Esta semana, dos asteroides —uno lo bastante grande como para destruir una ciudad y otro tan grande que podría acabar con la civilización— pasarán cerca de nuestro planeta.
El más pequeño de los dos fue avistado este mes y podría ser visible con binoculares cuando pase cerca de la Luna
Esta semana, dos asteroides —uno lo bastante grande como para destruir una ciudad y otro tan grande que podría acabar con la civilización— pasarán cerca de nuestro planeta.
Pero a no entrar en pánico.
Ambos tienen un cero por ciento de posibilidades de impactar contra la Tierra. Y, dependiendo del lugar del mundo en el que te encuentres, es posible que incluso puedas ver uno de ellos.
El mayor de los dos, (415029) 2011 UL21, viajará a una distancia más de 17 veces superior a la de la Luna el jueves a las 4:14 p. m., hora del Este (17.14, hora argentina) . Tiene la gigantesca dimensión de unos 2316 metros de largo, pero estará demasiado lejos como para ser visto fácilmente sin un telescopio potente.
Sin embargo, dos días más tarde, la roca espacial más pequeña, llamada 2024 MK, se acercará considerablemente al planeta. El sábado, a las 9:46 a. m., hora del Este (10.46, hora argentina), pasará cerca de la Tierra a un 75 por ciento de la distancia a la Luna. Si tienes un telescopio decente en tu jardín o incluso unos buenos binoculares, y si el cielo está despejado, podrás ver la roca de entre 122 y 259 metros como una mancha de luz surcando la noche estrellada.
“El objeto se moverá rápidamente, por lo que hay que tener cierta habilidad para detectarlo”, dijo Juan Luis Cano, miembro de la Oficina de Defensa Planetaria de la Agencia Espacial Europea.
Quienes suelen observar estrellas en Estados Unidos, especialmente los que se encuentran más al suroeste, podrán ver el asteroide. Los que se encuentren en la cima del volcán Mauna Kea de Hawái estarán bien situados para ver el asteroide cuando pase cerca, antes del amanecer. Sin embargo, según Andrew Rivkin, astrónomo planetario del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, los habitantes de América del Sur son los que podrán verlo con mayor facilidad.
Los pequeños asteroides y fragmentos de cometas atraviesan de vez en cuando la atmósfera terrestre, creando un inofensivo espectáculo de luces. Muchos más fragmentos rocosos y helados no alcanzan el planeta, y a menudo se cuelan entre la Tierra y la Luna.
paso de un asteroide del tamaño del 2024 MK sucede con menos frecuencia. “Los asteroides de este tamaño que pasan tan cerca son raros, pero ocurren en escalas de tiempo decenales; este será el tercero (que sepamos) de este siglo”, dijo Rivkin en un correo electrónico.
Quien no haya visto el 2024 MK no tiene por qué sentirse excluido durante mucho tiempo. El 13 de abril de 2029, Apofis, un asteroide de unos 335 metros de largo, volará a menos de 32.186 kilómetros sobre la superficie de la Tierra, más cerca que las órbitas de los satélites geosíncronos, lo que significa que será visible a simple vista.
Estos acercamientos son útiles para los investigadores en defensa planetaria. Los asteroides de esta semana serán detectados por radares situados en la Tierra, lo que permitirá determinar con precisión sus dimensiones y su trayectoria.
“Estas mediciones reducirán considerablemente las incertidumbres sobre su movimiento y nos permitirán calcular sus trayectorias en el futuro”, dijo Lance Benner, investigador principal del programa de investigación por radar de asteroides del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.
El doble sobrevuelo sirve también como anticipo del Día del Asteroide, que se celebra el 30 de junio, una fecha respaldada por las Naciones Unidas para concientizar sobre los impactos de asteroides.
Ese día de 1908, una roca espacial de unos 48 metros de diámetro explotó sobre una remota franja de Siberia, arrasando instantáneamente 2072 kilómetros cuadrados de bosque, aproximadamente la superficie del área metropolitana de Washington D. C. Se conoce como el acontecimiento de Tunguska por un río que fluye a través de la región que destruyó.
Aunque cada año se descubren más, aún no se han encontrado la mayoría de los asteroides cercanos a la Tierra que podrían destruir una ciudad. Afortunadamente, es posible que un par de telescopios en construcción —el observatorio multipropósito Vera C. Rubin, en Chile, y el Near-Earth Object Surveyor (NEO Surveyor) de la NASA— detecten muchos más.
El asteroide MK 2024 tiene al menos el doble de longitud que el que impactó Tunguska. Sin duda, es de agradecer que el asteroide haya sido descubierto antes de su encuentro con la Tierra, y que vaya a pasar de largo. Pero los astrónomos acaban de descubrir la roca espacial el 16 de junio.
“El caso del 2024 MK es otro recordatorio más de que aún quedan muchos objetos grandes por encontrar”, dijo Cano. Las agencias espaciales tienen los planes, y la tecnología, para defender el planeta de los asteroides asesinos, pero solo si los encuentran antes de que los asteroides nos encuentren a nosotros.
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