Cientos de personas pasaron la noche a la intemperie para poder lograr un buen lugar en la ceremonia de canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII que hoy oficiaron el papa Francisco y el papa emérito Benedicto XVI en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
En los 2.000 años de historia de la Iglesia Católica jamás se había canonizado a dos papas y tampoco dos pontífices vivos habían concelebrado una misa.
Muchos fieles desafiaron a los pronósticos de lluvia y, decididos a no perderse esta jornada histórica, pasaron la noche en las calles próximas a la Plaza San Pedro, que hoy amaneció con el cielo encapotado.
A las cuatro de la mañana se podía ver todavía a peregrinos durmiendo en la calle, mientras una marea humana se apresuraba ya a hacer la fila para entrar. A las 05:30 (03:30 GMT) se abrieron las puertas y comenzaron los empujones, las prisas y las ansias por ocupar un lugar desde el cual no perder detalle alguno.
Ante la gran afluencia de peregrinos, voluntarios de protección civil estuvieron ya desde las 19 horas de la tarde del sábado repartiendo botellines de agua. De los 3.5000 voluntarios que participaron en este dispositivo especial, cientos han pasado la noche de pie, sin descanso ni relevo. Muchos de ellos son creyentes, por lo que borraban el cansancio del rostro con una sonrisa. "Es una oportunidad única estar hoy aquí", señalaba una joven ama de casa italiana, miembro de la orden de Malta.
Como medida de precaución, se instalaron varios hospitales ambulantes en la zona y, según dijeron a primera hora de hoy miembros de ARES (Azienda Regionale Emergenza Sanitaria) tan sólo atendieron casos de fatiga y mareo. Asimismo se repartieron varias mantas térmicas. "La gente está muy cansada. Y acaba mareándose con tanta gente alrededor", señalaba una voluntaria de la Cruz Roja.
Los que no llegaron a entrar en la plaza y los alrededores, con capacidad para 250.000 personas, no quedaron afuera de la ceremonia, y pudieron seguirla desde la veintena de pantallas gigantes instaladas en las proximidades. Por primera vez, el Vaticano retransmitió un evento en 3D.