En los países occidentales, se estima que hasta un 30% de las mujeres toman alcohol en el proceso de búsqueda o durante el embarazo, sostienen los investigadores Qiongjie Zhou, Liting Song y Jingqi Chen, autores de un paper publicado recientemente en la revista especializada JAMA Pediatrics. Pero el consumo de alcohol durante el embarazo está estrechamente asociado con los defectos de nacimiento y del neurodesarrollo del bebé.
El Síndrome de Alcohol Fetal (SAF) es una condición clínico-patológica, que está considerada como la primera causa de retraso mental prevenible en el mundo y, debido a la cantidad de variables que modifican el grado de afectación fetal y que no solo dependen de la cantidad de alcohol ingerido, la recomendación actual es la abstención completa de alcohol en el embarazo. Sin ir más lejos, de acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada 67 mujeres embarazadas que consumen alcohol darán a luz a un niño con SAF, lo que se traduce en unos 119.000 niños que nacen cada año con este síndrome a nivel global.
En el marco de una estrategia para evitar el SAF, las etiquetas de las bebidas alcohólicas que se comercialicen en la Argentina deberán contar con un rótulo para desalentar el consumo de alcohol en las embarazadas.
Tenés que leerUna organización presentó en Córdoba un amparo contra la ley del abortoAsí se determinó a partir de una resolución, publicada este martes, en el Boletín Oficial de la Nación. Según el artículo 236, que deberá ser incorporado al Código Alimentario Argentino (CAA), “los rótulos de las bebidas alcohólicas que se comercialicen en el país deberán llevar, obligatoriamente, impreso en un lugar visible y en contraste de colores que asegure su correcta visibilidad, un pictograma que consiste en un círculo con una barra cruzada sobre una silueta de una mujer embarazada”.
Para la elaboración de esta propuesta, gestada en el marco de la estrategia “Embarazo sin alcohol”, participaron el sector productivo, representado por la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL), y las cámaras que reúnen a las empresas productoras de bebidas alcohólicas, reguladas por el CAA, y el sector oficial, representado por la ex Secretaría de Regulación y Gestión Sanitaria, la ex Secretareía de Alimentos y Bioeconomía, la ex Dirección de Maternidad, Infancia y Adolescencia (Dinamia), en conjunto con el Instituto Nacional de Alimentos (INAL)y el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).
A nivel global, muchos países, en su mayoría europeos, ya cuentan con una normativa para el etiquetado para bebidas alcohólicas, obligando a incluir mensajes y /o pictogramas para la prevención de SAF. Sin embargo, si bien en América Latina, muchos de sus mercados ya cuentan con normativa de etiquetado, no es frecuente ver leyendas que adviertan acerca de los riesgos de consumir alcohol durante el embarazo.
Tenés que leerA tres meses de la legalización del aborto, en Corrientes se realizaron 30 interrupciones de embarazosSegún difundieron las autoridades a través de la resolución, “la etiqueta de un envase alimentario constituye una herramienta importante para el consumidor, como fuente de información, sobre las características del alimento, sus componentes, características nutricionales y eventuales riesgos para la salud”.
Esta resolución entra en vigencia a partir de mañana, es decir, al día siguiente de su publicación en el Boletín Oficial, y las empresas tendrán un plazo de 1095 días, es decir, tres años corridos para su adecuación.
Durante el embarazo, el cuidado del feto es fundamental. En 2017, un estudio publicado en JAMA Pediatrics encontró que el consumo de alcohol durante cualquier momento del embarazo de una mujer, sea en la cantidad que fuere, puede causar diferencias anatómicas en la forma craneofacial de un niño, incluso aunque el niño no ha sido diagnosticado con el trastorno del espectro alcohólico fetal (TEAF) o SAF, ambas patologías relacionadas con trastornos cognitivos y anomalías faciales como ojos pequeños.
La bebidas alcohólicas son sumamente tóxicas para el bebé durante los nueve meses de gestació, ya que llegan directamente al feto mediante el torrente sanguíneo lo que puede derivar en diversos y peligrosos trastornos. Los TEAF se asocian a un amplio abanico de problemas físicos, cognitivos y de comportamiento, como retrasos en el crecimiento y el desarrollo, anomalías faciales y disfunciones cerebrales.