Los dinosaurios florecieron en el Jurásico tras una erupción volcánica hace 201 millones de años que acabara con muchos animales marinos y terrestres, dejándolos capaces de evolucionar y crecer, se divulgó este lunes.
Los dinosaurios florecieron en el Jurásico tras una erupción volcánica hace 201 millones de años que acabara con muchos animales marinos y terrestres, dejándolos capaces de evolucionar y crecer, se divulgó este lunes.
Un grupo de investigadores demostró cómo el magma a baja temperatura calentaba lentamente las rocas sedimentarias, provocando un alto contenido de dióxido de azufre y bajas emisiones de dióxido de carbono, un proceso que enfrió la Tierra.
Investigadores en Japón, Suecia y Estados Unidos desenterraron evidencias de que las bajas temperaturas derivadas de la actividad volcánica llevaron a la cuarta extinción masiva de seres vivos, y permitió que los dinosaurios prosperaran durante el período Jurásico.
Los investigadores explicaron que las grandes erupciones volcánicas crearon fluctuaciones climáticas y dieron paso a cambios evolutivos.
Sin embargo, es la temperatura volcánica de la erupción la que determina si el clima se enfría o se calienta.
Desde la aparición de los primeros animales, se produjeron cinco extinciones masivas.
La cuarta extinción masiva ocurrió al final del período Triásico, hace aproximadamente 201 millones de años, que provocó la desaparición de entre el 60 y 70% de los animales marinos y terrestres, especialmente los reptiles como cocodrilos de cuerpo grande conocidos como pseudosuquia, reprodujo la agencia Europa Press.
Como resultado de ello, los dinosaurios de cuerpo pequeño crecieron y prosperaron.
Los científicos creen que la cuarta extinción masiva fue provocada por las erupciones en la Provincia Magmática del Atlántico Central, una de las regiones más grandes de roca volcánica.
Pero la correlación entre la erupción y la extinción masiva aún no está clara.
Mediante el análisis de moléculas orgánicas sedimentarias y un experimento de calentamiento, el profesor emérito de la Universidad de Tohoku, Kunio Kaiho, y su equipo demostraron cómo el magma a baja temperatura calentaba lentamente las rocas sedimentarias, provocando un alto contenido de dióxido de azufre (SO2) y bajas emisiones de dióxido de carbono (CO2).
El gas SO2 se distribuyó por toda la estratosfera, convirtiéndose en aerosoles de ácido sulfúrico. El aumento instantáneo del albedo global provocó un enfriamiento a corto plazo, que podría haber contribuido a la extinción masiva.
Kaiho y su equipo tomaron muestras de rocas sedimentarias marinas de Austria y el Reino Unido y analizaron las moléculas orgánicas y el mercurio (Hg) en ellas.
La segunda, tercera y quinta extinción masiva tuvieron altas concentraciones de coronene.
Una baja concentración indica que el calentamiento a baja temperatura provocó una alta liberación de SO2 y un enfriamiento global.
El equipo de Kaiho ahora está estudiando otras extinciones masivas con la expectativa de comprender mejor sus causas y procesos.
Con información de Télam