Los resultados de los datos analizados en aguas del Cantábrico y Galicia muestran cómo responde este índice a la distribución de la temperatura ambiental, tanto espacialmente como temporalmente.
Un estudio, publicado recientemente en la revista Ecological Indicators, utiliza un índice basado en la temperatura preferente de las especies que relaciona los cambios en la distribución de las comunidades de peces de fondo con la temperatura de la columna de agua.
Los resultados de los datos analizados en aguas del Cantábrico y Galicia muestran cómo responde este índice a la distribución de la temperatura ambiental, tanto espacialmente como temporalmente.
El índice ha permitido clasificar las comunidades de peces de fondo en tres tipos: cálidas, templadas y frías; y hacer un análisis de cómo se distribuyen cada uno de los tipos en el espacio y en el tiempo. Así, en el Cantábrico se puede observar que las comunidades con una temperatura más alta -comunidades cálidas- son principalmente litorales, mientras que las comunidades más frías están a mayor profundidad.
Esto no ocurre en aguas de Galicia, donde por el efecto del afloramiento no hay estratificación en la temperatura y no se han hallado estas diferencias en profundidad. Esta presencia del afloramiento de aguas frías en aguas gallegas determina, además, que en estas áreas las comunidades sean más frías que en el interior del Golfo de Vizcaya.
Asimismo, se ha podido estimar la velocidad a la que las comunidades están cambiando a lo largo del tiempo, detectando que las comunidades cálidas están expandiendo su área de distribución a una velocidad de 268,4 km2/año, mientras que las comunidades frías se han retraído a una velocidad de 155,4 km2/año.
Efectos en la explotación, sostenibilidad y gestión de los peces
En el año 2016 este equipo sacó a la luz que las comunidades de peces del Mar Cantábrico estaban sufriendo un proceso de meridionalización. Es decir, la abundancia de la mayoría de las especies templadas nativas del Mar Cantábrico y aguas de Galicia estaba aumentando.
“Estos cambios detectados en nuestras aguas conllevan cambios profundos en las comunidades de peces de fondo y se encuadran dentro de las consecuencias derivadas del cambio climático en la distribución de las especies”, explica Antonio Punzón, investigador del Centro Oceanográfico Santander del IEO y primer autor de los dos estudios.
“Se trata de procesos como la borealización, que consiste en que comunidades boreales expanden su distribución hacia el Ártico, o la tropicalización, que supone un aumento de la abundancia de especies tropicales o subtropicales no nativas”, apunta el científico.
El calentamiento global está modificando la distribución de especies a un ritmo sin precedentes en los ambientes marinos. Los resultados del nuevo trabajo servirán para explorar y anticipar los efectos del cambio climático en comunidades demersales bajo diferentes escenarios.
Estas alteraciones en la distribución y abundancia de las especies y en las comunidades, tienen importantes consecuencias no solo a escala ecológica, si no que tienen efectos en la explotación, sostenibilidad y gestión de los principales recursos explotados.
Los próximos pasos del equipo de investigación irán encaminados a determinar los cambios de las comunidades en función de los distintos escenarios climáticos futuros, conocer cómo estos cambios se están traduciendo en la explotación pesquera, caracterizar cuáles son las principales vulnerabilidades, e identificar la existencia de oportunidades.
“Todo ello permitirá el diseño de una estrategia de adaptación y mitigación a los efectos del cambio climático sobre las actividades pesqueras”, concluye Punzón.