Miles de vehículos pasan por allí a diario. Ese número se incrementa considerablemente cuando comienza la temporada de verano y los argentinos se lanzan hacia las playas del sur de Brasil.
El cruce fronterizo cumplió 60 años y presenta distintas roturas. Buscan que un privado se haga cargo de los arreglos.
Miles de vehículos pasan por allí a diario. Ese número se incrementa considerablemente cuando comienza la temporada de verano y los argentinos se lanzan hacia las playas del sur de Brasil.
Se trata del Puente Internacional “Agustín P. Justo – Getulio Vargas”, que une las localidades de Paso de los Libres (Corrientes) con Uruguaiana (Río Grande do Sul) y conecta desde hace 60 años las fronteras de Argentina y Brasil.
En la actualidad este viaducto está muy deteriorado. También su camino de acceso. Así lo hacen saber quienes siguen de cerca los intereses vinculados a los estados de las rutas en ese sector del país.
La situación de la calzada es tan preocupante que hasta se hicieron reclamos para encontrar una empresa privada que pueda afrontar los arreglos. Cabe recordar que en el tramo final de la administración de Alberto Fernández se intentaron licitar obras de reparación pero no se llevaron a cabo.
Según estimaciones oficiales, por ese paso fronterizo registra un promedio anual de 1.547.031 vehículos, de los cuales el 85% son automóviles particulares; el 13% son camiones y el resto ómnibus de pasajeros.
Las oficinas dependen del Estado Nacional desde 1982 y allí hay operativas reparticiones de Migraciones, ARCA (AFIP), Gendarmería, Aduanas, SENASA, CNRT, ANMAT.
A fines de octubre, el municipio de Paso de los Libres encabezó un reclamo a las autoridades competentes al reconocer que tanto la RN 117 como el puente, “se encuentra en un estado de deterioro significativo, afectando tanto a los vecinos como a los transportistas que diariamente transitan por esta vía”, según expresaron en un comunicado.
“El deterioro del puente internacional y de la Ruta 117 afecta directamente la logística del transporte, encareciendo costos y complicando el comercio internacional que depende de esta vía”, agregaron a su tiempo una asociación de transportistas de esa región.
En ese mismo comunicado de prensa, fechado el 29 de octubre, se aclara que “el gobierno municipal está reparando de manera provisoria la ruta 117, pero se requieren reparaciones integrales que deben ser realizadas por la concesionaria y por Vialidad Nacional”.
Pasando la frontera y superando la localidad de Uruguaiana, quienes se dirijan a las playas del sur brasileño deben tomar la ruta BR-290 hasta la imponente ciudad de Porto Alegre.
Este camino, siempre muy transitado no sólo por turistas sino también por camiones, colectivos y tráfico local entre pueblos agropecuarios, presenta distintas realidades en materia de pozos y mal estado.
Medios brasileños indican que el Departamento Nacional de Infraestructura de Transporte se encuentra realizando distintas intervenciones en la cinta asfáltica en diversos tramos de la mencionada ruta.
Sólo por mencionar algunos, los trabajos de arreglo se realizaban en la BR-290 a la altura de localidades como: São Gabriel, Cachoeira do Sul, Pantano Grande, Eldorado do Sul, Arroio dos Ratos y el área metropolitana de Porto Alegre, donde la ruta común se transforma en autopista.
Cabe recordar que además de los históricos pozos de este corredor vial del sur de Brasil, la región de Río Grande do Sul tuvo que soportar intensas lluvias, que derivaron en una inusitada inundación que provocó innumerables problemas; no sólo para la población sino además para la infraestructura vial.