Por Soledad Vittori | Revista Nosotros
Dos horas de charla, un sinfín de risas y los temas más variados estuvieron presentes en la entrevista que realizó Revista Nosotros a la ambientadora de eventos, Eugenia Román, donde el principal foco estuvo puesto en las numerosas propuestas que la célebre emprendedora armó para el Día de la Madre.
Por Soledad Vittori | Revista Nosotros
La estética que emplea Eugenia a la hora de ambientar y decorar un lugar es algo que deja sin habla. El ingreso a lo que era su antiguo garaje, me enamoró. Un espacio reducido en metros cuadrados con paredes cubiertas por chapas y otras pintadas en color gris, me impactaron a primera vista. Si a eso le sumamos, los muebles en madera natural y una variedad impresionante de flores secas en diferentes maceteros y floreros en tonos nude, dieron como resultado una mezcla perfecta entre rústico, moderno y vintage.
Este nuevo taller creado con mucho amor fue el lugar elegido para realizar la entrevista. Y la forma de desenvolverse de Román, la frutilla del postre. Ya en otras oportunidades tuve la suerte de entrevistarla y es un placer cada vez que me toca charlar con ella. En esta oportunidad hablamos de las propuesta para esta gran fecha que se está acercando "El Día de la Madre", de cómo trabajar en casa le dio más tiempo con sus hijos y de su reinvención tras la pandemia.
"Creo que a todos los que laburamos en eventos atravesamos esta situación del mismo modo. Veníamos de una temporada alta muy agitada, el finde previo a la cuarentena tuve cuatro eventos el mismo fin de semana y estaba agotada. Parar 15 o 20 días no nos hacían nada porque eran unas mini vacaciones que nos venían bien para descansar y resetear, y después nos pasó, a mi y a mis colegas, que se extendió y caímos en la realidad de que esto venía para quedarse un tiempo. Así que primero lo tomamos como un descanso, después vino la incertidumbre y cuando llegó el momento de crisis, o punto de inflexión como me gusta llamarle, me di cuenta que tenía dos caminos a tomar: elegir qué hacer desde el desafío o desde el temor.
"Después de un domingo que me la pasé mirando malas noticias, toqué fondo. Y al otro día, activé y dije este es el impulso para algo más. No puedo modificar las situaciones, no puedo modificar el virus, no tengo la cura; entonces ¿qué puedo modificar? me pregunté. Y la respuesta fue: lo que sale de mi. Lo que está a mi alrededor inmediato. Y desde ahí me propuse cambiar el eje. Entonces me pregunté ¿qué me gusta hacer? Me gusta todo lo que tiene que ver con la estética, con mejorar un lugar, ponerlo lindo, el participar en las alegrías, todo eso me encanta. Y surgió con las cosas que tenía a mi alcance armar las "cajas felices" como las nombré. Empecé a armar estos regalos para festejos mucho más chicos, más privados. Y creo que es un producto que llegó para quedarse. Es una cosa nueva que me gustó y que siento muy positiva.
"Sinceramente no dejo de sorprenderme con la devolución de las personas que me terminan haciendo partícipe de ese regalo que en realidad lo hace el que lo compra. Yo solamente soy el nexo para que llegue esa sorpresa, que es física, pero que en estos tiempos de distancia social donde no se pueden conectar o viajar, es algo profundamente emocional. Las personas me reenvían audios muy emotivos de quién lo recibe y me hacen partícipes de ese momento tan mágico.
"Disfruto mucho de mi trabajo y de lo que hago, hace 15 años que me dedico a esto y me emociona la posibilidad de ver el resultado, de estar en el detrás de escena cuando están surgiendo esos momentos, es un rubro muy lindo, con mucho sentimiento'', destacó Román.
Euge afirmó con Nosotros que por ser geminiana se aburre fácil y necesita nuevos incentivos. Apasionada de los desafíos, adora cuando los clientes se comunican con ella para contarle qué cosas les gusta a la persona que le quieren hacer el regalo de la caja y cuáles no. Y ahí echa a andar su imaginación y saca mano de su creatividad.
Román destacó, además, que realizó un taller de packaging para emprendedores cuando decidió lanzarse con este emprendimiento. Y que, si bien obtuvo conocimientos que le fueron muy productivos; la parte de producir en masividad y de eliminar la cuestión personal no le gustó. Euge prefiere darle ese toque especial a cada cosa que hace, escuchar a sus clientes para poder brindarles algo único y especial hecho para esa persona a la que se dirige el presente.
"Soy muy nueva en este mundo de los regalos y la verdad es que al principio cuando me senté en mi mesa de trabajo y empecé a pensar que hacer lo primero que me pregunté es ¿qué tengo? dije bueno tengo esto, esto y esto. Y lo siguiente que pensé fue ¿qué sé hacer? esto, esto y esto. Por último, ¿Cómo lo plasmo? y ahí me puse a analizar qué es lo que a mi si me hicieran un regalo me gustaría que me llegue. Entonces armé una primera caja genérica. Una caja base con cosas que al general de las personas le va a gustar. La cual contenía un poco de deco, un poco de aromas, un poco de algo rico y dulce, de cosas de fiesta como globos y bengalas, etc.
"A partir de ahí llegaron los encargos. La primera que me pidieron fue para un cumpleaños, la segunda también y la tercera igual. Serán cajas de cumpleaños, pensé en ese momento. Y pasados unos días se abrió el abanico y me pidieron cajas para todo tipo de circunstancias: para avisar que venía un bebé en camino, para un aniversario, para algunas recibidas que tuvieron lugar en plena pandemia, de hijos que viven fuera de Santa Fe para sus padres, entre otros", contó la ambientadora.
Esta propuesta de regalos causó bastante demanda para el Día del Padre. En aquella oportunidad, Euge lanzó cuatro opciones de cajas para la ocasión totalmente personalizadas. Román les hizo imprimir a cada cliente una foto con su papá, para que el regalo llegase con ese plus distintivo y especial.
"Ahora se viene el Día de la Madre y fue todo un desafío armar diferentes propuestas y conseguir todo. Las mujeres somos muy variadas, entonces preparé siete opciones de cajas. La idea es que contengan cosas hechas por personas que aman lo que hacen, por emprendedores, y que el que lo compra sepa que al adquirir una de las cajas también está ayudando a un montón de gente que está tratando de salir adelante en la pandemia. Cada caja está pensada para un tipo de mujer diferente y la idea es que los hijos identifiquen a su mamá en alguna de ellas:
-Relax Mamá: contiene productos de cosmética ayurvédica hechos en la India por meditadores. Y captados mediante un proveedor de Buenos Aires para alegrar el corazón de aquellas madres coquetas que aman verse bien con productos naturales.
-Rico Mamá: es una propuesta para las mamás que adoran los sabores, las huertas y los condimentos. Esas madres cocineras que aman innovar en la cocina y probar variedades.
-Arte Mamá: está pensado para las madres artistas, aquellas que disfrutan de pintar, de hacer artesanías y manualidades creativas.
-Dulce Mamá: es para la madre golosa. Aquella que disfruta de una buena merienda en compañía. Esta caja contiene alfajores santafesinos, té en hebras, una taza, entre otras cosas lindas.
-Pacha Mamá: Es para aquella madre que cree en las energías. El combo incluye palo santo, sahumerios, protector aúrico, sales, entre otras muchas cosas.
-Aro Mamá: esta pensado para esa mujer que ama los aromas. Que le gusta sentir las fragancias de los diferentes ambientes. Por este motivo, incluye un aromatizador textil, un hornito, sahumerios, entre otros.
-Tinto mamma: es una selección realizada a partir de una cosecha privada proveniente de una bodega en Mendoza que tenemos sin etiquetar. Un malbec de primera calidad. Y la idea es etiquetar el vino con el nombre de la mamá a la que se lo regala. Más allá de los datos de la cosecha de las uvas y demás detalles de relevancia. Esta caja viene con dos copas que están serigrafiadas y acompañada por la frase ´porque tu mamá es tu mejor cosecha´.
"A todas las opciones se les pueden agregar elementos personalizados como: velas aromáticas, ramo de flores o fotos polaroid para que las madres las puedan guardar".
El encierro y la cuarentena hicieron que Eugenia se replanteara el hecho de seguir alquilando otro lugar para tener su oficina. La pandemia llegó para cambiar su enfoque.
"Durante muchos años alquilé lugares donde puse mi oficina para tener mi propio espacio de trabajo y para atender a los clientes. Pero siempre terminaba llevando el 80% del laburo a casa. Primero alquilé un lugar, después me fui a otro más cerca de mi casa y finalmente la pandemia hizo que me replanteara las cosas. Principalmente, el hecho de estar más presente en casa con mis hijos. Mi laburo es muy demandante en cuanto a cantidad de horas ausentes en los eventos y disfruté de este sentimiento de volver a conectarme con mi lugar y de armar mi espacio en mi casa, que ahora realmente lo siento definitivo. Estoy muy feliz con esto. Mi taller es donde sucede la magia, donde armo mis ideas y lo armé literalmente en el garage de mi casa. Por eso se llama ´El Garage´. Era un espacio que nunca fue garage porque lo usábamos de depósito para los objetos de decoración de las ambientaciones de los eventos. Tenía dos paredes de estanterías y el fondo bloqueado con estanterías. Y aproveché la pandemia y el tiempo libre para ordenar no sólo la cabeza sino también la casa y los depósitos. Trasladé todo eso que se encontraba en el garage a otro depósito que tenemos para el día en que vuelvan los eventos y usurpé este espacio, que tiene los metros cuadrados necesarios, para trabajar. Todo lo decoré y elegí a mi gusto. Y al ser propio y definitivo pude hacer las modificaciones que quería. Así que, estoy muy contenta con esta decisión y con tener a mis nenes más cerca", concluyó la entrevistada.