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El odontólogo Ricardo Barreda, quien días atrás terminó de cumplir su condena a prisión perpetua por haber asesinado en 1992 a su esposa, sus dos hijas y su suegra en la ciudad de La Plata, quedó esta tarde internado en el hospital de la localidad bonaerense de General Pacheco por problemas de salud mental, informaron fuentes médicas.
El cuádruple homicida de 79 años permanecía esta noche alojado en el hospital zonal "Magdalena Villegas de Martinez" de dicha localidad del partido de Tigre, situado en avenida De Los Constituyentes (ex Ruta 9), entre Córdoba y Entre Ríos, de la zona norte del conurbano.
Fuentes médicas informaron a Télam que a principios de esta semana Barreda se presentó solo en el hospital -que depende del Ministerio de Salud bonaerense- con una identidad falsa y visiblemente desmejorado, lo que llamó la atención de una mujer que se encontraba en el lugar y le tomó una foto que luego compartió en su muro de la red social Facebook.
Esta mujer acompañó la imagen con un texto del que se desprende que ella no sabía de quién se trataba y al que llamó con el nombre de "Alberto Navarro", al tiempo que se quejó de que lo dejaron abandonado en dicho hospital.
Los voceros consultados explicaron a Télam que esta tarde Barreda volvió a presentarse en el hospital acompañado de autoridades municipales y quedó internado por "un cuadro de salud mental", por lo que se le realizarán diversos estudios para arribar a un diagnóstico y posterior tratamiento.
En tanto, minutos después de las 19.30, la fotografía de la mujer que "descubrió" a Barreda abandonado en el hospital había sido compartida por más de 8.000 usuarios que visitaron su muro.
El viernes se conoció el fallo del juez de Ejecución Penal platense, Raúl Dalto, quien resolvió "declarar extinguida la pena impuesta a Ricardo Alberto Barreda y hacer cesar las accesorias legales impuestas, todo ello al día 29 de marzo de 2016". A partir de esta resolución, Barreda, quien se encontraba en libertad condicional en un nuevo domicilio fijado en Tigre, quedó en plena libertad y ya no tendrá que estar controlado por la Justicia.
La resolución también incluyó en sus considerandos todos los antecedentes sobre los fallos y beneficios que se dieron a lo largo de la historia de la causa.Así se explicó que la condena a prisión perpetua para Barreda "adquirió firmeza el 2 de mayo de 2007 en razón de lo resuelto por la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires".
Luego, el juez Dalto señaló que "el 29 de marzo de 2011 la Excma. Cámara le concedió la libertad condicional al nombrado" imponiendo como requisitos fijar un domicilio, hacer tratamiento psiquiátrico-psicológico, no cometer nuevos delitos y someterse al cuidado del Patronato de Liberados. Este fue el momento en el que Barreda, quien desde 2008 cumplía prisión domiciliaria en un departamento del barrio porteño de Belgrano, donde convivía con su por entonces pareja, Berta "Pochi" André -ya fallecida-, pudo empezar a salir a la calle.
El juez valoró que el 17 de diciembre de 2012 se hizo "cesar la condición de continuar con el tratamiento psiquiátrico-psicológico que venía realizando" en un centro de salud mental porteño y, además, citó el incidente a partir del cual el 22 de diciembre de 2014 a Barreda se le revocó la libertad condicional y volvió a prisión porque había denuncias de presunto maltrato hacia "Pochi" André.
La resolución judicial señaló que "con fecha 30 de diciembre del año próximo pasado, se restableció el beneficio", cuando el odontólogo propuso como nuevo lugar de residencia para su libertad condicional un domicilio en el barrio Los Troncos de Tigre, donde actualmente está residiendo.
El 15 de noviembre de 1992, en su casona de 48 entre 11 y 12 de La Plata, Barreda asesinó con una escopeta a su esposa Gladys Margarita Mac Donald (57), su suegra Elena Arreche (86) y sus hijas Celina (26) y Adriana (24), según contó en el juicio, como una reacción a los maltratos y humillaciones que recibía de todas ellas.
El odontólogo primero negó la acusación del cuádruple femicidio e intentó hacer pasar el crimen como un robo a su casa pero finalmente confesó y fue condenado en 1995 a la pena máxima del Código Penal argentino.