estas apps de manera ilegal. Es que en los últimos meses se detectó un aumento de vehículos que se dedican a este servicio que mantiene un bache legal en la ciudad.
Según contó a El Litoral la secretaria de Control y Convivencia local, Carolina Labayrú, “los autos secuestrados van al corralón municipal. Luego, el titular debe que ir a retirarlo previo juzgamiento por parte del tribunal de faltas”.
Aunque no hay un dato oficial al respecto, la funcionaria estima que, al tratarse de coches usados, un gran porcentaje se encarga de reclamarlos e ir a buscarlos.
En esta línea, desde la cartera informaron que solamente en el mes de julio se remitieron unos 45 autos que operaban para distintas aplicaciones ilegales.
El dato fue revelado tras una reunión con el Sindicato de Peones de Taxi, que había realizado una amenaza de paro inminente ante el fuerte crecimiento de las aplicaciones internacionales de movilidad que trabajan en la ciudad de forma ilegal.
Si bien la reunión desactivó el paro inminente, desde el sindicato no descartan que haya una medida de fuerza, en caso de que el municipio no amplifique los operativos y las medidas contras estas aplicaciones multinaciones.
El desafío
Desde hace varios años que en Rosario Uber intenta hacer pie con fuerza. Si bien tuvo momentos de mayor operatividad, en los últimos meses finalmente parece haber ingresado con peso y trabajar bajo un manto de clandestinidad. Es que la app internacional no está regulada. Por eso, ahora, el Concejo de la ciudad quiere volver a discutir el marco regulatorio.
No solamente esta multinacional es la que está operando, sino también otras apps como Cabify. Es un servicio de remise que, según detectaron desde el Palacio Vasallo y confirmaron a El Litoral, hay más unidades en circulación que las permitidas, rompiendo una suerte de permiso precario con el que pueden trabajar, pero sin una regulación concreta.
Hace dos años Uber intentó instalarse en la ciudad por tercera vez. Ya lo había requerido en 2017 y 2019, pero la falta de adecuación a las normativas vigentes, que rigen actualmente para taxis y remises, generó el repudio de varios sectores que ofrecen el mismo servicio y por parte del propio municipio.
Ahora, en 2023, parecieras que las aplicaciones multinacionales están funcionando en voz baja y sin generar mucho ruido. De a poco, son cada vez más demandadas no solo por pasajeros y pasajeras, sino también por personas que las ven como salidas laborales.
En un año electoral, los concejales volverán a intentar sentarse a discutir una posible regulación de estas firmas, entendiendo que las compañías seguirán insistiendo de cualquier modo con operar en la ciudad, habida cuenta que detectan que hay una demanda cautiva.
Con el objetivo de llegar a un verdadero acuerdo común y definitivo, la comisión se reunió con los representantes de la Federación Argentina de Remiseros, el Sindicato de Conductores de Remises (Sicore), y referentes de la aplicación de mujeres taxistas She Taxi. También se tocó la problemática cuando la Cámara de Titulares de Taxis (Catiltar) y la Cámara de Remises de Rosario acudieron a discutir tarifas.