Ante el boom de llamados extorsivos y balaceras organizadas desde las cárceles, el gobierno de provincia de Santa Fe decidió invertir 1, 5 millones de dólares para comprar tecnología de Israel que permita mejorar la seguridad de los accesos en los penales, pero, sobre todo, lograr inhibir 100% la Unidad Penitenciaria de Piñero, en la que están alojados más de 2.100 detenidos.
Con un departamento Rosario al borde de superar el récord histórico de asesinatos alcanzado en 2013 con 271 muertes (van 264), la intención es fortalecer el control en los ingresos a los penales y las comunicaciones, a sabiendas que los celulares son prácticamente un commoditie en las cárceles.
Poder erradicar el uso de telefonía móvil desde la cárcel de Piñero, donde se encuentran alojados algunos de los principales delincuentes de “alto perfil”, es el desafío del gobierno provincial. Por eso, compraron un sistema de inhibidores “full jamming” que blindaría la señal del penal por completo.
Desde que Seguridad provincial presentó la nueva Unidad Especial de Extorsiones, Amenazas y Balaceras de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), se logró constatar que gran parte de las balaceras que tienen a maltraer a la ciudad de Rosario como a otras localidades vecinas se planifican desde las prisiones santafesinas, y la de Piñero es una de las principales.
Esta Unidad Especial, que aborda las causas complejas que estén relacionadas a extorsiones y balaceras y que tiene la misión de desarticular las bandas criminales que actúan en diferentes zonas de la región, viene exigiendo la restricción absoluta de las comunicaciones en los penales.
Controles
El secretario de Asuntos Penales y Penitenciarios, Walter Gálvez, contó a El Litoral que una de las unidades de trabajo de esta área “tiene la tarea de incorporar tecnología en tres de los penales más grandes de la Provincia que son: Las Flores en Santa Fe, la Unidad Penitenciaria N°1 de Coronda y la N° 11 que se encuentra en Piñero”.
Para poder desarrollar este plan hubo que dividirlo en dos instancias: la primera tiene que ver con los niveles de ingreso. Por ejemplo, en Santa Fe ya funciona un “body scan”, una cinta transportadora de carga y, próximamente, “vamos a instalar un arco detector de metales”.
Por este sistema pasarán las visitas y los empleados, “para identificar todo lo que se pretendan ingresar”. Y adelantó que “toda esta aparatología nueva en los ingresos va estar completa a fin de año”.
La otra etapa tiene que ver con la inhibición completa de la cárcel de Piñero. “Este proceso demanda meses, porque no hay penales en el país que estén aplicando esta tecnología. Estamos hablando de una cárcel que es una ciudad prácticamente con 2.100 detenidos, trabajan 500 penitenciarios, lo cual es muy complejo”, admitió Gálvez.
“Hicimos una licitación internacional. Salió hace más de 20 días y estamos en la última etapa con el Invap (empresa argentina de alta tecnología dedicada al diseño, integración, y construcción de plantas, equipamientos y dispositivos en áreas de alta complejidad) para que se pueda importar desde Israel este nuevo sistema de seguridad. Estimamos que esto va a estar listo y funcionando, tal vez, en marzo o abril”, agregó.
Hay que tener en cuenta que Piñero tiene seis módulos y cien metros de separación entre cada uno. No obstante, “sabemos que es posible que se genere algún punto ciego y lo tenemos previsto, porque es una posibilidad de que haya filtraciones”. “Es por eso que compramos un 20% más de equipamiento, que aconsejó el Invap y las empresas que vinieron, al efecto de poder suplir alguna de estas situaciones”.
“Son diez los inhibidores que vamos a comprar, pero vamos a tener que usar ocho. Aunque nos guardamos el resto por caso de que fueran necesarios. La intención es inhibir completamente esta cárcel”, detalló el funcionario.