Científicos de la Clínica Cleveland, ubicada en Ohio, Estados Unidos, crearon un brazo biónico que devuelve el sentido del tacto a las personas que han sufrido amputaciones. Los desarrolladores calificaron el invento como una “vanguardia”.
El brazo biónico se conecta a los nervios del paciente y manda información al cerebro, lo que permite que las personas recuperen el tacto.
Científicos de la Clínica Cleveland, ubicada en Ohio, Estados Unidos, crearon un brazo biónico que devuelve el sentido del tacto a las personas que han sufrido amputaciones. Los desarrolladores calificaron el invento como una “vanguardia”.
De acuerdo con agencias internacionales, este brazo biónico es la primera prótesis que puede sustituir todas las funciones importantes de la mano con la ayuda de una interfaz cerebro-computadora para activar la interacción.
“Sienten como si sus manos se movieran, aunque no tienen mano. Sienten como si sus dedos tocaran cosas, aunque no tienen dedos. Lo interesante es que cuando juntamos todos estos sistemas, sus cerebros realmente sienten como si la mano fuera humana”, dijo Paul Marasco, científico de la Clínica de Cleveland.
El profesor Paul Marasco, investigador que encabeza el proyecto, explicó que los sujetos de prueba sintieron que una de sus manos se movía gracias al brazo biónico, a pesar de que no tenían esa extremidad, y sentían como si sus dedos estuvieran tocando cosas, a pesar de que no tenían dedos, algo considerado como milagroso por los amputados.
El brazo biónico se conecta a los nervios de las extremidades y envía impulsos desde el cerebro del paciente a la prótesis cuando quieren usarla o moverla, lo que permite regresar el sentido del tacto.
¿Cómo funciona el brazo biónico?
El brazo biónico recibe información física del entorno a través de sensores, y envía de regreso la información al cerebro a través de los nervios. Una combinación de pasos que deja como resultado que el amputado pueda recuperar el sentido del tacto.
El investigador explicó que unir el tacto, el agarre y el motor de control intuitivo funcionó para engañar a los sentidos y al cerebro del usuario para que piense que el brazo biónico es una mano real.
Una de las voluntarias, Claudia Mitchell, de 41 años, y quien perdió el brazo en 2004 tras un accidente de moto, mencionó que pudo volver a usar un teléfono inteligente gracias al brazo biónico: “Cuando lo inclino hacia atrás está tocando mi dedo. De hecho, puedo decir cuál dedo“.